José Maza: “Marte será un laboratorio para los terrícolas”

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Para el doctor en Astronomía y best seller científico no hay dudas: toda la "inmensa inversión" que hizo Estados Unidos para llegar a la Luna "le redituó la supremacía de la tecnología digital". Acá el científico sugiere algunas lecciones para una eventual expedición al planeta rojo y el futuro de la Tierra.


Cada vez que el científico José María Maza Sancho revisa su agenda necesita un telescopio: tiene charlas y conferencias programadas hasta el próximo eclipse solar de diciembre de 2020. Es un divulgador científico que se sube a los aviones como si fueran uber. Experto en supernovas, energía oscura y telescopía robótica, Maza fue un investigador clave en el descubrimiento en 1988 de la aceleración del universo que —según la Academia sueca— sirvió como “scientific background” del Premio Nobel de Física 2011. Convertido en voz autorizada para hablar de lo que ocurre más allá de los cielos, luego de vender más de setenta mil ejemplares de sus libros Somos polvo de estrellas —considerado el primer bestseller científico chileno— y Marte: la próxima frontera; después de agotar cada espacio en sus eventos masivos —el día del último eclipse solar reunió a más de diez mil personas en un estadio de La Serena— y cada nueva edición de sus textos más recientes —según datos de editorial Planeta Somos… va en la número 19—, es común encontrarse al profesor de la U. de Chile como un cotizado conferencista de efemérides científicas en colegios y empresas.

A propósito de los cincuenta años de la llegada del hombre a la Luna y de todos los avances que vinieron post-Apolo 11, un lunes por la tarde, sin su boina característica y rodeado de telescopios en el Observatorio Astronómico Cielos Chilenos de Colina, José Maza, el "científico rockstar" —presentado como anfitrión de un celular de Huawei, el P30 Pro, capaz de fotografiar la Luna—, sacó a relucir sus lecciones de aquel viaje espacial para pensar estratégicamente en Marte.

El astrónomo advierte: Chile debe tomar nota.

Acá José Maza habla de la importancia de una posible misión a Marte y los desafíos de la terraformación, las lecciones que dejaron la NASA y los viajes espaciales a la Luna —entre ellas la inversión en tecnología—, Bill Gates, Silicon Valley, Elon Musk, la máquina MOXIE, los cohetes para viajes comerciales, Chile y el futuro del planeta Tierra.

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José Maza

Una emoción pegada a la piel

"La llegada de un ser humano a la Luna en 1968 es una cuestión que 5 ó 10 años atrás yo no la hubiera soñado jamás.

Yo era niño en el (Internado Nacional) Barros Arana y escuchaba sobre (los cosmonautas Yuri) Gagarin y (Valentina) Tereshkova, pero pensar que un hombre llegaba a la Luna, a 384 mil kilómetros de distancia, y que alunizaba y caminaba sobre la Luna... era una cuestión realmente de ciencia ficción.

Todavía recuerdo la emoción de aquel día. La tengo pegada a la piel.

Yo me dediqué a la astronomía porque en el Barros Arana escuché hablar de los satélites, de los cohetes y empecé a leer libros. Y hablaban de (Robert) Goddard y hablaban de (Konstantín) Tsiolkovski, pioneros de comienzos de siglo, uno estadounidense y el otro ruso. O de (Wernher) von Braun, durante la Segunda Guerra Mundial, tirándole cohetes a los británicos desde Alemania. Pero la astronáutica fue lo que me empezó a meter a mí en el camino de la exploración espacial.

Estudiando astronomía, ver que habían llegado a la Luna hizo que todo calzara: los viajes espaciales desde Julio Verne... la idea del viaje a la Luna, todo el mundo hablaba de eso como diciendo 'el hombre algún día irá acá, algún día colonizará Marte'.

El día que el hombre llegue a Marte, la emoción para la gente a la que le interesa, eso va a ser muy grande.

A mí me interesaba la Luna. Cambiaba la tecnología... los avances científicos que trajo la exploración espacial son enormes. La sociología, había una cuestión política. El viaje a la Luna era un paquete que tenía muchos ángulos y todos los ángulos eran muy interesantes".

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José Maza

"En Chile invertimos apenas un mugre (en I+D)"

"El Silicon Valley es una criatura de la NASA, que invertía 20 mil millones de dólares para que le desarrollaran la tecnología para poder mandar al hombre a la Luna.

