Lori Goldston, violonchelista de Nirvana: “Trabajar con Kurt Cobain fue muy divertido e intuitivo”

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Participó del histórico MTV Unplugged del grupo de Seattle, pero la artista es mucho más que eso. Ha desarrollado una carrera como creadora de sonido incidental, música de sesión e integrante de bandas, lo que le ha permitido trabajar con figuras como David Byrne. En conversación con Culto, rememora los días de ensayos y conciertos junto a Cobain y compañía. "Me gustó mucho el sonido y el feeling de la banda, aunque la verdad no sabía mucho sobre ellos".


Si algo recuerda Lori Goldston del 18 de noviembre de 1993, son los nervios. Esa noche subió al escenario para tocar el violonchelo ante la audiencia que llenó el Sony Music Studio, en Manhattan, pero sabía que el impacto sería mayor. A fin de cuentas, era parte del esperadísimo MTV Unplugged de Nirvana, sesión que con el tiempo tomó una dimensión de leyenda. “Había un poco de nervio -rememora la artista en conversación con Culto-. Era una situación de mucha presión, pero habíamos estado tocando esas canciones durante meses. Nos preparamos con mucho ensayo”.

Pese a la presión de los ejecutivos de la emisora para que el grupo incluyera más piezas del álbum Nevermind el grupo se salió con la suya. A punta de temas poco referidos de su catálogo y seis covers, Cobain, Grohl y Novoselic presentaron una sesión que en el momento causó impacto por romper ciertas convenciones del producto. Nada de grandes éxitos, nada de estridencias, nada de poses. Solo flores y velas.

Eran días en que la banda probaba cosas nuevas. Para su gira norteamericana de mediados de ese año, por primera vez incluyeron una sección acústica. Entonces ya estaban en conversaciones para realizar el concierto desenchufado con la cadena que había popularizado a Beavis & Butt-Head y se alzaba como el espacio para el “teen spirit” noventero. Por ello empezaron a buscar músicos de apoyo. Así llegaron hasta Lori.

“Los conocí a través de un amigo en común, cuando buscaban un violonchelista para preparar la sesión Unplugged. Me gustó mucho el sonido y el feeling de la banda, aunque la verdad no sabía mucho sobre ellos”.

Goldston recuerda que en ese período comenzó a dar forma a los arreglos que tocó en la fría noche de noviembre. El canto seco de su chelo se escucha en Jesus Doesn’t Want Me For A Sunbeam, The man who sold the world, Dumb, Polly, On a Plain, Something in the way, All Apologies y Where did you sleep last night?. “Yo compuse algo de lo que toqué, y además Kurt me tarareó un poco. Él tenía muy buen oído y un montón de buenas ideas. Trabajar con él fue muy divertido e intuitivo”.

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MTV Unplugged en Nueva York. De izquierda a derecha: Lori Goldston, Krist Novoselic, Dave Grohl, Kurt Cobain y Pat Smear

No era primera vez que dicho instrumento, habitué del rincón de la orquesta en que los graves roncan junto a la viola y al contrabajo, se colaba con el repertorio de los de Seattle. En Nevermind (1991), el violonchelo grabado por Kirk Canning contribuye con un terrible aire de soledad a la idea de vivir bajo un puente, arropado por la hierba y la humedad nauseabunda, que Kurt canta en “Something in the way”. El mismo sonido, en las manos de Kera Schaley, se registró para “All Apologies” y “Dumb” del álbum In Utero (1993).

Esa temporada también se sumó al grupo el guitarrista Pat Smear. Tras un par de meses en la carretera, comenzaron a preparar el Unplugged en la segunda semana de noviembre. “Fue hacia el final de un par de meses de gira, en Nueva York. Fueron ensayos bastante regulares. Recuerdo que me sentí muy feliz de tener unos días en la ciudad”.

Para Lori, sus momentos favoritos del concierto fueron las versiones, que en su momento generaron tensión entre el conjunto y la estación televisiva por lo oscuro de las referencias. “Me gustan todos los temas, pero en particular los covers de Meat Puppets y Leadbelly”.

Poco menos de cinco meses después la experiencia llegaría a su fin cuando la vida de Kurt Cobain se fue por el cañón de una escopeta. A Lori, la noticia le afectó profundamente. "Me sentí horrible".

De Hendrix al folk

Aunque llegó al mundo en 1963, la vida musical de Lori Goldston no comenzaría sino hasta los siete años en la primaria. “Empecé a tocar la guitarra a esa edad. Luego, a los once años, se nos ofreció la oportunidad de estudiar un instrumento de banda u orquesta en la escuela pública. Creo que elegí el violonchelo porque me dijeron que era un poco como la guitarra, aunque dudo que supiera mucho más al respecto. Pero es es muy adaptable, tiene una gran variedad de sonido y puede ser muy expresivo”.

