Ken Follett: “Todos los países tienen en el pasado motivos de orgullo y vergüenza”
Desde Stevenage, Inglaterra, el autor habla de su novela Las tinieblas y el alba, que amplía el universo de su obra más popular, Los pilares de la Tierra. El novelista se refiere también a la revisión del pasado y a la pandemia en el Reino Unido.
Ken Follett tiene ciertas convicciones narrativas. Una de ella es que una novela es o debería ser una sucesión de escenas emocionantes. Las tinieblas y el alba, su nueva obra, abre con un ataque vikingo a las costas inglesas, donde arrasan una aldea. “Durante 200 años los vikingos trataron a Inglaterra como si fuera una tienda a la que podían entrar sin pagar: entraban, mataban, quemaban pueblos y se llevaban lo que les daba la gana. Y durante todo ese tiempo los anglosajones no pudieron defenderse, no fueron capaces”, dice desde su casa en Stevenage, en Inglaterra. “Desde un punto de vista militar, los anglosajones eran bastante flojos”, añade a través de Zoom.
En Las tinieblas y el alba Follet viaja precisamente a aquella época. Nacido en Gales en 1949, el escritor publicó hace 30 años Los pilares de la Tierra, novela que gira en torno a la construcción de la catedral de Kingsbridge en el siglo XIII. El autor volvió a ese escenario en Un mundo sin fin y Una columna de fuego. Ahora retrocede en el tiempo, hasta el siglo X, para narrar el nacimiento de Kingsbridge.
Con más de 170 millones de libros vendidos, Follett es un escritor con una audiencia global. Publicada en español por Plaza & Janés, Las tinieblas y el alba ya es un bestseller en Europa y América.
En casi mil páginas, la novela ofrece un retrato abigarrado, con numerosos personajes, de un mundo en transición, desde la Edad Oscura a la Edad Media, un mundo dominado por la violencia y la justicia arbitraria ejercida por los señores feudales.
El protagonismo recae en tres personajes, Edgard, un artesano de barcos cuya aldea y cuyos sueños son arrasados en el ataque vikingo; Ragna, una noble francesa enamorada de un anglosajón, dueña de un gran espíritu de autonomía, y Aldred, un monje que sueña con convertir su abadía en un centro del saber universal. El gran villano de la historia es el obispo Wynstan, quien se mueve por la ambición de poder y con una moral delineada por la crueldad.
Narrada con agilidad y destreza, la novela se apoya en una minuciosa investigación histórica e incorpora numerosas escenas de muerte, violaciones y traiciones. “Los asesinatos y las violaciones ocurrían con enorme frecuencia en la Edad Media. Desde el punto de vista de la delincuencia, tenemos suerte de vivir en nuestros días”, dice desde la biblioteca de su casa.
Uno de los personajes más destacados es Ragna, por su espíritu independiente y su sentido de justicia. ¿Era posible un personaje así en un mundo tan violento?
Sí, era posible. Ragna de hecho está basada en una mujer real que aparece brevemente en la novela, Emma de Normandía. Emma, como Ragna, fue de Normandía a Inglaterra y se casó con el rey. Cuando este murió se casó con el siguiente rey, Canuto el Grande, de Escandinavia. Y cuando murió Canuto, asumió su hijo, Eduardo el Confesor. O sea que Emma de Normandía estuvo en el centro del poder de estas naciones, Inglaterra, Normandía, Escandinavia, y ahí se mantuvo por décadas. Eso me dio la confianza para permitir que Ragna estuviera en el centro del poder en un entorno físico más pequeño. Evidentemente esto no era posible para la mayoría de las mujeres, era algo excepcional, y para conseguir ese poder las mujeres tenían que luchar. Pero en todas las épocas hay personas que se rebelan contra el papel que la sociedad les impone. Y esta es la gente sobre la que es más interesante escribir.
Uno de los aspectos que la novela aborda es la esclavitud. ¿Cómo se relaciona Inglaterra con su pasado esclavista?
Lo que hace Inglaterra con su pasado esclavista es tratar de olvidarlo, no nos gusta recordar que nuestros ancestros tenían esclavos. Hay muchas familias ricas hoy que hace 300 años ganaron dinero como esclavistas, y con esos dineros se hicieron grandes casas y también hicieron obras filantrópicas. Hoy estamos enfrentando la realidad de la riqueza inglesa y de dónde procede. Estamos empezando a ver qué ha pasado. Estamos analizando todas esas estatuas que hay en nuestro país. ¿Si todas estas personas hicieron sus fortunas a través de la esclavitud, deberían estar en un pedestal público o es mejor recordar que hicieron bien pero ganaron su dinero de un modo terrible?
