La figura de Jesús ha sido el centro de atención para numerosas religiones y cultos a lo largo de la historia, hasta el punto en que existe un amplio catálogo de libros, obras de arte y películas que retratan su paso por la Tierra y lo que se describe en textos sagrados como la Biblia.
Asimismo, es conocido que sus padres fueron José de Nazaret y la Virgen María, pero en general, los detalles en torno a los progenitores de esta última son escasamente hablados.
Ellos fueron Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús, quienes hoy son considerados santos por la Iglesia Católica y que tienen su mayor fuente de información en un evangelio apócrifo (no canónico), conocido como el Protoevangelio de Santiago.
“Es lo único que tenemos”, dijo a la BBC el vaticanista y subdirector del Centro Laico de Roma, Filipe Domingues, “Santa Ana y San Joaquín aparecen en este texto, que no es precisamente una evidencia histórica, ya que estamos hablando de un escrito elaborado mucho después de la vida de Jesús”.
“Lo que sabemos sobre ellos es lo que terminó en la tradición. Historias basadas en relatos que circularon desde el comienzo del cristianismo y muchas de ellas terminaron manteniéndose”, añadió el especialista, quien también es doctor en Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Gregoriana.
Por su parte, el historiador André Leonardo Chevitarese, quien se ha dedicado a estudiar en profundidad la historia de Jesús, dijo al citado medio que “los datos relativos al nacimiento de Jesús, inclusive sobre José y María, como padres de él, habrían sido añadidos tardíamente, probablemente en el siglo II”.
¿Por qué lo hicieron ahí y no antes? Según el experto, debido a que los primeros grupos cristianos empezaron a exigir como “una demanda” que se revelaran más detalles sobre la infancia de Jesús y su genealogía. En medio de ese relato, es donde entran San Joaquín y Santa Ana.
La historia de los abuelos de Jesús y padres de María
Chevitarese confía en que la tardía aparición de Joaquín y Ana en el Protoevangelio de Santiago se debió a la necesidad de contrarrestar acusaciones que se hacían contra José y María, en las que se les criticaba por haber tenido un hijo fuera de una unión legitimada por las leyes religiosas judías de la época.
“Si ni siquiera tenemos datos fidedignos de quiénes fueron los padres de Jesús, imagínate quiénes fueron sus abuelos”, dijo a la BBC, “probablemente estemos, por tanto, en el campo del mito, en el campo de un tipo de literatura que quiere resolver esta acusación de, entre comillas, prostitución de María, la madre de un hijo ilegítimo, fuera del matrimonio”.
En este sentido, profundizó en que el hecho de que hayan sido considerados se hizo para “demostrar que María tiene familia, que no es una prostituta ni una loca. Que tiene pedigrí. Y se describe a Joaquín y Ana como los responsables de criarla bajo la ley judía”.
Es por esto que, en opinión de Chevitarese, esta temática se traduce “entrar en relatos míticos, cuyo valor histórico tiende a cero”.
”Al mismo tiempo, está la tradición oral, con mucho imaginario popular y el trabajo de editores que van cambiando la información, dándole rasgos históricos”.
Frente a este escenario y las posibles discordancias en torno a San Joaquín y Santa Ana, el investigador de la Universidad Federal de São Paulo, Thiago Maerki, explicó a la BBC que “es muy difícil conocer información históricamente precisa sobre estas dos figuras santas”.
Qué dice el Protoevangelio de Santiago
En palabras de Maerki, quien también se desempeña como miembro de la Sociedad de Hagiografía en Estados Unidos, el Protoevangelio de Santiago “narra el milagroso nacimiento de María, quien según el texto nació de padres estériles”. “En ese momento, una pareja sin hijos era considerada maldita por Dios. Tanto Ana como Joaquín se presentan fervorosos en oración, pidiendo a Dios que los libere de esta maldición”.
Tras numerosas súplicas y a que Joaquín pasó 40 días de ayuno en el desierto, finalmente “de regreso a casa, Ana lo estaba esperando en la llamada Puerta Dorada de Jerusalén. Y la concepción que dio lugar al nacimiento de María habría sido un gran milagro de Dios”.
Según Maerki a ello se le sumó más tarde, en la Edad Media, el detalle de que pudieron procrear sin tener sexo, un acto que gracias a su fe permitió el nacimiento de “la figura santa más grande de la Iglesia, que es María”.
Si bien, la información en torno a Santa Ana y San Joaquín es escasa, otro libro que también hace referencia a este último es el texto apócrifo Evangelio del pseudo-Mateo, en el cual se le describe como “un hombre de carácter extraordinario”, quien se preocupó de mantener a su familia, orar y ayudar a los más necesitados.
Pero, ¿cómo fue la relación entre Jesús y sus abuelos? Los expertos aseguraron al citado medio que es un aspecto desconocido hasta la fecha.
“No aparecen en su vida pública, por lo que también quedan fuera del relato bíblico canónico”, aseguró Filipe Domingues, por lo que en otras palabras, “no existen en la Biblia”.