Pese a sus credenciales clásicas e indie, la iniciación de Lori en el gusto musical tiene otro color. En los días de peinados afro, patas de elefante y vestidos de telas vaporosas, recuerda sobre todo, el impacto del soul.

“Cuando tenía alrededor de nueve años, escuchaba la radio con mucha avidez. Vivía en los suburbios de la ciudad de Nueva York y fue un momento musical increíble: Al Green, The Temptations, The Four Tops, Stevie Wonder, Gladys Night, etc. Así que, en cierto sentido, fue el soul de primera era lo que me enamoró de la música”.

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Nirvana en foto de promoción. Lori, con sombrero, está a la derecha de Kurt Cobain.

A ello se le suma la influencia de una mujer. “Mis padres y mi hermano no estaban muy interesados ​​en la música. Pero cuando era muy joven, mi abuela se quedaba con nosotros los fines de semana y escuchaba la transmisión de Metropolitan Opera conmigo. Creo que la música me impresionó profundamente. Además, recuerdo haber visto a artistas de Motown en la televisión con ella”.

Y desde ese momento no paró. Menos cuando descubrió que a pocos pasos de su hogar podía acceder a las extrañas voces de otros rincones. “Estudié música folk en la guitarra. Después en la escuela secundaria me interesé mucho en los discos del sello Folkways -que documenta sonidos y música de todo el orbe-. La biblioteca pública cerca de mi casa tenía un gran catálogo de ellos y escuché la mayoría. Eso me interesó en los registros etnográficos de otras partes del mundo. Me gusta mucho sorprenderme”.

Pronto, la joven se hizo de una interesante -y variopinta- colección de discos. Entre sus favoritos menciona Axis Bold As Love y Are You Experienced?, de Hendrix; la Antología de la música folk estadounidense, de Folkways; American Beauty, de Grateful Dead, Bach Cello Suites, de Pablo Casals y Desire, de Bob Dylan. También señala su gusto por Billie Holiday, Eric Dolphy, Sex Pistols, Arnold Schonberg, Wes Montgomery y Joni Mitchell. “También By Myself de Abdul Waddud me causó una gran impresión a mí y a todos los otros violonchelistas extraños de mi edad”.

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Lori Goldston, foto por Jacopo Benassi

Ven tal como eres

Desde entonces su pulsión creativa fluyó hacia la experimentación. Por ello, a comienzos de los noventas formó el proyecto The Black Cat Orchestra, junto a su exesposo, tras años trabajando piezas para teatro. Se trataba de un ensamble que reunía a instrumentos clásicos como el corno y el chelo, con acordeón, bateria, saxofón, y otros tantos. La banda, asentada en Seattle, tuvo la chance de tocar junto a David Byrne en su disco Feelings(1997), en el que también colaboró Morcheeba.

“David estaba en Seattle en una gira de libros y varias personas recomendaron que fuera a escuchar a mi banda en ese momento, The Black Cat Orchestra. Estaba trabajando en Feelings en ese momento y pensó que nuestro sonido coincidiría con una canción que había escrito -’They are in love’-, pero no estaba seguro de qué hacer con ella. Me envió la canción, la arreglé para la banda y regresó unas semanas después para grabarla con nosotros. Un chico totalmente encantador”.

Además de su trabajo con bandas, Lori Goldston ha creado música incidental para museos, teatros, organizaciones de arte, películas e incluso la Semana de la Moda de París. En muchos de estos trabajos desarrolla improvisaciones y experiencias de sonido avant-garde, creando a partir de la interacción con otros instrumentos en que se mezclan lo clásico, el folk y los sonidos de otras regiones del mundo. “Colaborar es un gran placer para mí. He tenido mucha suerte de tener esas oportunidades increíbles”.

Por ello su discografía es prolífica. En solitario o en banda, la artista supera la decena de álbums. Además de una treintena de trabajos como música de sesión. Algunos de estos se pueden escuchar en Spotify y se pueden adquirir en su website. Hoy, prepara nuevo material en varios proyectos.

“Muy pronto lanzaré otro álbum en solitario, con piezas compuestas por mí y algunos amigos, en un sello berlinés, Second Editions. A principios del año que viene, lanzaré un par de álbumes en dúo, uno con un cantante, Jordan O’Jordan, y otro con Dylan Carlson, el guitarrista de Earth. También un álbum en solitario amplificado en el sello Cincinnati, Sofa Burn, pero no estoy seguro de cuándo será. También algunos más listos para salir, pero aún no hay planes establecidos para su lanzamiento”.

-¿Qué significó para tu carrera el tocar junto a Nirvana?

-Se ve fabuloso en mi currículum. Pero musicalmente, una de las partes más valiosas para mí fue la oportunidad de ver todas las noches una serie de increíbles bandas como teloneras, a veces durante tramos de 2-3 semanas: Mudhoney, The Boredoms, Breeders, Meat Puppets, the Melvins, etc. Aprendí tanto.

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