Esta última semana, las canciones más escuchadas en las plataformas de streaming tuvieron un punto en común: todas fueron dedicadas, en diferentes tonos, a una ex pareja.
Aquello no es de extrañar. No por la popularidad de artistas como Shakira, Miley Cyrus y SZA, sino que más bien, porque esa temática ha sido una de las más abordadas en múltiples disciplinas artísticas a lo largo de la historia. También, en la poesía y la literatura.
La periodista y escritora argentina, Leila Guerriero, hizo a incapié a este tema en una columna que escribió para El País, en la que a partir de sus reflexiones sobre la “Music Sessions #53″, se refirió a las figuras de Juan Carlos Onetti e Idea Vilariño, escritor y poetisa que en algún momento de sus vidas pasaron por el temido y frecuente “despecho”.
La historia del romance entre Juan Carlos Onetti e Idea Vilariño
Ambos siguen siendo considerados entre los escritores más importantes de la historia latinoamericana. Él consiguió el Premio Miguel de Cervantes en 1980, mientras que ella recibió el Premio Konex en 2004.
Asimismo, fueron parte del círculo de la Generación del 45, un grupo de destacados autores uruguayos que abordaban asuntos sociales, políticos y culturales.
Pero más allá de la literatura (aunque no tanto), también fueron amantes.
Ella recordó en una entrevista a finales de la década del 80 que lo conoció “antes de 1954″, debido a que ese fue el año en que Onetti publicó Los adioses (1954), uno de sus libros más elogiados en el que incluyó una modesta, pero significativa dedicatoria: “A Idea Vilariño”.
En aquel entonces, él llevaba una década de matrimonio con Elizabeth María Pekelharing, pero la abandonó en 1955, para así casarse con Dolly Muhr, a quien dejó viuda tras su muerte en 1994.
Aun así, tuvo varios encuentros con Vilariño. Exactamente “nueve noches”, según detalló ella. E incluso, le respondió a la dedicatoria de Los adioses con sus Poemas de amor (1957).
Según explicó Guerriero en su columna, “el amor entre ellos era una barbaridad”.
“Teníamos la relación más difícil y más imposible”, escribió la poetisa cuando recordó a Onetti, “una noche me llamó desesperado para que fuera a verlo, yo estaba con alguien que me amaba y lo dejé”.
“A la mañana siguiente le agarré la cara y le dije: ‘sos un burro Onetti, un perro, una bestia”.
Onetti: un “desconocido”
Durante la entrevista audiovisual, Vilariño fue enfática al decir que nunca llegó a conocerlo realmente, a pesar de haber compartido intimidad con él.
“Ese desconocimiento mutiló, falseó y podría decir que empobreció una relación que pudo ser seria y entera, y no lo fue”.
Uno de los Poemas de amor más conocidos de Vilariño es “Ya no”, en el cual se refiere a la tormentosa e inconstante relación que tuvo con el escritor. Las primeras ediciones del libro contenían una dedicatoria explícita hacia él, pero luego fue removida.
Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
Más tarde, en 1991, cuando la periodista María Esther Gillio le preguntó Onetti con qué poema de Vilariño se quedaría, él respondió que con ese, aunque con ciertos alcances.
“Lo único que no me gusta de esta edición es que ya no me la dedica. No me interesan las explicaciones racionales. Me interesa que ya no estoy más allí”.
Al igual que la tiradera de Shakira contra su ex pareja Gerard Piqué, los poemas de Vilariño no solo quedaron en el romance, sino que más bien, pasaron a una etapa que la mayoría prefiere evitar: el dolor.
“No soy partidaria de lastimar. Pero, ya puestos, mejor hacerlo discretamente, con algo que dure y duela hasta el final”, opinó Guerriero.
El escritor murió en 1994 en Madrid (España) a causa de un infarto a sus 84 años, mientras que Vilariño falleció a los 89 en un hospital de Montevideo (Uruguay), tras haber sido operada de urgencia por una obstrucción intestinal.