Este miércoles 9 de agosto se confirmó que el cantautor estadounidense de origen mexicano, Sixto Rodríguez, falleció a sus 81 años por motivos que aún no han sido especificados.
Hoy el compositor de folk psicodélico es recordado por álbumes como Cold Fact (1970) y Coming from Reality (1971). Y si bien, su música se posicionó con el tiempo en los puestos más altos de las obras de culto, su historia de vida también ha llamado la atención tanto de los melómanos como del público en general.
Esta es el caso de un misterioso artista que recién se enteró de su impacto años después de haber publicado sus creaciones.
La historia de Sixto Rodríguez
Cuando el cantante nacido en Detroit ya contaba con sus dos discos bajo el brazo, no logró posicionarse en las listas de ventas de países como Estados Unidos o Inglaterra, países en los que grabó cada uno.
De hecho, más bien fueron fracasos comerciales, por lo que la disquera con la que trabajaba en ese momento, Sussex Records, decidió descartarlo.
Según informaciones rescatadas por El País, en un inicio pensaron que Rodríguez sería una suerte de nuevo Bob Dylan —por sus letras introspectivas y socialmente conscientes, además del sonido de su guitarra acústica— , pero los resultados no fueron los que esperaban.
Aquello llevó a que se esfumara de la escena musical y a que, en palabras suyas rescatadas por Variety, “volviera a trabajar” como obrero en construcciones, demoliciones, y restauraciones de casas.
Sin embargo, el autor de “Sugar Man” sí estaba ganando terreno en otros países.
En 1971, una copia de su álbum debut llegó a Sudáfrica, territorio que desde 1947 contaba con un sistema de segregación racial llamado apartheid, el cual sometía a la población negra —casi el 80%— y no les permitía votar o acceder a ciertas áreas, entre múltiples otras restricciones que además los confinaban en barrios específicos.
Tales medidas llevaron a que se estableciera un bloqueo internacional.
“Alguien que visitó América se hizo con un disco y lo trajo, se lo puso a sus amigos y les gustó. Se expandió muy rápido (...) En Sudáfrica pensábamos que era uno de los álbumes más importantes de la historia, así de fácil (...) Tienen que entender que no sabíamos nada de lo que pasaba afuera. Todo estaba censurado”, explicó Stephen Segerman según El País.
Él fue una de las personas que se esmeró en descubrir el paradero de Rodríguez y participó en el documental Searching for Sugar Man (2012) sobre su caso.
Bajo esta línea, añadió: “Para que se hagan una idea: no había televisión porque era comunista. The Beatles estuvieron prohibidos en la radio, porque dijeron que eran más grandes que Jesucristo. A eso súmele el boicot: ningún grupo tocaba aquí, ni siquiera venían equipos de rugby. Así de malo era. Todo llegaba de forma clandestina. Se establecieron redes de distribución entre amigos y cada cosa que descubríamos era oro”.
Y dentro de esos tesoros que pudieron escuchar, estaba la obra del cantautor norteamericano.
Durante años circularon rumores de que Rodríguez estaba muerto, por lo que un grupo de seguidores encabezados por Segerman crearon un sitio web en 1997, con el objetivo de conocer dónde estaba.
Así, descubrieron que seguía vivo, luego de que Craig Bartholomew Strydom —su compañero en la búsqueda— se contactara con Mike Theodore y Dennis Coffey, quienes trabajaron en Cold Fact. Asimismo, la hija del cantante contactó a Segerman para contarle la historia de su padre y conversar sobre la opción de hacer un concierto en Sudáfrica.
“Llevaba toda la vida trabajando de obrero en la construcción, tenía tres hijas. No imagina lo que significó para nosotros”, añadió Segerman.
Cifras presentadas en el documental sugieren que las ediciones sudafricanas de los dos discos de Rodríguez vendieron alrededor de medio millón de copias, mientras que según el análisis de Segerman, sus letras ayudaron a potenciar el movimiento antiapartheid.
De la misma manera, también cultivó una fuerte fanaticada en la escena de culto en Australia, hasta el punto en que en 1979 y 1981 se presentó allá.
Searching for Sugar Man, el documental dirigido por el sueco Malik Bendjelloul —quien falleció en 2014— fue ampliamente elogiado por la crítica: se llevó el premio del público en el Festival de Sundance de 2012 y al año siguiente ganó el premio BAFTA al mejor documental y el Oscar a la mejor película documental.
Y a ello se le suma que recaudó 3.7 millones de dólares en Estados Unidos, su país de origen y el mismo en el que fue ignorado cuando su presentó las obras que más tarde marcaron la historia de la música.
Revisa un tráiler a continuación.