Joseph Stiglitz: “No habrá recuperación económica hasta que nos recuperemos de la pandemia”
Premio Nobel de Economía en 2001 y autor de The price of inequality, Stiglitz condensó las principales ideas de su más reciente libro: Capitalismo progresista, la respuesta a la era del malestar (Taurus), en conversación con Consuelo Saavedra. El pasado domingo, el docente de la U. de Columbia participó de Puerto Ideas, instancia en que analizó el contexto económico, la realidad de la pospandemia y sus efectos en el mercado, y cómo las políticas influyen en el sector financiero, y por ende, en la vida de los ciudadanos.
El pasado domingo 8 de noviembre, el Festival Puerto Ideas cerró su décima edición con un entrevistado de lujo: Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, economista y docente en la Universidad de Columbia.
Desde Nueva York, Stiglitz se conectó por medio de una videollamada con la periodista chilena Consuelo Saavedra, quien desde Londres dirigió la conversación que giró en torno al más reciente libro del economista -Capitalismo progresista, la respuesta a la era del malestar-, la recuperación económica en una era pospandemia, y la medidas en lo que respecta el mercado a la luz de las últimas elecciones en Estados Unidos.
Pandemia y recesión económica
“No habrá recuperación económica hasta que nos recuperemos de la pandemia”, sentencia Stiglitz apenas le preguntan por los efectos del coronavirus en el mercado global. “Creo que controlar la pandemia es la prioridad nacional. Y eso significa testear y trazar, generar normas sobre el uso de mascarillas y distancia social... muchas cosas que en Estados Unidos no hemos hecho bien. Otros países lo han hecho mucho mejor. Los países que han controlado la pandemia, muchos en Asia, ya se están recuperando económicamente, así que eso es lo primero”, dijo el renombrado economista.
“Lo segundo es que muchos países, Estados Unidos incluido, hicieron lo correcto al gastar mucho dinero para bajar las cifras de la pandemia. Gran parte de los países ha construido medio puente para el mundo post-pandemia. Pero en Estados Unidos, aunque esto comenzó a hacerse, se abandonó a medio camino. Al menos los republicanos, dejaron de construir el puente. Y como sabes, medio puente es un camino a ninguna parte- Tienes que construir el puente completo. Si no, habrá mucho sufrimiento, la segunda ola será peor, los negocios irán a bancarrota, los balances de las empresas se verán afectados, así como la vivienda, lo que hará más difícil la recuperación”, anticipa quien fuera Presidente de Consejeros Económicos de Bill Clinton.
“Por eso creo que nuestra prioridad deben ser gastar lo que haya que gastar, diseñar mejor. El énfasis debe estar, en tercer lugar -y es el slogan de campaña de Biden-: reconstruir para que quede mejor. Hemos descubierto que hay muchas cosas que se hicieron mal. Ya en la economía de 2020 teníamos desigualdad, nuestra economía no era resiliente, ni tampoco ecológica. Por eso, queremos que el dinero rinda el doble, triple o cuatros veces más de lo que ha rendido, para que a medida que nos ayuda a recuperarnos de la pandemia, nos ayuda a construir el camino a una economía postpandemia, que es más acorde con lo que vendría en el mundo futuro”, añadió como directrices a aplicar.
Consuelo Saavedra le preguntó a continuación por las millones de personas que no tienen recursos suficientes para llegar a fin de mes, versus los empresarios que están dando un paso al costado y prefieren no invertir, considerando la incertidumbre económica de estos tiempos.
“Llamamos a esto ‘Comportamiento precavido', cuando en medio de la Gran Depresión, el presidente Roosevelt dijo unas famosas palabras: ‘No hay nada que temer más que al miedo en sí mismo’. En esta crisis debemos tener algo más allá del temor mismo y es enfermarse. Y eso afecta todo lo que hagamos. Pero además hay incertidumbre respecto a lo que el gobierno pueda hacer. Mientras más incertidumbre haya, más precauciones tomamos. Y lo que ocurre con los ahorros no tiene precedentes. Por lo general, en Estados Unidos la tasa de ahorro es cercana al 0%, es decir 2-3%. Ahora tenemos 25%, y eso es el promedio, con los de estratos más bajos gastando todo porque necesitan sobrevivir. O sea que los que más tienen, realmente están ahorrando, y como no están gastando, la economía se debilita y da origen a un círculo vicioso”, explicó Stiglitz.
