Werner Herzog, Ken Loach y Abel Ferrara en Sanfic 2020

Herzog
El realizador Werner Herzog en una escena de su documental Nomad: In the Footsteps of Bruce Chatwin (2019), presente en Sanfic 2020.

La versión 16 del festival será masiva, gratuita y online. Va del 16 al 23 de agosto y acá se adelantan seis filmes de los más de 80 de su programación.


Nomad: In the Footsetps of Bruce Chatwin, de Werner Herzog.

Aún ronda en el aire el eco de Family romance LLC, la película de Werner Herzog exhibida hace dos semanas en la plataforma Mubi, y ya aparece en el horizonte una nueva obra del alemán incansable. Se llama Nomad: In the footsteps of Bruce Chatwin y es, en rigor, la película que Herzog filmó inmediatamente después de Family romance LLC. El año pasado estrenó ambas en los meses de abril y mayo respectivamente, primero Nomad en Tribeca y luego Family en Cannes. Este año estamos viendo los resultados: Nomad es un documental hecho y derecho, mientras que Family es una ficción que juega a no serla. Ambas han tenido buenas críticas, pero al parecer Nomad: In the footsteps of Bruce Chatwin es superior.

El filme reconstruye las diversas rutas, lugares y paradas que definieron la vida del escritor y viajero inglés Bruce Chatwin (1940-1989), conocido por En la Patagonia, entre varios libros referenciales y amigo personal de Werner Herzog. Fue durante el rodaje de esta película que el cineasta pasó en noviembre del 2018 a dar su gran conferencia a Santiago: venía justamente de la Isla Navarino y del Canal del Beagle, acababa de entrevistar a la última mujer yagán y cargaba con la mochila de Chatwin, suerte de amuleto y brújula espiritual. En la cinta se lo ve con ella, en la Patagonia, pero también en Australia, en el llamado outback semiárido, otro de los puntos cardinales de la vida a la deriva del autor fallecido prematuramente de sida a los 48 años. Este es el mejor Herzog, el de los documentales, capaz de registrar la agonía y el éxtasis de mentes desorbitadas, como en Grizzly man (2005), como en Cave of forgotten dreams (2010).

Sorry We Missed You, de Ken Loach.

Sorry we missed you (o Lo siento te extrañamos), es el mensajito que deja la empresa repartidora de paquetes en que trabaja Ricky Turner (Kris Hitchen) cuando no encuentran a nadie en casa. La compañía presume de ser eficaz y rápida, pero también “humana” con sus clientes. Burda mentira: cada uno de sus empleados carga con una agenda pesada como un ancla. En este cuadrilátero no hay quién le tire la toalla a Ricky, porque las reglas no son las de las de siempre, sino que las de la “gig economy”: o sea, la de los contratos temporales y débiles.

La última película del veterano cineasta inglés Ken Loach (84 años) se entromete con esta realidad y su “héroe” es Ricky, un ingenuo y esforzado inglés de Newcastle que cree que pagará sus deudas manejando un furgón. Tiene una esposa y dos hijos que tratan de apoyarlo, pero también un jefe que es un matón. Tal vez Ricky no sea el chofer que necesitan y Ken Loach (dos veces ganador de Cannes) cuenta este pedazo de vida sin panfletos ni ideología. Sólo con cine.

Siberia, de Abel Ferrara.

La nueva película del realizador estadouni-dense Abel Ferrara bien puede ser una perfecta pieza de compañía de Nomad, de Werner Herzog. Acá también hay aventura y búsqueda, soledad y desengaño, locura y riesgo. Su protagonista es Clint (Willem Dafoe) un estadounidense expatriado en Siberia que regenta una cantina dónde entiende poco y nada de lo que hablan los visitantes locales. Alguna vez Clint tuvo una vida más o menos normal, con esposa e hijos, pero hoy es una luz semiapagada en medio de ninguna parte.

Inquieto, insatisfecho y hambriento de respuestas, Clint decide ir por sus cinco perros siberianos y su trineo para largarse por algún tiempo de este lugar. Al parecer es un viaje en el espacio, pero no nos deberíamos sorprender si también es en el tiempo: su aventura puede ser real, ilusoria o ambas a la vez. Esta es la sexta vez que Abel Ferrara (Un maldito policía) dirige a Willem Dafoe y es evidente que el actor es su definitivo alter ego, el hombre que carga con la cruz y la gloria de su talento. Es una de las cintas más arriesgadas del cineasta neoyorquino, quien como Werner Herzog o Ken Loach es capaz de mantener la llama ardiendo de la creatividad aún tras el paso de los años.

