Cuando se habla de la edad, es usual que lo primero que se venga a la mente sea la cantidad de tiempo que una persona tiene de vida.
Sin embargo, pese a que hay individuos que pueden tener una misma edad, es común que algunos aparenten tener más o menos años que otros.
Dicho fenómeno está relacionado con lo que los científicos llaman “edad biológica”.
En términos sencillos, aquel concepto alude a la salud celular, en vez de a cuántos años se han vivido.
La codirectora del Centro de Longevidad Saludable de la Universidad Nacional de Singapur, Andrea Britta Maier, entregó una definición más precisa al New York Times y dijo que se trata de “la acumulación de daños que podemos medir en nuestro cuerpo”.
Tales daños aparecen con el envejecimiento natural y varían dependiendo de los comportamientos de cada persona y de su entorno.
Por ejemplo, hábitos como beber alcohol en exceso o fumar pueden acelerar dichos procesos, según aseguró al citado medio el académico de la Facultad de Medicina de Harvard, Jesse Poganik.
Durante décadas, la comunidad científica no supo cómo medir la edad biológica. No obstante, en 2013 el profesor de la Universidad de California en Los Ángeles, Steve Horvath, propuso que se utilizara “un reloj” basado en el ámbito de la epigenética.
Asimismo, analizó los datos sobre los cambios genéticos de miles de sujetos y desarrolló un algoritmo que permitió hacer una correlación.
Bajo esta línea, investigaciones posteriores han determinado que la edad biológica se vincula con aspectos como la esperanza de vida y la salud.
Aún así, el director del Instituto de Investigación del Envejecimiento de la Facultad de Medicina Albert Einstein, Nir Barzilai, advirtió al Times que todavía “es una biología que estamos intentando descubrir”.
La edad biológica y qué tan efectivas son las pruebas comerciales que prometen medirla
Actualmente se pueden encontrar empresas que ofrecen pruebas para determinar cuál es tu edad biológica.
Según el citado medio, en la mayoría de los casos solo piden muestras de sangre o saliva y es necesario pagar un monto de aproximadamente 300 dólares, es decir, cerca de $265.000 pesos chilenos bajo el cambio actual.
Aquello puede parecer atractivo para quienes están interesados en la longevidad, pero hay una serie de consideraciones que se deben tener en cuenta antes de solicitar estos tests.
En primer lugar, especialistas han alertado que los relojes epigenéticos están diseñados para evaluar a grandes grupos de personas y no a individuos, por lo que no pueden entregar detalles precisos sobre la salud de alguien en específico.
Es por eso mismo que los resultados de estas pruebas comerciales suelen carecer de veracidad.
Así lo sugirió Horvath, quien aseguró que conoció el caso de una persona qué se hizo dos pruebas distintas y en las que obtuvo dos resultados diferentes, con una distancia de 10 años entre ambos.
El especialista de la Universidad de Columbia, Daniel Belsky, dijo que “se podría decir que los mejores (tests) no son completamente inútiles”.
“Aún no son herramientas clínicas probadas, así que son más bien para curiosos”, enfatizó.
A pesar de aquello, expertos dedicados a esta área esperan que en el futuro se puedan encontrar métodos efectivos y validados por la comunidad científica para revertir la edad biológica.
De momento, todavía faltan experimentos para pensar en tratamientos aplicables a los pacientes.