Su nombre es sinónimo de una serie de controversias para la población de Japón. A lo largo de su vida, Ryuho Okawa (66) construyó una fiel base de seguidores a través de su secta llamada “Ciencia Feliz”.
En ella, la cual dice tener miembros en más de 168 países, el nipón predicaba que tenía la capacidad de comunicarse con los espíritus, tanto de gente viva como muerta.
Según informaciones reunidas por Infobae, llegó a asegurar que se contactó de esta manera con almas como la de Jesús y Freddie Mercury, además de con las de líderes mundiales como Donald Trump y Vladimir Putin.
Y si bien, no solía acceder a entrevistas con los medios locales, sí figuraba constantemente en los titulares de los diarios, debido a sus polémicas afirmaciones.
Ryuho Okawa, el fallecido líder de “Ciencia Feliz” que aseguraba comunicarse con los espíritus
Durante la jornada de este jueves, se confirmó que el japonés de 66 años murió en su casa de Tokio tras sufrir de un colapso de salud, el cual le afectó a inicios de esta semana.
A pesar de que Okawa era más que conocido en el país asiático, sus declaraciones eran ampliamente criticadas, un escenario que se intensificaba aún más cuando publicaba libros bajo su autoría.
No solo porque decía que una epifanía que tuvo a los 24 años lo llevó a darse cuenta de que era el elegido para “llevar a la humanidad hacia la felicidad”, sino que también, porque fundó un controvertido partido político en 2009, al cual bautizó como “Realización Feliz” y mediante el que buscaba fijar normas en base a sus propias creencias religiosas, además de limitar los derechos en cuanto a diversidad sexual y de género.
Incluso su propio hijo, Hiroshi Okawa, destacaba como uno de sus principales detractores.
“Afirmaba haber recibido los ‘mensajes de Dios’, mentía implacablemente a sus seguidores”, dijo en una entrevista con el New York Times en 2020, “creo que lo que hace mi padre es una completa tontería”.
Y pese a que los militantes de “Realización Feliz” no han logrado conseguir puestos públicos de relevancia nacional en Japón, sí han alcanzado escaños en las asambleas de ciertas localidades.