Reseña de libros: de Jenaro Prieto a Chimamanda Ngozi Adichie

Chimamanda Ngozi Adichie
La escritora Chimamanda Ngozi Adichie nació en Nigeria y vive en Estados Unidos.

Una selección de crónicas del autor de El Socio, el emotivo ensayo sobre el duelo de la reconocida escritora nigeriana, una novela sobre las alegrías y derrotas de la paternidad y la vida en pareja, y la abigarrada novela de rock, sexo, drogas y sectas de Daniel Hidalgo, en los libros de la semana.


La melancolía de los contribuyentes, Jenaro Prieto.

La Melancolía de los Contribuyentes, de Jenaro Prieto (La Pollera)

Era un pesimista, pero un pesimista feliz. Dado que en el mundo abundan las desgracias, “el pesimista tiene un amplio y fecundo campo de felicidad”, escribe Jenaro Prieto (1889-1946). “En esta actitud de espíritu, sus propias desdichas son causa de alegría”, agrega en una columna titulada, precisamente, El pesimista contento. Escritor, diputado conservador, pintor aficionado, el autor de El socio fue un consumado cronista, género que cultivó por más de 30 años, de 1913 a 1946, principalmente en El Diario Ilustrado. Con humor y elegante ironía, a veces en tono paródico, escribió sobre los cambios que vivía el país, sobre la naciente modernidad y el mundo de las oficinas, sobre la clase media, los impuestos, la ciudad, el Estado y los empleados públicos. Y lo hizo con tal gracia e inteligencia que sus crónicas aún conservan la frescura, el ingenio y la sagacidad, y se leen con auténtico placer. Un gran rescate editorial.

Sobre el duelo

Sobre el Duelo, de Chimamanda Ngozi Adichie (Literatura Random House)

En las primera páginas de este breve ensayo, Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria, 1977) se pregunta: “¿Cómo sigue funcionando la gente en el mundo tras la muerte de un padre querido? Por primera vez en la vida, me aficiono a los somníferos y, en mitad de una ducha o una comida, rompo a llorar”. El 10 de  junio del año pasado, “el peor día de mi vida”, el padre de la escritora murió en Nigeria de manera imprevista; ella no pudo asistir al funeral debido a las restricciones de viaje impuestas por la pandemia. En este relato autobiográfico, la autora deja testimonio de su muerte, lo revive a través de la memoria emotiva y se conecta con su infancia y sus raíces. A su vez, reflexiona en torno a la pérdida, a la búsqueda de consuelo y al sentido del dolor. “Por fin entiendo por qué la gente se tatúa a los seres que  han perdido. La necesidad de proclamar no solo la pérdida, sino también el amor, la continuidad. ‘Soy la hija de mi padre’. Es un acto de resistencia y rechazo”, escribe.

Días festivos

Días Festivos, de Carolina Soto Riveros (Ed. Overol)

Cuando se siente feliz, sospecha que su bienestar será transitorio, y cuando no está a gusto, teme que la situación será eterna. Carolina está casada, tiene dos hijos pequeños y a menudo siente ganas de huir. No es que no le gusten los niños “pero me abruma todo lo que hay que hacer para mantenerlos vivos”, dice. Se casó con un poeta, tal vez porque no quería una vida convencional, y ahora con frecuencia extraña una vida más normal. En un tono distanciado, salpicado de ironía, la narradora relata las batallas cotidianas, las alegrías y los desastres de la vida en pareja y la paternidad, los trabajos, el dinero que no alcanza, las compras de la feria, el calefont que no funciona. A veces se agota, extraña sus noches soltera, y aspira a un sueño sencillo: “que nadie me huevee”. Pero entre deseos y frustraciones, peleas y reencuentros, apreciará la silueta de la felicidad a pequeña escala.

El último pogo de Rita Maldita.

El Último Pogo de Rita Maldita, de Daniel Hidalgo (Ed. Planeta)

Un festival de rock en Combarbalá, con mediocres bandas dark, se transforma en un pasaje a Twin Peaks. La nueva novela de Daniel Hidalgo (1983, Canciones punk para señoritas autodestructivas) comienza como un relato de juventud, sexo, drogas y rock, gira hacia la novela negra y desemboca en una trama de sectas, viajes en ácido y realidades alteradas. La desaparición de Rita Maldita, una chica rebelde que se gana la vida como camgirl, fan del rock, hija de un ex PDI, moviliza la búsqueda y es el umbral que conduce a una zona oscura. Desde Tarantino a David Lynch, del cómic al hard rock, en la novela resuenan influencias pop,  y a través de un relato ágil y audaz, que rompe con la linealidad, construye un mundo donde la violencia estalla de múltiples formas, entre ellas la violencia de género, y donde unos se pierden, otros pierden la vida y la realidad misma parece perder sus contornos.

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