El renacer de Maha Vial, la poeta valdiviana “de todos los soportes”
La escritora publicó su primer libro en 1985, donde desató una obra "feroz, libertaria, carnal, crispada y siempre de pie", donde se adentraba en la sexualidad y el cuerpo como un terreno a problematizar. Un recién publicado volumen de sus obras completas y una comentada imagen del presidente electo, Gabriel Boric, leyendo la antología, vuelven a poner de relieve la figura y la obra de la fallecida artista.
Una imagen se comentó durante el fin de semana en la red social Twitter. Se trata del presidente electo, Gabriel Boric, leyendo un libro de poesía. Hasta ahí, nada extraño, en más de una ocasión -ya desde sus tiempos de diputado por Magallanes- el frenteamplista ha manifestado ser un lector entusiasta, y entre sus preferidos figuran nombres capitulares como Enrique Lihn o Jorge Teillier.
Sin embargo, en esta imagen, Boric aparece inmerso en la lectura de la poeta valdiviana Maha Vial. En rigor, de un volumen que reúne las obras completas de la autora, publicado por Ediciones Kultrún.
“Al parecer se lo regaló alguien del municipio de Valdivia”, señala a Culto el poeta Yanko González, quien posteó la imagen en Twitter. El autor de Metales pesados es conocedor de la obra de Vial, y de hecho, participó en la introducción del libro que aparece leyendo Boric, cuya edición y notas la realizó Ricardo Mendoza.
Además, González escribió uno de los epílogos de Lengua sitiada, una antología publicada por Alquimia Ediciones en 2020, poco tiempo antes que la autora falleciera. Ahí dio cuenta de los hilos que movieron la poesía de Vial. “Salvo por sus maestros Antonin Artaud, Janis Joplin o Mayakovksi, sus parientes parecían venir siempre de un presente lejano o de un futuro punk paralelo, libre ya de The Clash y recargado de Riot Grrrl”, señala González en el epílogo.
“Siempre fue leal a sí misma”
Maha Vial vino al mundo en 1955. Actriz y poeta, su primer libro se llamó La cuerda floja, y se publicó en 1985 a través de la editorial Unión de escritores del sur. En esas páginas ya se configuraban los rasgos de su poesía: transgesora, feminista, situada en el cuerpo y en la sexualidad. Además de, por supuesto, una crítica a lo que ocurría en sus tiempos, al estilo de lo que hacían también Carmen Berenguer, o Raúl Zurita.
Ese primer libro, en palabras de Yanko González en el citado epílogo, “viene a fijar la tesitura, el timbre y el tono de su obra posterior y que, en conjunto, la irá transformando en una adelantada incómoda, ardua por lo que problematiza -los arbitrarios culturales sobre toda clase de binarismo y, especialmente, sobre la ‘feminidad autoral’- y feroz por lo que arroja -la insania, el cuerpo y el sexuar como espacios cardinales de todas las batallas libertarias-”.
De hecho, consultado por Culto, González caracteriza a Vial: “Creo que es una poeta de consecuencia -siempre fue leal a sí misma- que hizo siempre una poesía con consecuencias: feroz, libertaria, carnal, crispada y siempre de pie”.
Así, encontramos versos como los siguientes. “No soy yo la que sonríe / en el momento del aplauso / ni la que mueve / por corrientes terrenas / NO ME APLIQUEN ELECTROSHOCK / no me apliquen electroshock / estoy en una orgía de sexo y champagne / mientras los idiotas lloran / la ausencia / de una bestia / impregnada / de cal”, se leía en las páginas de esa primera publicación.
O también: “subiré a horcajadas sobre un trozo de cielo / limpiaré la mierda destinada a mi rebeldía / de negarme a ser comida para cerdos”.
En una entrevista del 2020 con Canal 13 Cable, Vial -como buena poeta- daba cuenta de la importancia de la palabra como un vehículo. “Yo escribía desde siempre, desde niña. Desde el momento en que mi padre me enseñó cómo dibujar la palabra tuve la idea, la sensación, la pasión de que la palabra iba a ser una fuente de expresión”.
De hecho, para ella, su trabajo como actriz y en la performance también tenía que ver con lo poético. “Tu sigues siendo una poeta ocupando todos los soportes que quieras, tiene que ver con la palabra porque en todos los soportes está la palabra”, añadió en la citada entrevista.
Tras su primer volumen, siguieron Sexilio (1994), Jony Joi (2001), Maldita Perra (2004) El asado de Bacon (2006), Territorio cercado (2016) y Fuerza bruta (2019). Todos publicados por Kultrún. A lo largo de su obra exploró diferentes cortes versales, poemas con o sin títulos, pero siempre dentro de las mismas temáticas.
Si se quiere leer a la valdiviana, el libro Obras Completas, de Maha Vial, publicado por Kultrún lleva poco tiempo en las vitrinas, ya que salió en las últimas semanas del 2021. También es posible encontrarse en librerías con Lengua sitiada, el citado volumen antológico de Alquimia.
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