The Perfect Candidate, de Haifaa Al-Mansour.

Entre 1983 y 2018 no estuvieron permitidos los cines en Arabia Saudita y desde hace sólo dos años las mujeres pueden sacar licencia de conducir. Pues bien, Haifa Al-Mansour (1974) es la primera mujer cineasta de su país y en su cuarto largometraje, The perfect candidate, su protagonista maneja por las calles de Riad ante el asombro de los conductores masculinos que la miran desde el otro lado de la pista. Estamos, evidentemente, en nuevas aguas para los estándares del cine realizado en países donde el patriarcado nubla la vida de las mujeres: ni siquiera en el mejor cine iraní una mujer puede quitarse el velo que cubre su pelo, pero acá hay varias escenas dónde la protagonista si lo hace.

Ella es la doctora Maryam Alsafan (Mila Al Zahrani), una excepción a la regla de su país. La profesional tiene un padre músico que toca el laúd en lugares públicos (otra medida “liberal” en Arabia Saudita), una hermana desinhibida que la apoya en todo y otra que vive al viejo y ortodoxo estilo. El punto de inflexión de la trama, sin embargo, es la decisión de Maryam para presentarse a candidata a concejal por la zona dónde vive. ¿Podrá esta quijotesca doctora enfrentar una carrera en dónde tiene más obstáculos que los otros participantes masculinos?

To the Ends of the Earth, de Kiyoshi Kurosawa.

En Occidente, el apellido Kurosawa es sinónimo de Akira, el maestro de Los siete samuráis (1954), pero al menos desde hace 30 años también de Kiyoshi, el prolífico autor de terror, suspenso y drama familiar contemporáneo. Sin relación de parentesco con Akira, este director es de la misma generación del ganador de Cannes Hirokazu Kore-eda. Lo han comparado con Kubrick y Tarkovski, pero él dice que más le debe a Hitchcock o a Sam Peckinpah. De lo que no hay dudas es de su cinefilia y de su versatilidad para cambiar de géneros.

Tras dos filmes de ciencia ficción que estuvieron en Cannes y Berlín, regresa con To the ends of the Earth, una de sus películas mejor criticadas. Lo que cuenta es la aventura de Yoko (Atsuko Maeda), una periodista televisiva de viajes que se embarca en una odisea a Uzbekistán, la milenaria nación de Asia central, cuya capital es Tashkent y en la que también está la histórica urbe de Samarkanda. Como Kurosawa es un buen cineasta, lo que aquí importa no es tanto el paisaje exterior, sino que el interior. Tampoco es tan revelador lo que Yoko encuentra en las calles de Uzbekistán. Vale mucho más lo que descubre de sí misma mientras prueba platos, regatea en ferias y comienza a entender realmente la vida.

The audition, de Ina Weisse.

El mundo de la enseñanza musical puede ser un infierno en la Tierra. Una película como La profesora de piano (2001) de Michael Haneke hablaba de eso, aunque en algún momento todo se trataba más de la maestra que del instrumento, de sus patologías que de su método. También lo hacía Whiplash (2014), de Damien Chazelle, pero aquí finalmente había un sadismo exacerbado. En The audition, de la alemana Ina Weisse, hay algo de ambos mundos, pero con un pulso más cercano a la vida y con la sobresaliente actuación de Nina Hoss como la maestra de violín Anna Bronsky.

Por este personaje, la actriz germana se llevó la Concha de Oro a Mejor actriz en el último Festival de San Sebastián: es un premio inimputable. Lo que primero vemos de ella es un espíritu acogedor y casi protector hacia Alexander (Ilja Monti), un estudiante discreto al que preparará para un examen a fin de año. La meta de Anna es la de la obsesión y las capacidades de Alexander están lejanas a eso. Al mismo tiempo, la profesora deja de prestarle atención a su propio hijo (otro violinista) y no pasa mucho tiempo hasta que adivinamos que Anna es docente porque no pudo ser estrella en el escenario. Una bomba de tiempo dramática corre contrarreloj.

“Acompañando en tiempos difíciles”

Organizado por la Fundación CorpArtes y producido por Storyboard Media, el 16 Santiago Festival Internacional de Cine tendrá acceso libre. “Hemos buscado realizar esta nueva edición en formato digital, para seguir acompañando a las personas de todo el territorio nacional en estos tiempos difíciles”, comenta Francisca Florenzano, directora ejecutiva de CorpArtes. “Como antes, nuestro público tendrá acceso a películas que están circulando por los más destacados festivales del mundo, entre ellos Cannes, Berlín, Venecia o San Sebastián”, agrega Carlos Núñez, director artístico de Sanfic.

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