Si estás leyendo este artículo mientras estás acostado en tu cama, sosteniendo tu teléfono celular en dirección al techo, tal vez debas cambiar de posición.
Son múltiples los escenarios que aumentan el riesgo de padecer tendinitis y el descrito anteriormente es solo uno de ellos. Estas inflamaciones de los tejidos que unen a los músculos con los huesos —esas partes se llaman tendones— , pueden causar dolor, sensibilidad e hinchazón en las zonas afectadas.
En casos prolongados que no reciban tratamiento, dichas molestias incluso podrían requerir de una cirugía. Es por esto que profesionales del ámbito de la salud detallaron a La Tercera algunas de las prácticas comunes que inciden en la posibilidad de enfrentarla.
Pero antes de llegar a ello, es necesario revisar brevemente cuáles son los orígenes más frecuentes de estas inflamaciones.
Las causas de la tendinitis
Pese a que pueden ser muy variadas dependiendo de cada paciente, sí se han identificado ciertas tendencias que se relacionan con este padecimiento.
La académica de la Escuela de Kinesiología de la Universidad Diego Portales (UDP), Valeria Gatti, explica que un origen habitual es cuando se hacen movimientos repetitivos por un largo periodo de tiempo.
“Eso genera una sobrecarga en el tendón, hace que se inflame y que aparezca también este cuadro doloroso, que es como irradiado hacia el músculo y la zona en donde está el tendón”, dice.
Otro origen recurrente, asegura Gatti, es cuando las personas hacen repentinamente movimientos que no están acostumbradas a realizar.
Es aquí cuando pasamos a las situaciones habituales que seguramente haces a diario, pero que pueden incrementar la probabilidad de que este diagnóstico se presente en alguna parte de tu cuerpo.
Prácticas comunes que aumentan el riesgo
Si bien, el comunicarse por chats de aplicaciones y redes sociales puede ser una forma rápida y eficiente de interactuar a distancia con otras personas durante la rutina, el escribir mucho y muy rápido puede afectar en que aparezca una eventual tendinitis. Sobre todo, si utilizas tus pulgares para hacerlo.
Así lo manifiesta el traumatólogo de IntegraMédica, Patricio Delgado, quien asegura que ese escenario es un motivo regular de consulta, el cual se tiende a ver en los pacientes más jóvenes.
“También genera más riesgo el estar en una postura mucho rato”, afirma el doctor.
Por lo tanto, si pasas demasiado tiempo viendo videos en tu celular con tus manos alzadas sobre tu cuerpo, o si vas a un concierto y haces el esfuerzo muscular de grabar todo el espectáculo sin apoyarte en nada ni tomar descansos, las probabilidades de enfrentar tendinitis crecen considerablemente.
Aún así, los teléfonos no son los únicos factores que pueden influir en la aparición de este diagnóstico. Acciones tan recurrentes como planchar, tejer, manipular objetos, escribir en el computador y jugar videojuegos, entre una extensa lista, inciden si se hacen de manera repetitiva y prolongada.
En el caso de las consolas de videojuegos, Delgado destaca que los movimientos rápidos y reiterativos son una característica relevante, especialmente si eres de las personas que pasan varias horas sin parar con un control en las manos.
“Eso lo vemos regularmente en gente joven y en personas que ya no lo son tanto, porque hay una generación que hoy tienen entre 30 y 35 que son bien fanáticos”, cuenta el médico.
Una situación similar ocurre con el uso de computadores, dice el traumatólogo. “Es un productor importante de tendinitis”.
Sobre este punto, la académica de la UDP detalla que “sobre todo si no se cumplen las medidas ergonómicas, como por ejemplo, una altura adecuada del asiento, del escritorio, de la pantalla o de los apoyabrazos, que son elementos fundamentales para mantener una mejor postura”.
Una tendencia que también es común de ver en los pacientes, cuentan los profesionales de la salud entrevistados por este medio, es cuando empiezan a hacer deportes de forma repentina y activa, sin antes tener un entrenamiento previo.
“Algunos que están actualmente de moda, el pádel por ejemplo, también pueden desencadenar ciertas tendinitis. Más bien en el codo, que se llama epicondilitis”, explica Delgado.
“Por lo general, la gente que tiene buena técnica en los deportes no la desarrolla. El tema es en torno a las personas que no tienen técnica o nunca reciben una clase y se ponen a jugar porque los invita alguien. Ahí tienen muchas posibilidades de tener una tendinitis o una epicondilitis en este caso”.
Cómo identificar el riesgo y cuándo ver a un médico
A pesar de que ciertas actividades físicas pueden hacer que el cuerpo quede adolorido mientras se realizan, si este persiste cuando se dejan de efectuar es una señal que se debe tener en cuenta, ya que podría tratarse de un caso de esta afección.
El traumatólogo sugiere que el momento ideal para acudir a un doctor depende de la intensidad del dolor, “pero si de tres a cinco días este persiste, ya es un buen momento para ir y así tomar el cuadro en un momento que esté iniciándose”.
En el escenario hipotético de que cumplas con estas características y no visites a un médico para que revise tu situación y las mejores formas de tratarla, Delgado cuenta que el tratamiento podría hacerse más largo y que, incluso, podría llegar a requerir de una cirugía.
Así que, si en este momento estás sintiendo molestias de este tipo, lo más recomendable es que agendes una hora con un médico y que no ignores los síntomas.