Un scooter eléctrico cargado con explosivos desencadenó la muerte del teniente general Igor Kirillov, el responsable de las armas químicas y nucleares de Rusia.

La mañana del martes 17 de diciembre, él y su asistente se encontraban en las afueras de un edificio de departamentos en Moscú, cuando el aparato fue detonado a la distancia, según afirman los servicios de seguridad del país.

Tanto el jefe de las Fuerzas de Defensa Nuclear, Biológica y Química (NBQ) como su ayudante murieron en el atentado. Kirillov tenía 54 años.

El episodio se dio a casi tres años desde que inició la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania, el pasado 24 de febrero de 2022.

Según fuentes de Kiev citadas por medios como la BBC y CNN, los servicios de seguridad ucranianos estuvieron detrás del operativo.

Un día antes del episodio, el lunes 16, el Servicio Secreto de Ucrania (SBU) lo acusó de ser el “responsable del uso masivo de armas químicas prohibidas”.

De hecho, según el organismo, desde el comienzo de la invasión se han registrado más de 4.800 casos de uso de municiones químicas por parte de Rusia, bajo las órdenes del teniente general.

Los analistas afirman que Kirillov es el militar de más alto rango asesinado fuera de la zona de combate desde que empezó la guerra.

Sin embargo, no es la primera vez desde que comenzó la invasión que se atribuyen atentados y asesinatos en territorio ruso hacia agentes vinculados a la inteligencia ucraniana.

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Cómo son las operaciones de la red de agentes de Ucrania en Rusia

Se asegura que los servicios de seguridad ucranianos cuentan tanto con agentes propios como con efectivos a sueldo y reclutas rusos.

Uno de los casos más comentados se dio en abril de 2023, cuando el bloguero de guerra Vladlen Tatarsky —quien apoyaba la invasión a Ucrania— participó en un evento con simpatizantes en un café de San Petersburgo.

Ahí, una joven rusa que dijo ser estudiante de arte, Darya Trepova, le regaló una pequeña escultura de la cabeza de un soldado.

Unos minutos después, mientras Tatarsky guardaba el regalo en la caja, este explotó.

Aquello le generó la muerte e hirió a más de 30 personas, según se reportó en ese entonces.

Cuando Trepova fue llevada a juicio, declaró que no sabía que el obsequio contenía explosivos.

No obstante, admitió que estaba en contra de la invasión rusa en Ucrania y dijo que le habían dicho que dentro del objeto había un micrófono.

Finalmente, la mujer de entonces 26 años fue condenada a 27 años de prisión por un tribunal ruso.

En diciembre de 2023, un exdiputado ucraniano prorruso llamado Ilya Kyva fue asesinado a tiros en un pueblo ubicado en las afueras de Moscú.

El atacante pudo entrar al recinto de un hotel sin levantar mayores sospechas y, una vez ahí, disparó dos veces contra él mientras transitaba por un parque.

En ninguna de esas ocasiones hubo declaraciones oficiales de Ucrania que confirmaran la presunta participación de sus agentes.

No obstante, fuentes del SBU aseguraron a la prensa que su organismo estuvo detrás de los operativos.

A mediados de diciembre —apenas unos días antes del atentado contra Kirillov— se reportó que el científico ruso Mikhail Shatsky fue asesinado a tiros en un bosque ubicado en las afueras de Moscú.

Él, en particular, era especialista en misiles y había estado a cargo de la modernización de los proyectiles de crucero Kh-59 y Kh-69, que se han utilizado para atacar a las fuerzas ucranianas.

Aunque en dicho caso se atribuyó el operativo a Ucrania, no hubo fuentes de la inteligencia de Kiev que lo confirmaran, rescata el citado medio.

Estos son solo algunos de los episodios en los que, presuntamente, se han involucrado agentes o aliados de la inteligencia ucraniana.

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Qué sugiere el reciente atentado contra el general Kirillov en Rusia

El atentado contra el teniente general Kirillov —ocurrido apenas unos días después del asesinato de Shatsky— es una muestra de la magnitud con la que las operaciones de inteligencia de Ucrania han entrado en Rusia, plantearon analistas consultados por la BBC.

El exmiembro del SBU, Ivan Stupak, sugirió en este sentido que el crimen contra el teniente general en Moscú es comparable en audacia con la ofensiva con beepers que explotaron en Líbano en septiembre, como parte de un ataque de los servicios israelíes.

Según explicó, cualquier persona que prepare, planifique, apoye o efectúe una agresión rusa contra Ucrania puede ser considerado un objetivo legítimo por el SBU.

En las listas del servicio de inteligencia ucraniano figuran, principalmente, generales y comandantes de las fuerzas rusas.

Stupak dijo que la operación contra Kirillov da cuenta de “un trabajo altamente profesional”, que según su análisis, “tiene que haber sido realizado por un grupo de personas”.

“Tenían que averiguar si este general llevaba armas, quién lo acompañaba y si lo seguía el Servicio de Seguridad ruso”, explicó el exmiembro del SBU.