Joseph Stiglitz menciona que uno de los ejes centrales de su libro, Capitalismo progresista, es la importancia de la ciencia. “La duración e impacto de la recesión dependerá de lo que hagamos, me refiero a Estados Unidos y otros países. Hay un viejo aforismo. ‘Un poco de prevención equivale a mucha cura’. Economistas dicen lo mismo. Se habla del efecto de la histéresis, es decir, una vez que quiebras no puedes volver atrás. Cuando se termine la enfermedad, toma un largo tiempo el recuperarse si atraviesas cierto umbral. Por eso hago énfasis en no atravesar ese umbral. Pero en Estados Unidos los republicanos dicen que no. Si no recibimos suficiente apoyo ahora, la recuperación tomará mucho más”, expresó el Nobel de Economía.
¿Los efectos? Según Stiglitz, se acelerarán muchos procesos de cambio que ya estaban en curso, y algunos de ellos, presentarán dificultades en el camino.
Por ejemplo, las compras online tuvieron un alto crecimiento estos meses. Así como la robotización de ciertas labores humanas. “Así mismo, los que pueden dirigir sus negocios por zoom, estarán bien, pero los que trabajan en otros sectores enfrentarán dificultades”.
Respecto a la geopolítica, indica que países asiáticos que han mostrado un mejor control de la pandemia, tendrán mayor crecimiento, como es el caso de China, Corea del Sur, Vietnam y Taiwán. “La diferencia entre el crecimiento chino y la recesión en Estados Unidos será pronunciada”, anticipa.
Pero además de la economía, otro aspecto que lo preocupa es la democracia. “La vigilancia ayuda a controlar el virus, pero permite que los países con tendencias autoritarias deriven en totalitarismos, y eso es preocupante. Especialmente en un mundo donde ya hay bastantes tendencias autoritarias, como Bolsonaro en Brasil, Trump en Estados Unidos, Modi en India, Putin en Rusia...”, expresó en conversación para Puerto Ideas.
“No necesitamos regímenes autoritarios para controlar la pandemia. Nueva Zelanda está haciendo un trabajo fantástico. Cuando hay cohesión social y confianza en la ciencia, los ciudadanos confían en los demás y se respetan. Cuando hay buen liderazgo hay un mundo de diferencia. Hay un compromiso con la democracia”, explicó Stiglitz.
La era Trump y los efectos en el mercado
Tras el triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales 2020 en Estados Unidos, Trump deberá dejar el mando el 20 de enero de 2021, y con ello, el país podría dejar atrás las políticas económicas que instauró en un país históricamente dividido entre demócratas y republicanos.
“Está muy claro que hay divisiones muy profundas, casi en todas las dimensiones, como la geográfica, que se nota en los mapas con las zonas azules [demócratas] y rojas [republicanos]. Los estados azules tienden a estar en la costa, las áreas urbanas; mientras que los rojos están al interior, zonas rurales. También hay división entre mujeres. La mayoría votó por Biden, y la mayoría de los hombres blancos votó por Trump. Es una división racial, étnica, relativa al salario, educación...”, describe el economista estadounidense.
“En muchas dimensiones, estas divisiones nos acompañan hace mucho tiempo. Pero Trump ha profundizado estas divisiones que debido a las elecciones adquieren mayor relevancia”, sentenció antes de afirmar que la administración del actual Presidente de Estados Unidos ha sido deficiente.
