Lorde viajó a la Antártica para aprender sobre cambio climático
En febrero de 2019, la cantante neozelandesa viajó al Polo Sur para ver en primera persona el derretimiento de los glaciares. “Proteger nuestros recursos naturales más preciados puede parecer abstracto, porque a la mayoría de ellos nunca los hemos visto fuera de un documental, pero ahora lo entiendo y espero que ustedes también encuentren maneras de hacerlo. Grandes maravillas como esta son lo que está en juego”, comenta en un ensayo que escribió para Rolling Stone.
Antes de conseguir un contrato discográfico y convertirse en una de las artistas más jóvenes en recibir un Grammy bajo el seudónimo Lorde, Ella Marija Lani Yelich-O’Connor era una niña que crecía en Auckland, Nueva Zelanda.
Desde pequeña tenía una obsesión con la Antártica y las historias relacionadas al Polo Sur. Una de ellas era la del explorador Robert Falcon Scott, un oficial de la Marina Real Británica que organizó viajes a la zona a inicios de siglo XX y que posteriormente los documentó en sus diarios, en donde relata la belleza de los paisajes y las muertes de quienes fallecían congelados.
La cantante vivía en una ciudad cálida, en la que nunca tuvo la oportunidad de presenciar la nieve. Según relata en un ensayo que escribió para Rolling Stone, “ni siquiera podía imaginar cómo se sentía”, pero sí estaba segura de que se perdía de una experiencia única y de que tendría que apresurarse para vivirla “antes de que fuera demasiado tarde”. Después de todo, leía diversos estudios que concientizaban sobre el derretimiento de los glaciares y el impacto que la crisis climática en los cascos polares.
Fue así como a inicios de 2019, empezó a planificar un viaje que se concretó en febrero de ese mismo año. “Como soy una estrella pop y el mundo es extremadamente injusto, hice algunas llamadas, recibí varias docenas de inyecciones de refuerzo y me fui en busca del fin del mundo”, comenta en el artículo.
Cuando llegó, quedó sorprendida con las enormes cantidades de pingüinos que paseaban por el lugar, mientras que las playas rocosas le generaban la sensación de que podía nadar en ellas, hasta que recordaba que esa agua salada estaba a una temperatura cercana al punto de congelación.
Durante su estadía, tuvo que usar lentes de sol todos los días, un accesorio nada novedoso para una estrella juvenil, pero que en esa oportunidad no tenían el propósito de esconder su rostro de una masa de seguidores, sino más bien proteger sus ojos de la radiación. Asimismo, cuenta que tuvo que orinar en una botella en medio de una capa de hielo, mientras estaba completamente vestida y usaba un instrumento de plástico conocido como Pstyle.
A diferencia de cuando viaja a otros países para tocar en festivales como Coachella en California o Lollapalooza Chile, en esta oportunidad acampó por cinco días en una tienda de campaña, mientras que su principal alimento durante las jornadas fueron barras energéticas que había comprado con antelación, las cuales, según dice, eran muy dulces y espesas, hasta el punto en que “pensé que se me caerían los dientes”.
También se distanció de su teléfono celular. Las únicas llamadas que hizo a su casa fueron a través de un antiguo teléfono fijo, mientras que sus redes sociales quedaron a cargo de otras personas.
“Solía pensar que la Gala del Met era genial, o los VMAs. Pero no hay literalmente nada más genial que la Antártica, es un lugar increíble”, dice, para después agregar que tuvo la oportunidad de buscar ballenas en un helicóptero con la compañía de una científica alemana.
A pesar de que cuenta que, a simple vista y sin mayores conocimientos, algunas áreas aparentaban estar bien cuidadas cuando las visitó, también afirma que “otras, como la Península Antártica occidental, se están calentando más rápido que cualquier otra parte de la Tierra”. Incluso, dice que miembros de la comunidad científica que han estudiado la zona por más de 40 años, le mostraron partes de la Barrera de hielo de Ross que se están deteriorando cada vez más con el paso de los años.
Y aquel relato se condice con las cifras de Nature Geoscience, revista académica que en 2019 publicó un estudio que afirma que la plataforma de hielo más grande del mundo se está derritiendo diez veces más rápido que lo esperado, mientras que estas tasas de fusión se multiplican por tres cuando llega la estación de verano.
“Proteger nuestros recursos naturales más preciados puede parecer abstracto, porque a la mayoría de ellos nunca los hemos visto fuera de un documental, pero ahora lo entiendo y espero que ustedes también encuentren maneras de hacerlo. Grandes maravillas como ésta son lo que está en juego”, sentencia.
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