Muere Jimmy Cobb, el pulso de Kind of Blue
A los 91 años murió el baterista y último sobreviviente del célebre disco de Miles Davis.
Cuando entraron al estudio, Miles Davis le dijo: “Jimmy, ya sabes qué hacer”. Estaban en la calle 30 de Nueva York, en una antigua iglesia reconvertida en estudio del sello Columbia. Era el 29 de marzo de 1959, la primera de las dos sesiones de grabación de Kind of Blue, la obra maestra del jazz. Jimmy Cobb fue uno de los primeros en llegar para preparar su batería. “Solo haz que suene como si estuviera flotando”, le dijo Davis, líder de una alineación excepcional que también integraban John Coltrane, Paul Chambers, Cannonball Adderley y Bill Evans.
Cobb, un músico sensible y atento, lo hizo: la delicada tensión de sus platillos en diálogo con el bajo de Paul Chambers al inicio de “So what”, el primer tema, es uno de los grandes pasajes del disco. “Herbie (Hancock) dijo que ese es uno de sus momentos favoritos del álbum. Mucha gente me ha dicho eso. ¡Al principio pensé que era un error”, recordaba Cobb.
Nacido en Washington el 20 de enero de 1929, James Cobb, el último sobreviviente de aquella obra maestra, murió el domingo, a los 91 años, producto de un cáncer de pulmón en Manhattan. Artista de bajo perfil, se formó como un autodidacta y era un puente con las leyendas del jazz: además de Davis, en sus inicios tocó con Billie Holiday y Charlie Parker.
Entre 1957 y 1963 integró la banda del trompetista de Milestones, con quien grabó también Porgy and Bess y Sketches of Spain, entre otros discos. Luego se unió a Paul Chambers y Wynton Kelly, ambos músicos de Davis, para formar un trío que destilaba swing y le aportó estilo y elegancia al hard bop. Allí alcanzó su madurez. “La primera vez que me senté y toqué con Wynton, supe que siempre quería tocar con él”, relató. “Él pone fuego en la música”.
El trío se disolvió tras la muerte de Chambers, en 1969. Cobb tocó entonces con Sarah Vaughan, Nancy Wilson y Ron Carter. En sus años finales enfrentó dificultades económicas. Su última aparición fue en Birth of the cool, el documental sobre Miles Davis, donde recreó ese pulso ligero y vibrante que aportó al mejor álbum de jazz de todos los tiempos.
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