En noviembre de 1994, hace 30 años, llegaba a las tiendas MTV Unplugged in New York, el célebre álbum que Nirvana grabó como parte de las sesiones desenchufadas. Un trabajo que sorprendió al grupo en la gira más grande de su carrera y a Kurt Cobain sumido en la adicción. Aún así, se dieron maña de tocar un set de canciones atípico, con pocos hits y seis versiones, como una muestra de su convicción. Acá la historia tras una noche que quedó para la posteridad, en revisión de un biógrafo del grupo y una testigo de la época. “Es una obra maestra y un fenómeno cultural; merece valerse por sí mismo”, dicen.