¿Pueden los robots creer en Dios? No es una pregunta salida de la imaginación alucinada de Philip K Dick, sino que se desprende de las páginas de Klara y el sol, la novela más reciente y la primera que publica Kazuo Ishiguro luego de recibir el Premio Nobel de Literatura en 2018.

Ambientada en un futuro próximo, es narrada en primera persona por Klara, una amiga artificial, una inteligencia creada para aliviar la soledad de los niños. En ese futuro, niños y jóvenes estudian remotamente, viven sin interacción social. Klara es un robot que funciona con energía solar y es elegida para acompañar a Josie, una chica de 14 años que sufre una grave enfermedad.

“Creo que tengo muchos sentimientos. Cuanto más observo, más sentimientos acumulo”, dice Klara. Aun así, su percepción es más cercana a la de un algoritmo y a menudo sus recuerdos se sobreponen y debe ordenarlos.

En casa de Josie, nos enteramos de que la universidad es un privilegio reservado para pocos, y con el fin de ingresar a ella los padres “elevan” a sus hijos con alguna forma de mejora genética. Eventualmente, ese procedimiento pondrá en riesgo la vida de Josie. Entonces Klara decide sacrificarse por ella, invocando a aquello que para ella representa la suma bondad: el sol.

Novela que dialoga con Nunca me abandones y El gigante enterrado, Klara y el sol es una historia conmovedora, hermosa y elegantemente escrita, que reflexiona en torno a la fragilidad y lo que nos hace humanos.

Una noche de abril de 1956 Gabriela Mistral despertó asustada. En el sueño vio a Yin Yin, el sobrino que crió como un hijo y que se suicidó en Brasil. “Él me ha dicho que yo lo he olvidado”, escribió la poeta en una carta inconclusa a Doris Dana. En ella, la Mistral reunía sus dos grandes amores: la mujer que amaba y que le ayudó a superar el duelo, y el fantasma de su amado sobrino. Esta es una de las misivas que integran Doris, vida mía, edición ampliada de la correspondencia de la poeta y Premio Nobel. Al cuidado de Daniela Schütte y publicado 10 años después de la primera edición, el volumen recoge 183 cartas atravesadas por la pasión, la ternura y las angustias propias de una relación amorosa, y que iluminan su esfera más íntima y afectiva.

“Mi amor”, “Vida mía”, “Doris amada”, son algunas de las formas con que la poeta se dirige a Doris Dana y en su firma alterna “Tu Gabriela”, “Tuyo” o el más expresivo “Te espera y vive de esperarte tu Gabriela”. Así, el libro recupera dimensiones desconocidas de la Mistral, cuyo nombre ahora es posible escribir junto “a la palabra lesbiana”, como anota la escritora Alia Trabucco en el prólogo. Gran trabajo de edición para un libro notable, el testimonio de un amor ensombrecido por años y una puerta imprescindible para redescubrir la vida y obra de una poeta excepcional.

Escrita cuando la pandemia se extendía por Europa y Estados Unidos, Allá afuera hay monstruos narra la historia de un país asolado por una epidemia y por la crisis social que se desata. A través de la ficción, Edmundo Paz Soldán le da forma a las angustias y las peores pesadillas inspiradas por el coronavirus. La novela narra una rebelión en un país sudamericano afectado por la epidemia de un virus mortal.

La historia es relatada por una niña de 12 años, hija de una enfermera de urgencias en una ciudad de provincias. Surgida en la región, la rebelión se enfrenta al poder central que prioriza la economía sobre la seguridad, en una batalla que adquiere también la forma de la ciencia enfrentada a la política. De este modo, la novela describe el trastorno de la vida cotidiana, la erosión de las relaciones sociales, las fobias y paranoias, las pérdidas humanas, las negligencias políticas y los errores humanos. Una novela de bordes apocalípticos contagiada de realidad.

Conversaciones con Stella Díaz Varín es el subtítulo de este libro que resalta la vida, obra y personalidad de una de las poetas más fulgurantes y legendarias de la literatura chilena. El volumen recoge conversaciones realizadas entre 1999 y 2006, el año de su muerte, en las que Claudia Donoso logra abrir el mundo más íntimo de una poeta que sufrió violencias y bajezas y que se defendió a puño limpio. Una mujer armada de rebeldía, la primera poeta punk, y dotada también de humor y ternura.

Con el tono de una sobremesa, el libro revive un mundo desaparecido donde transitaban Pablo Neruda, De Rokha y Jorge Teillier. Repasa sus momentos de dolor, entre ellos la muerte de dos hijos, y las dificultades de una artista con carácter en un medio a menudo dominado por la mediocridad, los intereses mezquinos y los prejuicios de género. Aun así, la poeta de la voz ronca recuerda a sus amigos con cariño, entre ellos su enamorado Jodorowsky: “todos éramos lindos y todos éramos coquetos”, dice.

A través de dos libros han relevado y difundido los perfiles de mujeres destacadas en amplios ámbitos, desde la política y la ciencia al deporte (Mujeres bacanas y Mujeres bacanas latinas). Ahora Mujeres Bacanas entrega su primer relato ilustrado para niños, Ágata y las pintoras. Escrito por la periodista Isabel Plant y con ilustraciones de Dannaé Alvarez, cuenta la historia de una niña que debe realizar una tarea de artes visuales y recibe la mágica visita de artistas de la historia.