Andrés Bobe: 25 años después

Imagen Andrés Bobe

El 10 de abril de 1994 falleció en un accidente en moto el fundador de La Ley y uno de los músicos más relevantes en el despegue del pop chileno.


Recuerdo como si fuera ayer cuando regresé a conocer mi país después de haber crecido en el extranjero. Tenía una necesidad imperativa de reencontrarme con mi raíz, con el origen, con mi tierra y con mi esencia.

En ese contexto, y en las circunstancias de una nación que volvía a la democracia, llegué a reintegrarme a la sociedad chilena. Sin imaginarme lo que me esperaba, dejé que el destino sucediera, y de esa manera conocí a Andrés Bobe, un musicólogo y alma creativa por excelencia, quien vibraba con el rock inglés y poseía un muy buen gusto musical enfocado en las guitarras de Johnny Marr, de The Smiths, quien ya en esa época había cerrado su ciclo musical con Morrissey.

Recuerdo haber escuchado a Andrés hablar acerca de este grupo en un programa musical donde fue invitado como experto en el tema. Me sorprendió su conocimiento y apreciación al tratar la historia de los Smiths, y me quedó claro en ese momento, y en mi inocente mente de recién llegado, que algo muy interesante estaba sucediendo en la escena musical chilena. El destino siguió su curso, y por diferentes canales, terminé en Puente Alto, en la parcela donde vivía Andrés con su familia y donde tenía una sala de ensayo. Fue para la audición donde pretendía sumarme a las filas del proyecto llamado La Ley, que en esa época buscaba a un vocalista. Curiosamente, nunca Andrés me dijo que yo sería el cantante, pero seguí ensayando hasta sentirme cómodo y confiado de que podía convertirme en el frontman que él buscaba.

Aprendí mucho de la disciplina de ensayo que él tenía, pero sobre todo siempre me fijé en cómo sus manos llevaban un ritmo perfecto, el que combinaba con su genial juego de efectos y delays, los que le dieron el carácter que siempre tuvieron y tendrán las guitarras que grabó con La Ley. Andrés era un hombre con mucho carácter, pero extremadamente noble y cariñoso. Un buen líder.

A pesar de nuestras apasionadas personalidades que por momentos chocaban, siempre supo reconocer el potencial que yo tenía para aportar al proyecto, y de esa manera nos convertimos en una dupla compositora infalible; juntos logramos generar la fundación de la carrera de La Ley. Gracias a su experiencia y su clara visión de la dirección que debíamos tomar como grupo, pudimos, a pesar de su inesperada partida, seguir con fuerza a la conquista de México y Latinoamérica. Me atrevería a decir que todos quienes formamos esta banda llevamos algo de Andrés en todo lo que hacemos a nivel musical. Y eso se puede definir en dos palabras: estilo y determinación.

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