“Tienes un presidente que habla en términos populistas. ‘Voy a ayudar a los trabajadores’ ‘Voy a darle voz a los silenciados’. Redujo impuestos, lo que significó un aumento de deficit de trillones de dólares, mucho dinero. Pero fue muy astuto en ocultarlo, porque redujo los impuestos a las empresas y a los millonarios, ellos recibieron gran parte del dinero. Pero la gente más pobre recibió muy poco dinero, pero se les cobrará de vuelta retroactivamente el 2025”, dijo Stiglitz dando un ejemplo concreto de división.
“Aumentó los impuestos en los estados azules, más de lo que lo hizo en los rojos. Esto es algo nunca antes visto. Una política que beneficia a una parte del país a expensas de otro. Pero al mirar los resultados, resultó. Los estados rojos lo apoyaron más y los azules menos”, explicó en torno a los resultados reflejados en los votos contabilizados a la fecha.
Stiglitz plantea que la democracia estadounidense en realidad no es “una persona, un voto” como plantea una democracia, sino más bien “un dólar, un voto”.
“Las empresas dan dinero a los partidos con el objetivo de generar legislación que beneficie sus intereses. [...] Lo que tenemos es una regulación que aumenta la desigualdad económica, pero luego esa desigualdad se traduce en poder político. Estamos en una situación en la que tenemos en los Estados Unidos a una minoría, no una mayoría, manejando a los políticos sin reconocer los derechos de la mayoría. [...] El sistema de representación está distorsionado, opera con dinero del sistema para fortalecerse”, dijo sobre el sistema estadounidense.
“Nadie se pregunta ‘¿De qué manera un proceso político manipulado va legislar contra la manipulación electoral?’ Tenemos una agenda política horrible y es una tendencia en Estados Unidos. La desconfianza en nuestra Constitución y nuestros procesos democráticos”, añadió.
Evocando al neoliberalismo que adquirió popularidad en la década de los 80, planteó que -tanto demócratas como republicanos- creyeron que “con tan solo generar crecimiento económico, a todos nos iría mejor”, pero agrega que no se hizo mucho para crecer en igualdad. “Y cuando no ocurrió, la gente dijo: ‘Nos prometieron que todos estarían mejor y se equivocaron. ¿Por qué deberíamos confiar ahora?’”.
Ideas que son recurrentes en sus ensayos y libros publicados anteriormente. En La gran brecha: qué hacer con las sociedades desiguales (2015, Taurus), explica:
“Las desigualdades empezaron a aumentar en Estados Unidos hace treinta años, al mismo tiempo que las rebajas de impuestos a los ricos y la relajación de las reglas del sector financiero. No es una coincidencia. La situación ha empeorado a medida que han disminuido las inversiones en infraestructuras, educación, sanidad y las redes de protección social. La desigualdad, cuando crece, se refuerza a sí misma mediante la corrosión de nuestro sistema político y nuestro sistema democrático de gobierno”.
A 2020, cinco años después de tal publicación, Stiglitz afirma que Donald Trump provocó más daño. “Las cosas empeoraron en salud. Mejoraron algunas condiciones a corto plazo por estos recortes de impuestos que estimularon la economía a corto plazo, pero llevaron a una gran deuda que no se puede sostener en el tiempo”.
“Debemos avanzar hacia una economía basada en el conocimiento y centrada en los servicios. Debemos alejarnos de los combustibles fósiles, ya que el cambio climáticos es real. Hay que avanzar a opciones sustentables, ahí está está el futuro de Estados Unidos. Ahí está la fuerza de Estados Unidos, en Silicon Valley, en nuestros centros de conocimiento. Pero él ha atacado nuestros centro de conocimiento, nuestras universidades, ha obligado a pagar impuestos... Todos los demás países apoyan a las universidades porque se dan cuenta de la relevancia que tienen”, argumentó.
¿Sus conclusiones finales en miras al futuro post-pandemia? “Debemos alcanzar un balance entre el mercado, el estado y la sociedad civil”, declaró Joseph Stiglitz.
Mira a continuación la entrevista completa a Joseph Stiglitz, en la décima edición de Puerto Ideas.
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