Retratos de la Memoria: un siglo de registros fotográficos
La muestra, que reúne más de 200 fotografías capturadas entre 1890 y 1990, se extenderá hasta el 5 de agosto en el Museo de Bellas Artes.
Paseos por la playa, reuniones con amigos, visitas al zoológico o celebraciones tradicionales en casa. Así pasaban el tiempo libre las familias chilenas del siglo pasado. Hasta la década del 90 no existía la cultura de los mall y el uso de aparatos electrónicos era insospechable. De ese estilo de vida da cuenta la versión 2018 de Retratos de la Memoria, la convocatoria que cada año realiza el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) con el fin de que la comunidad comparta las fotografías de sus álbumes familiares, y que este año tuvo como tema Tiempo libre.
Desde el año 2007, el MNBA extiende esta invitación que inaugura su muestra para el Día del Patrimonio. En esta oportunidad llegaron 280 fotografías capturadas entre 1890 y 1990; de ellas se seleccionaron 208 para la exhibición que se extenderá hasta el 5 de agosto en la sala de Mediación y Educación del museo.
La muestra está dividida en seis categorías: Refrescar el momento, Romper con la rutina, Temporada de aventuras, Hora de celebrar, Siempre juntos y Jugar y pasar el tiempo. En ellas se encuentran imágenes en blanco y negro, y a color, que muestran distintas actividades. Niños sentados en una mesa para celebrar un cumpleaños, vacaciones en la playa, paseos a la nieve, fiestas universitarias, niños con juguetes de la época, equipos de fútbol de barrio e incluso paseos en la laguna del Parque O'higgins, son parte de los registros que se pueden encontrar. Fotografías protagonizadas principalmente por abuelos, padres y tios de quienes compartieron el material.
Encargada por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam), en sus inicios Retratos de la Memoria se gestó como una actividad participativa para que adultos mayores enviaran sus archivos fotográficos. Sin embargo, con el paso de los años la convocatoria amplió su público: "Nos dimos cuenta de que no sólo participaban los adultos mayores, sino que ya sea para escanear la fotografía, para enviarlas por correo, para revisar el álbum y seleccionar la imagen, finalmente era un espacio en que participaba toda la familia", explica Graciela Echiburú, coordinadora del área de Mediación y Educación del Bellas Artes.
En sus 12 ediciones, Retratos de la Memoria ha abordado diferentes temas, como Momentos cotidianos, Infancia, Historias de escolaridad, Bodas y celebraciones, entre otras. La elección de cada una de ellas es una decisión colaborativa entre el equipo del museo y el público. "Las temáticas se eligen desde las sugerencias del público. De esa forma vamos perfilando qué tema se va a difundir cada año. Es una co-construcción para hacer una exposición en que el museo pone su espacio y dialoga con las personas, y las personas dialogan entre ellas también", añade Echiburú.
Desde su inicio, la exposición se ha instalado como un hito del Día del Patrimonio en el Museo Nacional de Bellas Artes. A través de la fotografía, se busca rescatar un patrimonio que está presenta en los hogares de las familias, y al participar de la convocatoria pueden compartirlo con los demás. "La idea es generar un espacio de apropiación del museo y del patrimonio, que las personas se sientan protagonistas del relato histórico y que vean que también son generadores de patrimonio. El patrimonio no es algo ajeno a nosotros, somos parte de la historia y somos parte del patrimonio", subraya Echiburú sobre el valor de la muestra.
Al igual que en años anteriores, la exposición Retratos de la Memoria está acompañada de exposiciones complementarias. En esta ocasión, se exhiben algunos artículos de la época vinculados al tema, y que son parte de la colección de Artes Decorativas del Museo de Historia Nacional: baldes de playa de los años 50, juegos de mesa de los 60, y aparatos electrónicos de los 90 completan la muestra.
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