De manera natural, cuando se tiene un hijo es común que se le quiera proteger y entregar la mayor cantidad de herramientas posibles, para que así pueda desenvolverse óptimamente en el mundo a medida que crece.
Sin embargo, muchas veces las decisiones que se toman sobre los cuidados pueden potenciar tanto aristas positivas como negativas en torno a su desarrollo.
El concepto de padres y madres “helicóptero” hace referencia a los adultos que supervisan constantemente a sus hijos, como si fuesen un vehículo aéreo que se posiciona encima de ellos para revisar todo lo que hacen.
Aquello incluye que reaccionen ante cualquier complicación o pormenor que pueda aparecer en la vida del niño o del adolescente, para que así no lo hagan ellos.
Dicho fenómeno —que actualmente también es conocido como “hiperpaternidad” o “hiperparentalidad”— tiende a ser ampliamente cuestionado por los especialistas.
En este sentido, la psicóloga experta en educación de la Universidad de Castilla-La Mancha, Beatriz Martín del Campo, escribió un artículo para The Conversation en el que profundizó en esta temática.
Según una revisión de libros que hizo, hay autores que argumentan que esta figura del “helicóptero” facilita que los jóvenes no sean capaces de afrontar pequeños retos ni sean autónomos cuando pasan a ser adultos.
No obstante, la especialista precisó que hay una serie de aspectos que se deben analizar.
Uno de ellos es preguntarse si estas conductas son un aspecto negativo de parte de los padres o si, más bien, son “una respuesta lógica a los nuevos retos a los que se enfrenta la juventud en su transición de la adolescencia a la vida adulta”.
Ante esa interrogante, la psicóloga enumeró algunos tópicos que según ella se deben tener en cuenta.
Lo que se debe considerar en torno a los padres y madres “helicóptero”, según una experta
La académica de la Universidad de Castilla-La Mancha planteó que es importante considerar el entorno social y cultural cuando se piensa en los posibles orígenes de este fenómeno.
“Atribuir las conductas hiperparentales a las características internas y psicológicas de los padres y las madres, sin analizar todos los condicionamientos históricos, sociales y contextuales que pueden estar incidiendo en su supuesta aparición, es una forma muy limitada de analizar la cuestión”, advirtió.
Ahora, seguramente te estás preguntando si el “helicóptero” es una causa o una consecuencia de un aspecto —o de varios— en particular.
Pese a que hay investigaciones que han asociado la hiperparentalidad con problemas en la salud mental de los hijos, aquello no se aplica en todos los casos ni puede considerarse como una raíz única de por qué ocurre.
“¿Es la salud mental el origen o el resultado de la hiperparentalidad? Se requieren investigaciones longitudinales para esclarecer esta relación”, cuestionó la psicóloga.
“Sí hay estudios que sugieren que una mayor intervención de los padres puede ser beneficiosa, especialmente en la transición a la edad adulta de jóvenes con discapacidades. Esto nos lleva a considerar que las conductas hiperparentales podrían tener un propósito justificado: las familias podrían estar intensamente involucradas en la vida de sus hijos por motivos válidos”.
Por eso, según aseguró la experta en su artículo, no siempre se puede clasificar como “malo” cuando los padres presentan este alto nivel de atención hacia las acciones de sus hijos.
Depende, en gran parte, de las características de cada caso.
“La percepción actual sobre la hiperparentalidad carece de datos empíricos sólidos que sugieran un aumento excesivo de este estilo en la crianza, o que esta forma de educación sea perjudicial. No hay análisis profundos sobre por qué surgen conflictos relacionados con la hiperparentalidad, y sería valioso explorar a fondo estas dinámicas desde una perspectiva cualitativa”, sentenció Beatriz Martín del Campo.
Cabe destacar que siempre es recomendable visitar a un especialista para evaluar cada situación en particular.