Alberto Plaza: "Kramer me llamó para pedirme ayuda y ahora responde burlándose. Él me traicionó"
El artista habla con Culto de cómo en Viña se convirtió en un comodín para los cómicos: "Que me pifien todo lo que quieran, me da lo mismo". Además, revela una historia que le sirve para explicar su rechazo a Stefan Kramer.
Alberto Plaza subraya una estadística llamativa: "Yo ya llevo tres festivales de Viña como tendencia en Twitter sin ni siquiera estar en la Quinta Vergara. No sabía que era tan importante". Desde que en 2017 Fabrizio Copano culminó su presentación con la canción "Qué cante la vida" sonando en el lugar -como una ironía por las cartas que el cantautor había publicado acusando la "degradación" de la cita-, Plaza ha sido mencionado en varias rutinas humorísticas.
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De hecho, las últimas sucedieron esta semana: cuando el domingo Kramer relató que fue a una manifestación en la Plaza Ñuñoa y que, al subirse a un escenario, avisó que cantaría un tema que de seguro le iba a encantar al público. Ahí el imitador entona la primera frase de la propia Qué cante la vida, aquello que dice "había esperanza…". Las pifias fueron inmediatas.
Y también cuando Ernesto Belloni contó que una vez le preguntó a su esposa "amor, ¿después de estos 30 años, qué he significado para ti?". Su mujer le responde: "Han sido como 10 minutos… escuchando a Alberto Plaza". Tras ello hubo una risotada, aunque también una leve rechifla.
"Me enteré de que la primera noche estuvo Kramer, que me mencionó y me puso como tendencia en Twitter. Me llama la atención; Kramer es una persona muy especial", expresa el músico.
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Luego profundiza en torno a una experiencia acontecida alrededor de 2017: "Yo siempre lo he encontrado un hombre muy talentoso, es un portento de creatividad. Y una vez me llamó a mi casa en Estados Unidos para pedirme ayuda, porque quería venirse a vivir a EE.UU. Me llamó para ver sí yo lo podía orientar, me pedía consejos, yo le ofrecí todo tipo de ayuda; le podía presentar abogados, si es que necesitaba lo podía asesorar con contactos para la visa, la empresa que tengo podía funcionar como sponsor... me puse a su disposición. Me agradeció mucho. Tuvimos una larga conversación y le estuve dando consejos. Y él me responde riéndose y burlándose de mí en público, y poniéndome en una condición como la que me puso. Eso se llama traición".
Plaza precisa que antes no había querido contar esta historia, pero que ahora lo hace por un motivo: "Para que la gente pueda conocer el tipo de persona que es Kramer". Después continúa: "La traición tiene una pena que se lleva por dentro, no es necesario que el castigo venga de afuera. Porque él que ha traicionado a otro evidentemente lleva una vida miserable".
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- ¿Por qué no tomó como una imitación más lo que él hizo?
- No vi exactamente lo que hizo. Pero él dijo e hizo algo que provocó la pifia del público. Él quería provocar eso, obviamente. Él no tiene muchos escrúpulos cuando se trata de reírse o burlarse de la gente. Él ha construido su carrera sobre la base de denostar a muchos personajes públicos. Está construyendo una vida que se sustenta en pasar por arriba de los demás. Eso yo no lo haría. No va en mi estilo y no lo hago porque no podría vivir con esa conciencia. Hay que tener cuero de chancho para hacer daño y no sentir nada al respecto.
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También agrega que comenzó a cultivar un vínculo con Kramer desde comienzos de los 2010, cuando el comediante lo telefoneó para usar una de sus canciones, "Milagro de abril", en una de sus películas. Luego, Plaza asistió a un show de la esposa del imitador, Paloma Soto, donde volvieron a afianzar lazos. "También me incluyó en su rutina de 2018 en Viña, poquito tiempo después de pedirme ayuda. Por tanto, si lo hace por segunda vez, se trata de una persona peligrosa. Una persona no confiable es muy peligrosa. Cualquiera que se cruce en su camino debe cuidarse mucho de él".
- Belloni también lo mencionó a usted en su show.
- Hace tres años que vienen los humoristas mencionándome, una señal de que soy muy importante para ellos. No me genera nada, absolutamente nada. No tenía idea que me había mencionado Belloni. No tengo ningún vínculo con él, no me interesa lo que diga de mí o lo que haya provocado. Me produce cero. Ninguna emoción. Ahora distinto es el caso de Kramer. Él me traicionó.
- ¿Cómo es convertirse en un comodín para los humoristas?
- Está bien, si les sirve para ganar plata y para llevarse plata para la casa, me da lo mismo. Total, para mí hace rato Viña no está en mi radar. Que me pifien todo lo que quieran, me da exactamente lo mismo. Además, tengo una preparación espiritual e intelectual que me permite entender este fenómeno. No tengo ningún problema, hagan lo que quieran. Hay que mirar por sobre la masa. Porque la masa es una entidad estúpida, la masa no se comporta con sentido común e inteligencia. La masa en Viña se comporta como una entidad que no piensa correctamente.
- ¿Volvería a Viña?
- Por ningún motivo. No tengo nada que hacer ahí. No me gusta, no es una plataforma desde la cual quiero mostrar mi trabajo. Y si tuviera interés en ir, ya no puedo, por lo político. El público de Viña no es el público mío.
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