En esta revisión del pasado hasta a Churchill se le ha enrostrado su racismo. ¿Está de acuerdo con ello?
La revisión de la historia es importante. A mí me gusta la verdad, y no me gusta esta costumbre humana de contarnos relatos agradables. Creo que tenemos que analizar el pasado cómo fue realmente. La verdad es que todos y cada uno de los países del mundo tienen en el pasado cosas de las que pueden enorgullecerse y cosas de las que avergonzarse, y tenemos que abordarlo de forma adulta. ¿Por qué no lo hacemos de forma honesta y equilibrada? A veces grandes hombres como Churchill tenían defectos, faltas, pero esto no tendría que sorprendernos, somos adultos, no somos niños. No hace falta que nos cuenten cuentos de hadas.
Uno de los villanos de la novela es un obispo y hay un retrato bastante descarnado de la Iglesia de la época. ¿Esa imagen tiene resonancia hoy?
Pienso que sí. A veces se me critica, los cristianos especialmente, porque algunos de los sacerdotes de mis novelas son malvados. Me gustaría decir que en mis libros también hay monjas, sacerdotes y demás que son heroicos, pero también hay obispos malvados. Tenemos que ser serios y adultos, sabemos de sobra que en la Iglesia hay hombres de mucha valía y hay personas muy malvadas también. Esta es la verdad. En mis libros hay hombres buenos, malos, y así es la vida, así es el ser humanos .
Ud. comenzó escribiendo libros de suspenso. ¿De qué modo Los pilares de la Tierra cambió su trayectoria?
Los pilares de la Tierra fue un punto de inflexión en mi carrera, es una novela muy larga, abarca un periodo de tiempo muy extenso y la experiencia no tiene relación con la de escribir un thriller. Los disfruto cuando los leo pero después se evaporan de mi memoria. Pero una novela larga, estamos hablando de que Los pilares... son más de 3 mil palabras, estamos hablando de novelas que relatan la vida de los personajes, que se introducen en una sociedad y en el tiempo en que se desarrolla la historia. Es una experiencia memorable para el lector, y para el autor también. Yo suelo tardar tres años en escribir una novela, y es mucho más satisfactorio para mí escribir una novela larga que relate toda la vida de un personaje, también es más difícil.
¿Qué cercanía siente con la novela histórica inglesa?
Yo escribo en el mismo género, pero no me siento cercano a otros escritores de novela histórica. Yo no escribo la novela histórica típica. Si soy sincero, debo decir que no me gusta la novela histórica; o no creo que escriba ese tipo de novelas. Pero debe ser una alucinación mía porque mis novelas se catalogan como novela histórica. Yo siento más relación con autores que escriben novelas largas que retratan toda una sociedad, ya sea una sociedad del futuro o del pasado. Me identifico con esas pinturas que presentan un gran cuadro con muchísimos personajes, un castillo, batallas.
¿Qué piensa de sagas como El señor de los anillos?
Me gusta mucho la ciencia ficción y la fantasía si tiene sentido, pero no puedo leer El señor de los anillos, no lo tolero. Me da la sensación de que cualquier cosa podría ocurrir. Me gusta la fantasía pero que siga ciertas normas. Si cualquier cosa puede ocurrir, no hay sorpresa.
La crisis
Casado con una ex parlamentaria laborista, Follett es contrario al Brexit y un crítico del primer ministro, Boris Johnson.
El año pasado usted advertía sobre la polarización que vivía el Reino Unido por el Brexit. ¿Cómo está el ambiente con la pandemia?
Hay mucha gente que está contra el gobierno que eligió, ¿hace cuánto? Hace un año lo eligieron, y están en contra porque el gobierno no ha gestionado bien la pandemia. El gobierno que les gustaba porque les proporcionó el Brexit ahora lo odian porque ha sido incompetente en la gestión de la pandemia. No tendremos elecciones generales en cuatro años, pero quizá el primer ministro tenga que irse. El Partido Conservador no está satisfecho con Boris Johnson, ya están hablando de quién debiera ser su sucesor. A la mayoría le gusta el ministro de Finanzas. Quizá sobreviva Boris, pero esa es la pregunta hoy en Inglaterra: cuánto tiempo más va a durar Boris y quién lo va a reemplazar.
¿Cómo cree que saldrá el Reino Unido tras la pandemia?
Evidentemente vamos a ser todos más pobres de lo que éramos cuando volvamos a la vida normal, a ver si tenemos una vacuna pronto. Pero va a haber mucha gente sin trabajo, muchas empresas con problemas, otras habrán desaparecido por la pandemia. Es algo muy dañino y perjudicial; la cuestión es cuánto vamos a tardar en volver a nuestra prosperidad anterior, y nadie sabe la respuesta a esa pregunta.
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