Permanent Waves: siguiendo la corriente

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Rush en 1980. Foto: Fin Costello.

En enero de 1980, Rush editó el álbum que los catapultó a su década de mayor éxito. El camino no fue otro que abrir los oídos para meter tijera y humanidad a las canciones.


En la interna el análisis era duro. A la música le faltaba sentimiento. Las composiciones épicas de títulos grandilocuentes se habían convertido en una fórmula "haciendo la misma canción una y otra vez, solo cambiando la letra", diría Geddy Lee, el más decidido a mediados de 1979 para que Rush diera vuelta la página. Seguir cantando con abundancia de agudos en medio de complejas piezas instrumentales sobre distopías, ciencia ficción y poemas escritos hace siglos, aburría al bajista y tecladista de 26 años por aquel tiempo, la misma edad del guitarrista Alex Lifeson mientras el baterista Neil Peart tenía 27. Para Lee "era el momento de parar con las historias conceptuales".

Apenas un par de años antes en medio de las grabaciones A Farewell to kings los miembros de Rush habían soltado risas presumidas al ver en la televisión británica a The Sex Pistols porque solo repetían tres acordes. Sin embargo en el estertor de la década y a pesar de su efímera popularidad, el punk había alterado el orden de los factores entre los músicos, el público y la honestidad de la música en medio de la comercialización del rock. Para Rush era imposible hacer canciones de tres acordes pero sí podían desafiar su estilo acortando las composiciones. Esa misma necesidad por editar condujo a Peart hacia temas más concretos y cotidianos. Permanent Waves no solo es el primer álbum del trío en la década de los 80 -se editó el 1 de enero de 1980 en Canadá e Inglaterra-, sino el primer título donde Rush siguió las nuevas corrientes, acariciando la frescura de otros estilos como la new wave y el power pop sin renunciar al costado metálico y matemático.

"Este es mi álbum favorito de todos los tiempos, mi disco número uno en una isla desierta", ha dicho el influyente batero John Stanier (Helmet, Tomahawk, Battles), uno de tantos respetados músicos fans que considera a los canadienses como su banda favorita. "Este es otro álbum de transición donde Rush está a punto de salir de la etapa prog de Hemispheres/A Farewell To Kings para la era del mega estrellato de Moving Pictures. Pero primero tenían que hacer este disco, y realmente creo que es su mejor y más significativo álbum".

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Terminada la gira de Hemispheres (1978) a mediados de 1979, la banda tomó vacaciones por primera vez en cuatro años durante seis semanas para luego reunirse en una casa de campo cerca de Ontario. Lee y Lifeson se fueron a componer a un sótano y Peart se recluyó en una cabaña. A pesar de las conversaciones sobre un giro lírico y musical, la primera letra que el baterista compuso -"Sir Gawain and the green knight"- estaba inspirada en un poema del siglo XIV. Ajena al nuevo espíritu fue descartada. La primera noche de ensayo hilvanaron un instrumental bautizado "Uncle Tounouse" cuyas partes fueron a dar a otras canciones. En pocos días ya tenían armadas "The Spirit of radio", "Freewill" y "Jacob's ladder". La letra de "Entre nous" estaba lista y "Different strings" pertenecía por completo a Lee. A Peart le faltaba una canción y tras batallar con la página en blanco demoró un par de días en escribir "Natural science", un manifiesto sobre la relación entre el ser humano, la naturaleza y la ciencia que Lee y Lifeson convirtieron en una suite de metal progresivo de tres actos.

"Mucha gente piensa que para domar una cosa hay que conquistarla. Y no creo que sea verdad", explicó el baterista en medio de la promoción del álbum. "La relación original entre los hombres y la naturaleza era que había que domesticarla para sobrevivir. Y luego eso se volvió más y más sofisticado y más y más fuera de control, y finalmente se convirtió en solo destrucción, ya sabes, por el bien, supongo que por miedo o algo así. Y ahora se ha convertido en lo mismo con la ciencia (...) las personas no lo entienden y le tienen miedo (...) se necesita mucha más conciencia en las mentes de las personas sobre qué es la ciencia y qué está haciendo y por qué. Es algo que nosotros mismos creamos y si se nos va de las manos es nuestra culpa dejar que se nos vaya de las manos. Somos nosotros quienes necesitamos la domesticación".

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Hacia fines del verano Rush emprendió una breve gira donde adelantaron "The Spirit of radio", "Freewill" y "Jacob's ladder", algo que no hacían desde el preestreno de "Xanadu", en tanto en pruebas de sonido tocaron "Entre nous". En septiembre se trasladaron a Le Studio, grabaron hasta octubre y luego mezclaron en los estudios Trident en el Soho de Londres por un par de semanas. Publicado en enero, el disco alcanzó el tercer lugar en Inglaterra y Canadá y puesto nro. 4 en Estados Unidos donde despachó un millón de copias en apenas un par de meses. Al comienzo de la gira Rush tocaba en teatros. Al cierre después de seis meses, en arenas.

La súbita popularidad comenzó a complicar a Neil Peart. Recibía cartas de fans que intentaban explicarle sus propias letras. La sensación de ser requerido por extraños que creían conocerle por interpretar sus versos sería la génesis de una de sus mejores piezas en el siguiente álbum, Limelight.

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Fue tal el éxito de Permanent waves que hasta la crítica musical mayoritariamente implacable con los canadienses tuvo que reconocer los logros. "Es cierto que LP anteriores como Fly By Night y Caress of Steel tienen las cicatrices de la ingenuidad del grupo", declaró la revista Rolling Stone, "pero ahora, dentro del alcance de seis canciones cortas (para ellos), Rush demuestra una madurez que incluso sus detractores pueden tener que admirar".

