“Sangre de toro”: encuentran un antiguo soneto original de Pablo Neruda
Se trata de una versión preliminar del soneto, que data de 1965, mecanografiada y autografiada por el poeta. Fue encontrada en el departamento de Perla Grinblatt, amiga del vate, quien falleció en julio pasado.
Fue durante una tarde en que organizaba las pertenencias de su madre fallecida, cuando Marcia Teitelboim Grinblatt, halló un papel que le llamó la atención. Intrigada, lo abrió y descubrió un antiguo texto datado de 1965, mecanografiado y autografiado por el mismo Pablo Neruda.
Se trata de una versión preliminar del soneto “Sangre de toro”, un poema que posteriormente fue incluido en el libro Comiendo en Hungría, de 1969, compuesto por el parralino junto al poeta guatemalteco y también Premio Nobel, Miguel Ángel Asturias, tras coincidir, como no, en un restorán de Budapest.
“Comencé a ordenar sus pertenencias y en una caja plástica encontré un montón de recuerdos: fotografías familiares, el título de mi papá de Derecho de la U. de Chile, medallas de su militancia en el Partido Comunista y de pronto veo este papelito doblado que para mi fue muy sorprendente”, detalla Teitelboim en un comunicado publicado por el portal de la casa de Bello.
El texto original fue regalado por el poeta a su amiga Perla Grinblatt, quien falleció en julio pasado a loa 94 años. Ella estuvo casada con el abogado Sergio Teitelboim, hermano de Volodia, quien a su vez era parte del círculo más íntimo de Neruda. Cuenta su hija Marcia, que el matrimonio participaba en las regadas fiestas que solía organizar el vate.
“Mis papás eran muy cercanos a Neruda, por ser del Partido Comunista y también porque pertenecían a un grupo de teatral fundado por Pedro de la Barra, era una amistad política y cultural -detalla-. Ellos vivieron en Viña hasta el año ’65 y solían ir a las comidas y fiestas que Neruda realizaba en su casa de La Sebastiana o en el Cap ducal, que siempre eran muy entretenidas y con disfraces, y a las que también íbamos nosotras que éramos unas niñas”.
En esas reuniones, al calor del vino y la buena mesa, el autor de Canto general solía agasajar a su invitados con algunas de sus últimas creaciones, que a veces recitaba él mismo con su particular cadencia. De esta forma llegó el manuscrito.
“Neruda les regaló montones de poemas a mis papás, al menos 15 según recuerdo, pero después del golpe la casa fue varias veces allanada por los militares y ellos prefirieron destruirlo todo. Pensamos que no quedaba ninguno, hasta que mi hermana encontró este manuscrito”, cuenta Patricia, otra de las hijas del matrimonio, en el comunicado.
“Sangre de toro”, es un soneto de cuatro estrofas, que remite a imágenes sobre la comida y la bebida a partir del nombre de un celebrado vino tinto húngaro. Su primer verso es pura fantasía nerudiana. “Robusto vino, tu familia/ no llevaba diademas ni diamantes/ sangre y sudor pusieron en su frente/ una rosa de púrpura fragante”.
“Es un soneto aparentemente modesto, pero lo cierto es que conservar cualquier manuscrito de Neruda es guardar una joya. Él sigue siendo uno de las grandes voces líricas en el concierto de la literatura mundial, aunque a veces la estupidez chilena lo desconozca”, comenta el ensayista Grínor Rojo, director del Centro Estudios Culturales Latinoamericanos (CECLA) de la Universidad de Chile y estudioso de la obra del autor de Residencia en la tierra.
Respecto de la importancia del texto, Rojo asegura que "tiene la gracia de que es evidencia original de la reunión de dos de los más grandes poetas de América Latina, Pablo Neruda y Miguel Angel Asturias, a pocos años de que ambos ganaran el Nobel, el chileno en 1971 y el guatemalteco en 1967. En ese sentido tiene también una lectura de orden general, en el que insisten estar comiendo y bebiendo no solos, sino que con todo el pueblo latinoamericano”.
Además de la versión mecanografiada del soneto, Marcia Teitelboim también encontró una esquela de invitación a la fiesta de inauguración de La Sebastiana, la casa de Neruda en Valparaíso, y una sentida carta de puño y letra del poeta que envió desde París a Sergio Teitelboim, tras la muerte de su hijo Miguel en un accidente.
Tanto el soneto mecanografiado como la invitación fueron donados por la familia Teitelboim a la Universidad de Chile, para su conservación en el acervo que la casa de estudios mantiene sobre la obra del poeta, que incluye libros, discos, caracolas y documentos varios que incluso donó en vida. “Agradecemos profundamente esta donación de la familia Teitelboim. Lo hacemos en nombre del país y de nuestra Universidad de Chile, institución pública y comprometida con el bien común”, señaló el rector Ennio Vivaldi.
La ceremonia de recepción de las piezas, con una presentación de Grínor Rojo, se realizará de forma virtual este miércoles 23 desde las 16.00 horas, día en que además, se cumplen 47 años de la muerte del vate.
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