El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó en marzo un plan estratégico nuclear que hasta el momento se mantiene bajo el estatus de altamente clasificado.
Se trata de un documento en el que se hace referencia a la rápida expansión del arsenal de China y a la posibilidad de que dicho país opere en coordinación con Rusia y Corea del Norte.
Según informaciones reunidas por el New York Times, se titula “Guía del Empleo Nuclear” y no existen copias electrónicas del escrito.
Más bien, solo figura un número limitado de reproducciones impresas, las cuales están en manos de altos funcionarios de seguridad nacional y comandantes del Pentágono.
A pesar de que —hasta ahora— desde la Casa Blanca no han informado sobre la estrategia nuclear aprobada por el mandatario, sí se le permitió a dos altos funcionarios aludir a este plan.
Eso sí, de manera restringida y sin entregar detalles.
El estratega nuclear del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), Vipin Narang, quien trabajó para el Pentágono, comentó a principios de agosto que “el presidente publicó recientemente una guía actualizada sobre el empleo de armas nucleares, para tener en cuenta a los múltiples adversarios” que cuentan con este tipo de armamento.
Junto con ello, según declaraciones rescatadas por el citado medio, sugirió que China ha presentado un “significativo aumento del tamaño y la diversidad” en este ámbito.
Previamente, en junio, el director superior de control de armas y no proliferación del Consejo de Seguridad Nacional, Pranay Vaddi, también aludió a la estrategia y dijo que esta se centra en evaluar “la necesidad de disuadir a Rusia, la República Popular China y Corea del Norte simultáneamente”.
Cómo es el plan de estrategia nuclear que aprobó Estados Unidos
La estrategia de Estados Unidos se presenta como una respuesta al acercamiento entre esos tres países y la potencial amenaza que podría significar para occidente en caso de que se desate un conflicto directo con armas nucleares.
De hecho, Rusia y China ya realizan ejercicios militares juntos.
Además, se ha reportado que Corea del Norte e Irán suministran armamento convencional al país del mandatario Vladimir Putin, el cual se encuentra en medio de una invasión militar en el territorio de Ucrania desde el 24 de febrero de 2022.
Según rescató el Times, las agencias de inteligencia presumen y están investigando la posibilidad de que el Kremlin ayude a los programas de misiles de dichos países como moneda de cambio.
Cabe recordar que Putin ya ha amenazado en múltiples ocasiones con la posibilidad de que se desencadene una guerra nuclear.
Incluso, en marzo de 2024 declaró que están “preparados desde el punto de vista técnico y militar” para ese eventual escenario.
Apenas unas semanas antes, había manifestado en su discurso frente al Parlamento que “los oponentes de Rusia deben recordar que tenemos armas capaces de alcanzar objetivos en su territorio y que todo lo que plantean asusta al mundo entero”.
“Todo esto amenaza con un conflicto con armas nucleares y, por tanto, la destrucción de la civilización”, agregó.
Tales declaraciones se dieron después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, sugiriera que los miembros europeos de la OTAN envíen tropas terrestres para apoyar a Ucrania, planteamiento que fue rechazado rápidamente por países como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.
El exalto funcionario del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional, Richard N. Haas, explicó al periódico de la Gran Manzana que actualmente “estamos ante una Rusia radicalizada”.
“La idea de que no se utilizarían armas nucleares en un conflicto convencional ya no es una suposición segura”, enfatizó el también presidente emérito del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos.
Respecto a China, se afirma que los intereses del mandatario Xi Jinping están centrados en alcanzar o superar el tamaño del arsenal nuclear de países como Estados Unidos o Rusia.
Aquellos esfuerzos han llevado a que su crecimiento en esta área sea el más acelerado del globo.
Por otro lado, Corea del Norte también ha optado por expandir su armamento nuclear, hasta el punto en que su tamaño se estaría acercando al de facciones como Israel y Pakistán, según se reporta.
Cuando Narang salió del Pentágono para enfocarse en el ámbito académico, recalcó que “es nuestra responsabilidad ver el mundo tal como es, no como esperábamos o deseábamos que fuera”.
“Es posible que algún día miremos hacia atrás y veamos el cuarto de siglo posterior a la Guerra Fría como una pausa nuclear”, añadió el estratega nuclear.
De la misma manera, subrayó que el desafío actual de Estados Unidos es “la posibilidad real de colaboración e incluso colusión entre nuestros adversarios con armas nucleares”.
En una conferencia de prensa realizada en julio, el presidente Biden afirmó que adoptó un plan para buscar formas de interferir en la asociación entre China y Rusia.
Sin embargo, dijo que en ese momento no estaba “preparado” para comentar detalles públicamente.
A pesar de que Estados Unidos y China habían mantenido conversaciones sobre seguridad nuclear y factores relacionados, posteriormente el país asiático se restó de esos diálogos, bajo argumentos como que se le estaba vendiendo armas estadounidenses a Taiwán.
En este sentido, la subsecretaria de control de armas, disuasión y estabilidad del Departamento de Estado, Mallory Stewart, planteó al Times que China “parece estar siguiendo el ejemplo de Rusia”.
Con esto último hizo referencia a que “hasta que abordemos las tensiones y los desafíos en nuestra relación bilateral, ellos optarán por no continuar con nuestras conversaciones sobre control de armas, reducción de riesgos y no proliferación”.
Se espera que, antes de que Biden deje el cargo, se entregue ante el Congreso una notificación no clasificada sobre el plan estratégico nuclear aprobado en marzo durante su administración.