Isabel Allende: “En mi vida lo que más me ha movilizado, a hacer las brutalidades más grandes y también los hechos heroicos, ha sido el amor”
Este martes 25, está marcado por el estreno de la nueva novela de la autora hispanohablante más exitosa del planeta. En Violeta, Allende pone a la figura de su madre transformada en personaje, situándola en medio de dos pandemias: la gripe española y la llegada del Covid. Hoy en Culto, en voz de la propia autora, rescatamos las claves de su nuevo libro, además de recoger algunas de sus perspectivas sobre la actualidad nacional y el feminismo en su reciente encuentro con la prensa internacional, donde también se dio el tiempo para hablar del gabinete de Boric: "Es una nueva generación que asciende al poder, ya es hora de que los viejos carcamanes se vayan a su casa a jugar bingo”.
Escritora, filántropa y autora de una serie de novelas, las que gozan de un rotundo éxito comercial a nivel planetario, la escritora nacional radicada en Estados Unidos, Isabel Allende, celebra hoy la llegada de su nuevo libro, Violeta (2022). Tras solo dos años de la publicación de su último entrega, la novela autobiográfica Mujeres del alma mía (2020), la ganadora del Premio Nacional de Literatura de 2010 irrumpe este año con una nueva historia inspirada en la figura de su madre, en la que se narra en clave epistolar los recuerdos de devastadores desengaños amorosos, romances apasionados e incertidumbres económicas, los que se enmarcan dentro de diferentes sucesos de la historia.
La lucha por los derechos de la mujer, procesos políticos ligados a las tiranías y también dos pandemias, desde la llamada gripe española que azotó Latinoamérica en 1920 hasta la actual, la del Covid-19.
En Violeta, la voz de su protagonista, Violeta del Valle, rememora los acontecimientos de los 100 años de su vida dirigiéndose a su nieto, donde en el comienzo del libro y a modo de apertura, se nos revela una carta dejada por ella.
“Mi querido Camilo:
La intención de estas páginas es dejarte un testimonio, porque pienso que en un futuro lejano, cuando estés viejo y aburrido, tal vez desees recordarme. Eres el depositario de mis cartas, donde está anotada mi existencia entera, pero debes cumplir la promesa de quemarlas cuando me muera, porque son sentimentales y a menudo malévolas. Este resumen reemplazará a esa exagerada correspondencia.
Te quiero más que a nadie en este mundo,
Violeta
Santa Clara, Septiembre de 2020″.
Tras esta introducción, se nos despliega todo un retrato de diferentes acontecimientos del siglo XX, narrados desde la perspectiva de una mujer que percibe cómo el mundo va cambiando en medio de situaciones que van desde su nacimiento en 1920, hasta las complicaciones económicas sufridas por su familia debido a la Gran Depresión de 1929, las cuales precipitan a la protagonista y a su familia a una pobreza casi extrema.
El libro en voz de su autora
Según señala Isabel Allende desde su casa en California, durante la última rueda internacional de prensa previa al lanzamiento del libro, el comienzo de la creación de Violeta está marcado principalmente por dos acontecimientos.
“La novela la empecé un poquito antes de la pandemia, la empecé en enero del 2020, que fue unas semanas antes que se declarara la pandemia y de que todo el mundo tuviera que meterse en sus casas y aislarse. Cuando sucedió eso, entonces se me ocurrió la idea, de que debería colocar la novela entre estas dos pandemias, la de la influenza y la del Covid, me resultaba casi poética esa unión, ese círculo, de manera que la pandemia fue la anécdota, la pandemia fue lo que me sirvió para darle la estructura”, señala.
Por otro lado, la autora reconoce que para la creación del personaje principal se inspiró precisamente en la figura de su madre, quien falleció poco antes del inicio de la pandemia y de la cual aún conserva prácticamente todas las cartas que se enviaban entre ambas, y que en su contenido se narra gran parte de su vida.
“Violeta es un personaje parecido a mi madre en el sentido de que es bella, interesante, fuerte, irónica, atrevida y con una gran visión respecto al futuro y a las cosas, no se queda en su clase social ni donde ella, en ese sentido se parece a mi madre, pero a diferencia de ella puede ser una mujer independiente, y no hay feminismo sin independencia económica”, aclara.
El amor también es un hilo conductor de la trama: en todas sus expresiones, está presente en prácticamente la totalidad de la obra de la autora, debido a que, como ella misma se reconoce, sigue siendo “igual de apasionada y romántica que cuando tenía 20, 40 o 60 años”. Sin embargo, tras ser consultada sobre si es que, dentro de su perspectiva, solamente es esta emoción la que mueve al mundo, Allende es categórica.
“No solamente el amor, también el poder, la ambición, la codicia, todas esas cosas también mueven al mundo y lo mueven en una orientación que a veces el amor logra corregir un poco pero no completamente, y en todas mis novelas lo que importan son las relaciones humanas, por supuesto también los hechos y los acontecimientos, el cuándo y dónde ocurren las cosas siempre es importante, pero lo que más me interesa contar son las relaciones humanas, las emociones, y de todas ellas la más poderosa es el amor, por lo menos para las mujeres. En mi propia vida lo que más me ha movilizado, a hacer las brutalidades más grandes y también los hechos heroicos, ha sido el amor, y ahora que ya estoy vieja la gente me dice, ´bueno pero llega un momento en que el amor no tiene tanta importancia´, yo creo que lo tiene siempre, yo me casé a los 77 y si vivo lo suficiente es posible que me case de nuevo, así que creo en el amor firmemente” comenta Allende entre risas.
