Sebastián Runner y su nuevo libro: “Me mueve fotografiar al Valparaíso vivo, real, no ocultar sus grietas, rayados o su olor”
El portafolio visual “Postales Humanas Valparaíso, portafolio documental” es la primera obra de este tipo del reconocido fotógrafo y abarca los registros de siete años de andanzas por las calles, cerros y rincones del territorio costero. Hoy es su lanzamiento.
Murales, cerros, caletas y una enmarañada arquitectura antigua pueden ser tan solo algunos de los rasgos más característicos de la ciudad de Valparaíso. Una fuente infinita de inspiración para todo tipo de artistas y una zona que también terminó por cautivar a Sebastián Runner, fotógrafo santiaguino que en 2014 se radicó en el puerto casi de improviso.
Lo que partió como una visita de fin de semana a la ciudad costera se convirtió en un flechazo de enamoramiento directo al corazón y en una estancia de poco más de siete años que no tiene para cuándo acabar, según comenta. Entre las coloridas casas y el mar, el fotógrafo encontró un espacio en “la joya del Pacífico” y hoy incluso tiene un taller propio en el cerro Panteón. Un territorio que no solo lo ha invitado a retratar con una cámara cada rincón oculto, sino que también a ir un poco más allá en la relación.
Con 15 años en el oficio, hoy Runner se aventura a explorar las aguas de la autoría con su primer foto libro “Postales Humanas Valparaíso, portafolio documental”. La obra que retrata a una de las ciudades más reconocidas del país con fotografías que van desde 2014 hasta la actualidad y que muestran una que otra imagen icónica de la ciudad y también aspectos no tan abordados. Un relato visual en tono de crónica de fachadas, personajes, arquitectura, locomoción colectiva y gatos en el empinado mundo callejero.
El objetivo del documentalista fue mostrar a una ciudad sin filtros, “si bien en mi rol de fotógrafo estoy ligado a áreas turísticas, lo cotidiano autoralmente es lo que a mí me mueve, fotografiar al Valparaíso vivo, real, no ocultar sus grietas, rayados o su olor a orina. Un retrato tal cual es”, comenta a Culto durante un contacto telefónico.
Una obra física y carta de amor a la ciudad cuyo lanzamiento y presentación será hoy martes a las 21:00 horas vía Zoom de la mano de la Asociación de Fotógrafos de Chile (AFOCH) previa inscripción en su sitio web.
Lo cierto es que el libro en sí tiene otro aspecto particular, ya que Sebastián Runner se ha amparado durante los últimos años en un técnica mítica, pero a la vez casi olvidada: los retablos, una antigua forma de enmarcación de fotografías en madera que impulsó la nueva creación e incluso provocó que la obra fuera cuadrada, de veinte por veinte centímetros en sus dimensiones.
“Este libro surge ya hace algunos años -finales de 2016- como un homenaje a este formato que me abrió las puertas de la visibilización y también de la responsabilidad en la difusión de los contenidos. Vivo de la venta de retablos, de la fotografía, pero también encontré en estos un formato y una forma de vincularme no desde el área más privativa y costosa, sino que desde lo integrador. El retablo, que es un papel unido a una madera, generaba una representación bien importante de Valparaíso en términos de su costo porque es barato, pero también es un artefacto de buen calidad”, señala.
¿Algún referente en la captura cotidiana? “Al ver Valparaíso era inevitable no hacerlo con los ojos del gran Sergio Larraín, el primer fotógrafo chileno que perteneció a la Magnum photos. Es inevitable que cualquier fotógrafo local no tenga una admiración profunda por el trabajo que realizó en su momento, en los años cuarenta de la ciudad”.
“Al escudriñar su portafolio se siente ese Valparaíso en escala de grises. Por eso también no empiezo fotografiando las típicas postales: el trole, cerro Alegre o cerro Concepción. Yo parto fotografiando el cerro La Cruz, las caletas, los niños, los abuelos. Era también un poco la búsqueda en la que andaba él”, detalla.
Profundizando en su relación con la ciudad, Runner comenta: “A Valparaíso se le odia o se le ama, la gente que muchas veces solamente procura esta visión bonita de las cosas, por supuesto que en Valparaíso no va a encontrar nada. Pero aquellos que tienen un resguardo patrimonial y valor por la historia, saben que independiente de que se caiga a pedazos, sigue y seguirá siendo bello. Eso para un documentalista no tiene precio, hasta el día de hoy sigo enganchado de estas mismas características y por eso me quedo en el puerto”.
Ahora bien, la obra de cincuenta hojas de imágenes y texto es tan solo la primera parte de una trilogía en papel que da sus primeros pasos. “El segundo libro va a hacer relativo a una continuación de lo que es “Postales Humanas...”, pero desde otro formato, muchas imágenes en gris, mucho retrato y una parte de la confianza y de mi íntima relación con Valparaíso. El tercero, en cambio, va a ser la cobertura del Estallido Social, de cómo se viven esas situaciones desde las calles del puerto”, adelanta el fotógrafo.
En cuanto a su etapa comercial, por lo pronto “Postales Humanas Valparaíso” se encuentra a la venta en el sitio web del artista.
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