Sin la idea de ir a la Luna, a la NASA nunca le hubieran dado veinte mil millones de dólares anuales. Y sin ese objetivo, la NASA no hubiera contratado a un joven de veinte años que se llamaba Bill Bates para que le desarrollara unos programitas y un sistema operativo para que funcionaran los computadores. Y él desarrolló el DOS, que después fue derivando en la empresa que él puso muy modestamente y mira en lo que se ha convertido, en una de las más grandes del mundo. Yo creo que son no sé cuántos miles de millones de personas las que usan todos los días Windows, que es una criatura de Microsoft.

Entonces todo el desarrollo de tecnología, que es algo que en Chile deberíamos entender de una buena vez... no fue dios el que dijo 'que sea el Silicon Valley el lugar de la tecnología'. Ese dios pudo haber dispuesto que sea el valle del río Maipo, que fuera el Cajón del Maipo... pero eso si Chile hubiera invertido veinte mil millones de dólares en tecnología.

Chile no invierte nada. Invierte mil millones de dólares en todas las disciplinas, en todas las ciencias de todas las áreas: el mar, los volcanes, el cielo, la tierra, todo. Está todo sumado en Chile.

Invertimos apenas una mugre de mil millones de dólares al año.

En EEUU apenas uno de los cohetes, uno de los Apolo costaba en plata de hoy diecinueve mil millones de dólares. Y lo pusieron sobre la mesa. Pero cuando lograron construir ese tipo de cosas y desarrollaron esa tecnología, fue todo en el Silicon Valley.

Creo que lo que invirtió la NASA en plata de hoy son más de 500 mil millones de dólares, pero solo la Microsoft tiene un valor en bolsa muy superior y la Apple tiene un valor muy superior y la Google y la otra... entonces es una inversión que hizo EEUU inmensa, pero que le redituó la supremacía en tecnología digital. La supremacía del software y la supremacía en toda la tecnología.

EEUU inventó… cuando yo era niño en Parral, la radio de mi casa era una Telefunken alemana y en la casa de mis amigos era una Blaupunkt o era una Grundig. Eran todas radios alemanas. Y cuando viene todo este boom tecnológico, la industria alemana —que era electrónica analógica— se fue al hoyo y la electrónica digital surgió de la nada, pero movida por la cantidad enorme de dinero que puso la NASA, que pusieron los contribuyentes norteamericanos para poder ir a la Luna".

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José Maza

"Si el hombre coloniza Marte la vida en la Tierra cambia"

"Creo que el salto que dimos para ir a la Luna era un primer salto que ya está consolidado, pero el salto para ir a Marte está por verse.

Yo no tengo una bola de cristal, así que no te puedo decir cuál va a ser (la siguiente revolución tecnológico), pero creo que va a ser enorme también, y una de las cuestiones creo que tiene que ver con la actualidad.

La Tierra la estamos echando a perder para nosotros, para muchos animales y para muchas plantas.

Si vamos a Marte tenemos que hacer lo que se llama terraformación.

Tenemos que potenciar la atmósfera, tenemos que tratar de oxigenar la atmósfera, tenemos que tratar de hacer que puedan fluir líquidos de nuevo en Marte. Y tal vez plantar árboles al aire libre y hacer todo un sistema ecológico distinto en Marte.

Si logramos cambiar la atmósfera de Marte y toda la estructura, vamos a tener las herramientas como para también hacer que la atmósfera de la Tierra no pierda su capacidad.

Por ejemplo, hay una máquina —que ya la están desarrollando— para que chupe el anhídrido carbónico de la atmósfera de Marte, rompa la molécula de CO2 y produzca oxígeno. El CO2 es un gas de efecto invernadero. En Marte no es problema el efecto invernadero porque queremos, incluso, que sea más caliente. Pero necesitamos oxígeno.

En la Tierra el CO2 está levantando la temperatura. Lentamente todos los gráficos indican que en los últimos 50 años la temperatura ha ido subiendo en la Tierra. Estamos como un grado promedio encima de la temperatura de los años 60 en Chile. Y esto es a nivel mundial: se derriten los hielos, va a irse levantando el nivel del mar. Pero la cantidad de anhídrido carbónico que hay en la atmósfera es como 500 en algunas partes cuando hace 200 años era 50.

Estamos quemando combustibles fósiles como loco, estamos quemando carbón.

