Nicolás López repite éxito en Chile y en México

La taquilla le sonríe a Nicolás López. La nueva película del director chileno, No estoy loca, está prevista a llegar a los 400 mil espectadores en su segunda semana en cartelera, alcanzando el octavo lugar de las cintas más vistas en la historia del cine chileno, intentando de paso conseguir el mismo éxito de su predecesora Sin filtro, que en 2016 vendió 1.2 millones de tickets.

"Esta película es distinta, porque me he sentido conmovido por la reacción positiva del público cuando la ve, conectándose con ella. Muchos han comentado sus experiencias en las redes sociales con la depresión y la angustia, viéndolo de un punto de vista más esperanzador e iluminador", comenta López a La Tercera.

El director chileno ha trabajado con Miguel Asensio en la productora Sobras más allá de Chile en el último tiempo, con un fuerte enfoque al mercado latinoamericano, principalmente al mexicano, estrenando Hazlo como hombre (2017), una película exclusiva para ese territorio, la que alcanzó 4.3 millones de espectadores, convirtiéndose en la cinta mexicana más vista en ese país durante el año pasado.

De esta misma forma, ha realizado reversiones de sus éxitos chilenos en el país azteca, como Qué pena tu vida, la que alcanzó un millón de presentes en las diferentes salas. Además de la grabación del remake de Qué pena tu boda, titulado En las buenas y en las malas. Recientemente, López repitió su éxito en el mercado mexicano, con el estreno la semana pasada del remake local de Sin filtro (llamado Una mujer sin filtro), que en cinco días ha vendido más de un millón de entradas, trepando al segundo lugar de la taquilla nacional, sólo por detrás de Guillermo del Toro y La forma del agua.

Actualmente, prepara la creación de una tercera película de su trilogía "mujeres contra el mundo", que seguirá la tendencia de Sin Filtro y No estoy loca, pero junto a su productora están prontos a estrenar El habitante, durante el mes de junio en México, y Como andamos por casa en agosto en Chile, con la dirección de Guillermo Amoedo y Boris Quercia, respectivamente.

"Más que mi consolidación como director, que es algo en lo que no creo, lo único importante para mí es poder contar historias, aprender, acertar, equivocarme y que exista un público al que le interesa lo que tengo que decir", explica López.