Un siglo después de la aparición de En busca del tiempo perdido, la obra de la vida de Marcel Proust, se publica este volumen de relatos, conservados en los archivos del editor Bernard de Fallois. Con la excepción de uno de ellos, el conjunto se mantuvo inédito y en Francia ha sido celebrado como un hallazgo de contornos históricos. Eventualmente Proust evitó darlos a conocer por el tema que los cruza: el deseo homosexual. Pero también porque se trata de nueve narraciones en diferentes estado de formación, algunas de ellas incompletas o larvarias. Relatos de juventud, en ellos sin embargo asoma la sensibilidad y la mirada del gran estilista de la novela francesa y de cierto modo prefiguran el universo de su obra mayor. Como sugiere Alan Pauls en el prólogo, estas narraciones -publicadas con anotaciones críticas- son esquirlas o destellos salidos de esa galaxia que es En busca del tiempo perdido.

Experto en torturas y cruentos asesinatos, el Gordo Granola fue el protagonista del volumen de relatos El diablo en Punitaqui, junto con el señor Cavagnaro, su jefe mafioso. Ambos retornan ahora en esta novela armada con notas y testimonios tomados por Gustavo Bernales, ex policía que vive en silla de ruedas gracias a una bala del Gordo Granola. Articulada en tres partes, la novela reconstruye la genealogía del personaje, desde sus ancestros italianos a su vida de gángster; ofrece diferentes aproximaciones a Granola desde puntos de vista que contrastan, entre ellas la de una amigo que quiso matarlo y la de su mujer, y culmina con sus últimos días afectado de párkinson. Con ecos de El padrino y la literatura de western, la novela construye un universo sólido y magnético, con carácter propio y explora en la intimidad, en los afectos, lealtades y traiciones de personajes sombríos, que respiran y hablan con violencia.

A los 40 años, Rose había vivido muy poco. Creció en la campiña rodada de flores, cerca de un río donde veía reflejarse las nubes doradas al atardecer. De noche leía novelas que la hacían soñar, pero en su juventud perdió la aptitud para la felicidad. No conoció a su padre y la muerte de su madre la dejó en un profundo desconsuelo. Un viaje inesperado transformará su vida, cuando se embarque a Japón a conocer el testamento de aquel padre. Rose es la protagonista de la nueva novela de Muriel Barbery, la autora de La elegancia del erizo. En ella retrata el viaje físico y emocional de la protagonista que es también la búsqueda de su identidad. Alternando relatos sobre el Japón antiguo con la historia de Rose, la autora compone una novela escrita con delicadeza, narrada con ritmo pausado, que diseña un Japón ficticio y donde la belleza de las descripciones se cruza con el tránsito de la protagonista desde la soledad al descubrimiento del amor.

El auge en el interés por la astronomía se extendió también a la literatura infantil. Astrónomos como José Maza y María Teresa Ruiz han escrito con éxito para niños. Ahora es el turno de Antonio Hales, doctor en astrofísica de la Universidad de Londres, quien con entusiasmo, un lenguaje sencillo, metáforas simples y un gran acervo de conocimientos publica un libro para pequeños y jóvenes lectores. La pregunta que guía el libro le permite abordar las constelaciones, la formación de estrellas y planetas, los planetas habitables y la posibilidad de comunicación con civilizaciones inteligentes. Todo ello desplegado con un entretenido diseño y atractivas ilustraciones de Valentina Palma