Cada vez que un avión vuela... un avión consume por lo menos 10 ó 15 toneladas de combustible por hora. Un avión que va de aquí a París se echa al buche 150 toneladas de combustible y todo eso queda disperso en la atmósfera. Ahí queda producto de la combustión, pero hay 30 mil aviones. Y hay más de mil millones de automóviles circulando en el planeta hoy día, echando anhídrido carbónico.

Entonces, si no paramos eso, a lo mejor la máquina MOXIE que llevan a Marte chupa anhídrido carbónico y produce oxígeno. Si acá hiciéramos una súper MOXIE que chupara el anhídrido carbónico de la atmósfera y lo transformara en oxígeno, tendríamos una herramienta para no seguir aumentando el nivel de anhídrido carbónico.

Como es muy difícil que todo el mundo pare las emisiones, bueno, podríamos tratar de recuperar el anhídrido carbónico de la atmósfera y tirarlo para el suelo. O tirar el oxígeno en la atmósfera.

Yo creo que lo que desarrollemos para ir a Marte nos va a servir en la Tierra.

A mí me encanta pensar: a Marte uno va a ir cada dos años. Cada dos años, la Tierra y Marte están juntos. Si Elon Musk logra ir en tres meses y volver en tres meses, las naves de Elon Musk van a quedar desocupadas un año y medio acá. ¿Qué van a hacer? Con una nave uno puede ir a las antípodas en 54 minutos. Con una nave, de Nueva York tú puedes ir a Londres en 15 minutos. Con una nave, lo dice Elon Musk en una charla, uno puede ir de Nueva York a Tokio en 18 minutos. Un grupo de empresarios se puede reunir en la mañana en Nueva York y a la hora del almuerzo se suben a una nave. En 18 minutos llegan a Tokio y rematan la reunión en Tokio toda la tarde y después toman la nave siguiente y se vuelven a dormir a Nueva York.

Esas naves se podrían construir acá, pero el estímulo de hacerlas para ir a Marte es muy fuerte. Cuando estén construidas las van a usar para ir a Tokio.

Entonces el poder moverse... hoy día los aviones son una maravilla. La tecnología… yo los encuentro una cuestión extraordinaria. En 1903 los hermanos Wright pegaban un saltito, que fue como de diez metros de altura y 150 metros de largo. Ese fue el vuelo de los hermanos Wright. Diez años después, con las aplicaciones militares que todo el mundo le dio a los aviones, en la Primera Guerra Mundial estaba el cielo lleno de aviones. En la Segunda Guerra Mundial para qué decir, el desarrollo de la aviación fue extraordinario. Y de ahí la aviación civil, a partir de los años 60, con aviones a reacción... hoy día realmente tenemos aviones que son fuera de serie, y tiene apenas un siglo la tecnología.

Pero los aviones siguen volando a ochocientos, novecientos kilómetros por hora. Un cohete puede volar a una velocidad muy superior (27.000 km/h.). Con un cohete podríamos ir a Shanghái desde aquí en cincuenta minutos. Hoy en día si uno agarra un avión se demora treinta horas en llegar a Shanghái.

La vida nos va a cambiar en la Tierra si es que el hombre va a colonizar Marte".

Un laboratorio para terrícolas

"A mí me emociona hacer algo. Es como si el día de mañana... si uno va a un lugar distinto… los que fueron al Everest fueron con un poncho casi y se murieron de frío. Tuvieron que desarrollar una tecnología apropiada para resistir de treinta a cuarenta grados bajo cero. Y, como esa tecnología hubo que desarrollarla, ahora uno puede tener ropa muy liviana, muy simple y que a uno lo mantiene calentito.

Y el hombre fue al espacio y no te puedes abrochar los cordones con unos guantes enormes, entonces desarrollaron el velcro, etcétera, para hacerlo.

Los avances que trajo la carrera espacial son enormes. Son inmensos. Y yo quisiera que Chile se dé cuenta que hay cosas... por ejemplo, ¿qué vamos a cultivar en Marte? ¿Por qué concesionar la explotación del litio en vez de vender baterías de litio? La agricultura de nuestro norte, del altiplano, podría ser un punto de partida para experimentar en agricultura marciana de condiciones extremas. La minería en Marte será fundamental, nosotros tenemos en ello gran experiencia. Marte será un laboratorio para los terrícolas".

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