A su vez, la autora comenta que, si bien a sus casi ochenta años (los que cumplirá el 2 de agosto) no ha mermado su pasión por la vida, sí ha disminuido su pasión por el riesgo, además de ahondar en los cambios de perspectiva que ha desarrollado con los años.
“(…) Hay cosas que ya no quiero hacer porque me fastidian no porque me parezcan arriesgadas, pero antes no me atrevía a decir que no a muchas cosas y ahora a mi edad eso sí he aprendido. Por ejemplo: no me gustan las reuniones sociales, yo soy muy baja, si hay un cóctel lo más probable es que todo suceda por aquí arriba -realiza un gesto sobre su cabeza-, todo el mundo de pie con un trago en la mano y que los camarones de la otra gente me caigan a mí en la cabeza, no me gusta eso, entonces ya no lo hago, no voy a reuniones de más de seis u ocho personas máximo, se acabaron los festivales, se acabaron los viajes de las giras de libros, las eternas colas para firmar, todo eso que antes hacía obligadamente, ya no lo hago, eso sí he aprendido”, complementa.
Contingencia, feminismo y el futuro
Durante su rueda internacional de prensa, la autora también se dio el tiempo para responder preguntas sobre el acontecer nacional, donde destacó entre otros puntos, la llegada de Maya Fernández Allende, a la cartera de Defensa.
“No solamente será Ministra de Chile, será Ministra de Defensa, o sea, es una mujer joven que se crío en Cuba, nieta de Salvador Allende, en una posición muy, muy especial porque tendrá que entenderse con las Fuerzas Armadas y no nos olvidemos del pasado de las Fuerzas Armadas en Chile, yo lo veo como una cosa curiosa, digamos. Pero estoy encantada con el Ministerio que ha nombrado Boric, porque es muy diverso, hay 14 mujeres y 10 hombres, o sea, realmente una intención sólida de que haya paridad de género, y ya eso no más es extraordinario. Y lo otro es que sean todos tan jóvenes, es una nueva generación que asciende al poder, ya es hora de que los viejos carcamanes se vayan a su casa a jugar bingo”, señala.
Isabel Allende, dirige desde 1996 la fundación que lleva su nombre, la cual creó en homenaje a su fallecida hija Paula Frías. La fundación, posee por fin invertir, promover y gestionar iniciativas que busquen garantizar los derechos reproductivos de mujeres y niñas, su independencia económica y protección contra la violencia.
La autora, tras ser consultada sobre cómo poder inspirar a las nuevas generaciones de niñas para que se conviertan en mujeres imparables, reconoce que existen avances significativos en la industria cultural, no obstante, puntualiza que aún se debe seguir avanzando.
“Yo creo que está pasando, ahora, está cambiando mucho la educación, hay mucho más énfasis en invertir en las niñas, en el poder y la educación de las niñas. Ahora, no podemos hablar globalmente. Todavía hay niñas que las venden en matrimonios prematuros, que a los ocho años las casan con un viejo de 45 o 60. Todavía hay niñas que están sujetas a servidumbre doméstica. Vendidas en prostíbulos, golpeadas. Son carne de cañón en las guerras, en la ocupación en las crisis económicas, en los campos de refugiados, entonces falta muchísimo por hacer, pero ya está sucediendo, que por lo menos en esta parte del mundo en la que estamos todos conversando las cosas están cambiando para las niñas”, sostiene Allende.
Sin embargo, la autora declara que en el mundo literario han sucedido cambios importantes, debido en gran parte al “abandono” de ciertos relatos.
“Hay ahora mucha literatura que empodera a las niñas, antes los libros de cuentos siempre el héroe, desde chiquito, los héroes eran masculinos y las niñas eran unas princesas estúpidas que se quedaban dormidas y tenían que venir un príncipe a despertarlas, o unas tontas que unos enanos tenían que rescatarlas, entonces eso ya no ocurre. Ya la literatura infantil no es la misma, ni la juvenil tampoco, y hay heroínas y también en el cine cada vez más, entonces yo creo que estamos alcanzando bastante, se está haciendo mucho”, comenta.
Finalmente, tras ser consultada sobre cuáles son los siguientes pasos en su carrera, la autora nacional es cauta, y reconoce que hoy en día su enfoque está en la inmediatez, por sobre proyecciones futuras.
“Yo no sé si es que voy a estar viva mañana, yo lo que hago es que tengo mi calendario por unas pocas semanas y eso es lo que calculo que voy a estar aquí haciendo, pero no hago proyectos a largo plazo, y también es cierto que nunca los hice, pero ahora más que nunca pienso en el presente, quisiera seguir escribiendo por mucho tiempo más, pero eso va a depender de mi estado mental. Ponte que me ponga demente; paranoica, esquizofrénica, me dé Alzheimer, cualquiera de esas cosas, se acabó la escritura, y mientras pueda hacerlo ese es el único plan: seguir teniendo una vida lo más sencilla posible, sin complicaciones, con mi marido, con dos perros y ya, ósea, no complicarme la existencia...”.
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