Dos factores definen al álbum. La concisión, ir al grano en la mayoría de las canciones con la excepción de la intro acústica de "Natural science", y unas letras que apelan a relaciones personales, creencias y asuntos cotidianos como la compañía de una radio favorita. Peart confesaría que la ciencia ficción y la mitología habían sido excusas para no escribir desde una posición más vulnerable y cercana, pero a partir de este álbum inicia un giro en su pluma que llegaría hasta el final de su carrera en 2015 en pos de humanizar los relatos. Menos metáfora y cita y más realidad.

Con este enfoque más directo canciones como "Entre nous" explora las diferencias en todo tipo de relaciones.

"Creo que es tiempo / para que nos demos cuenta / que los espacios intermedios / dejan espacio / para que tú y yo crezcamos".

La pieza aborda la necesidad de aceptar no solo las singularidades de cada individuo sino también los límites de los lazos con otros, explicó Peart en una entrevista radial de 1980. "Se trata de relaciones personales tanto con relaciones hombre-mujer y hombre-hombre, y también en una escala más grande, creo que las relaciones sociales, entre individuos y grupos de personas, y grupos y grupos y todas las subdivisiones que componen nuestra sociedad. Básicamente lo que dice es, dejemos de engañarnos, somos diferentes, admitámoslo. Y creo que muchas de las neurosis actuales y las inseguridades de las personas, etc., provienen del hecho de que tienen rarezas, ¿sabes? Y eso es algo que creo que tienes que enfrentar y aceptar tus fallas y también aceptar tus fortalezas, lo cual es igualmente importante. Mucha gente está tan avergonzada de sus fortalezas como de sus debilidades. Es realmente triste, me gusta que las personas solo se miren y digan que son muy diferentes".

"The Spirit of radio", inspirada en una estación de Toronto que el baterista solía sintonizar por las libertades de su parrilla, alude a las tratativas entre el arte, el marketing y el rol mediático. Paradojalmente la canción tuvo buena rotación para una banda soslayada por los programadores. "'The Spirit of radio' realmente cambió la percepción de Rush en mucha gente", explicó Taylor Hawkins, el batero de Foo Fighters en Loudersound. "Fue un gran éxito radial y me encanta que sea una canción pop genial. Todavía no entiendo la introducción en absoluto, la cifra del tiempo o cómo se cuenta. He intentado entenderlo ralentizando el tema pero no está dentro de los parámetros de las cosas que hago. Y sin embargo, puedo encender cualquier estación de radio de rock clásico y escuchar The Spirit of radio. ¿Cuántas bandas pueden hacer algo que joda e interese y sin embargo lo haga totalmente comprensible para alguien que no es músico? ¡Rush demostró que podían joder la música y seguir haciendo grandes canciones pop!".

"Se trata de integridad musical", declaró Neil Peart a Modern Drummer en 1980. "Queríamos transmitir la idea de una estación de radio que tocara una gran variedad de música. 'The Spirit of Radio' viene de la estación de radio en casa llamada CFNY, y ese es su eslogan. Tocan toda la gran música del reggae al R&B, al jazz, a la new wave, todo lo que es bueno o interesante".

En la frenética "Freewill", que también alcanzó buena rotación, Peart abordó asuntos de fe, credos y las alternativas a esas opciones para sobrellevar la existencia con riffs power pop y una sección instrumental donde cada músico exhibe su maestría. "Hay mucho misticismo, ya sea astrología o religión, que te hace creer que los hombres son malvados y deben ser controlados. Y esa es la premisa detrás de esas cosas, de que hay algo mejor que el hombre, porque el hombre no es tan bueno y esas cosas tienen que cuidarnos porque no podemos cuidarnos a nosotros mismos. Y creo que puede ser un engaño agradable para esconderse detrás. Pero cuando se trata de eso tomas decisiones, incluso si evitas las elecciones al elegir una de estas pantallas para esconderte, todavía has hecho una elección que afecta el resultado de tu vida".

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El título original Waveforms mutó a Permanent Waves en referencia a la new wave imperante -"hay muchos grupos de new wave que disfrutamos y respetamos, como Talking Heads, Elvis Costello y Joe Jackson", diría Peart-. También había un guiño a los medios escritos, "especialmente a la prensa rock inglesa que se inclina a descartar cualquier banda que estuvo por aquí la semana pasada e ir por lo que sea que esté pasando esta semana".

A pesar del triunfo comercial y artístico de esta etapa el guitarrista Alex Lifeson tuvo una relación agridulce con Permanent Waves. "Pasé por un período en el que no podía escuchar el álbum", contó a Music Express. "Estaba muy decepcionado. No parecía que hubiera nada nuevo o fresco. Habíamos escrito el material el verano pasado, habíamos interpretado tres de las canciones en el escenario y habíamos pasado un par de meses grabando. Para cuando terminamos, nos estábamos cansando del material. Estaba muy triste. 'Jacob's Ladder' parecía ser una típica canción de Rush, un refrito de algo que habíamos hecho en el pasado. Pero entonces empecé a escucharlo en la radio, y pensé 'wow, esto suena genial'. Entonces me di cuenta de que había sobre reaccionado al álbum y que había sido demasiado crítico con pequeñas cosas insignificantes que no habían afectado el efecto general del disco".

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