La terapia de Young Cister: “La mayoría de los artistas urbanos viene de barrios donde la educación emocional no existe”
Una historia de desamor en tiempos de las redes sociales, es la clave tras La terapia, el hit del momento que tiene al joven artista en los primeros puestos de ránkings como el Top Canciones Chile, de Spotify. En charla con Culto, desentraña su relación con el éxito, explica por qué abrió una línea de WhatsApp para sus seguidores -a la que ya han escrito 15 mil personas- y cómo ha hecho frente al prejuicio, que dice, cargan los artistas de música urbana.
Fue en una casa de Olmué. Allí, Esteban Cisternas, el chico de 25 años que se ha hecho un nombre como Young Cister, firmó La terapia. Una canción tan íntima como de vocación masiva que entró directo al medallero del Top Canciones Chile de Spotify, acaso la medición más relevante en la era de las redes sociales.
Todo arrancó con una idea. “Yo le pedí al Magicenelbeat un beat -explica Young Cister a Culto-. Quería hacerlo como reggaetón old school, con acordes que transmitieran nostalgia. Siempre con un dembow duro. Él me mandó un beat muy rápido y empezamos de a poco”.
Y el empuje los mandó a poco más de cien kilómetros de la capital. “Fuimos a Olmué a una casa que arrendamos, y ahí montamos un estudio. Entonces hicimos la mitad de la canción, y la otra la terminamos en Santiago”. Rápido, y con total manejo del lenguaje digital, Cister mostró un avance en sus redes sociales. “La gente esperaba esta canción porque compartí un preview que se hizo viral, entonces había una expectativa muy alta. Y funcionó; el primer día se posicionó número 1 en Spotify”.
El tema del momento apela a un canon clásico de la canción; el desamor. Aquella inquietante sensación generada tras una ruptura. “Es una recolección de experiencias que me han contado y de otras que yo he vivido en algún momento, quise traducirlas a esta canción y contar el proceso de tener que soltar y olvidar a una persona -cuenta Cister-. Como uno busca todos los medios posibles para olvidarla, unos pueden pensar en salir, emborracharse y piensan que es la solución, pero al final no es tan así”.
Junto con el tema, el equipo de Young Cister abrió una línea de WhatsApp para sus seguidores. Incluso, en un ejercicio de narración transmedia, se hace referencia a esta en el videoclip. “Hablaron más de 15 mil personas, la creamos para que las personas puedan escribir lo que sienten, sus emociones -cuenta Cister-. Hay una problemática de salud mental en Chile, en que las personas temen mostrarse débiles o contar sus problemas a otros, sientes que van a ser una molestia. Nos habló mucha gente, imposible responderles a todos, pero se les explicó para qué era esto en un mensaje automático. La gente lo tomó muy bien, lo han agradecido mucho. Va a seguir abierta todo el año”.
-En el último tiempo, el tema de la salud mental ha estado presente en algunos trabajos de tus colegas, como Paz Mental, de Cris Mj o incluso en el hecho que Jairo Vera anunciara su retiro temporal de la música, diciendo “no me siento bien mentalmente”, ¿de alguna manera La terapia dialoga con eso?
-Yo creo que es porque desde niños nunca se nos enseñó sobre eso en los colegios, lo importante de la salud mental. La mayoría de los artistas urbanos viene de barrios populares, de la periferia, donde la educación emocional no existe; hay familias que están rotas. Es obvio que eso iba a pasar y no solo con los artistas, también a nivel generacional. Nunca se nos enseñó cómo relacionarnos, cómo convivir, cómo tener relaciones sanas. Lo que pasa hoy, es un reflejo de todo eso.
-En general eres muy abierto a hablar de salud mental, incluso en tus lives has hablado sobre las terapias que sigues, siendo que otros artistas evitan hacerlo ¿por qué?
-Porque es algo que no puedo seguir ocultando, de tener que mostrarme feliz siempre, con una sonrisa, si en verdad no la siento, entonces no voy a montar un personaje que no estoy sintiendo, trató de ser yo lo más posible en la música, porque es algo muy preciado para mí, nunca voy a descuidarlo.
-¿Entonces cómo enfrentas el éxito?
-Es algo nuevo para todos nosotros de que la gente nos esté escuchando en masa, y al menos yo, quiero dar lo mejor, de hacer un buen producto, entregar algo bien hecho, porque sé que están todos los ojos encima. Por sobre todo, la idea es transmitir cosas que no se hablan habitualmente, La terapia va por ahí.
-¿Y en tu familia?¿cómo lo ven?
-También es algo nuevo para ellos, es medio impactante ver a su hijo o su hermano en las pantallas, en los medios, es un tema en la familia. Están orgullosos, se sienten felices de que lo logré y me siento muy acompañado por ellos en este proceso.
Educar para desprejuiciar
Aunque hoy es un nombre consolidado, con participación en el festival urbano Super Smash y como invitado en Lollapalooza 2022 al show de su socio Polimá Westcoast, la carrera de Young Cister apenas llega al lustro. Aunque en 2017 se dio a conocer con sus los epés Little King y 96, fue al año siguiente en que dio el primer paso, con la publicación de XTACISS, su primer álbum.
No fue casual. En ese mismo año 2018, el joven Esteban Cisternas decidió dejar la carrera de Publicidad en la Universidad de Santiago, para dedicarse por completo a su sueño de hacerse un nombre en la música urbana. “Fue la mejor decisión que pude tomar porque me permitió dedicar toda mi energía y mi tiempo a lo que realmente quería hacer -detalla-. Cuando tomé la decisión, al principio fue un poco con miedo, pero yo estaba seguro de mí mismo. Y ahí estaba mi familia y mis amigos para apoyarme”.
Hoy, Young Cister, el mismo que llena eventos y ha consolidado hits de plataformas como Casi amor de Verano, vive con su madre en Quilicura. Al igual que otros chicos que se han dedicado a la música urbana, la fibra de su propuesta salió precisamente de las calles y plazas donde creció. “Llegué al reggaetón, porque era lo que se escuchaba en el barrio, en los cumpleaños de niño a los que me invitaban siempre sonaba, tenía familiares que eran jóvenes y lo escuchaban, entonces como que sonaba siempre. Si bien era una música muy jugada, tenía mucho perjuicio, a mí siempre me llamó la atención el ritmo, que era una mezcla muy latina en los instrumentos, además se mezclaba con calle, eso me generó mucho interés”.
Ya con el beat del reggaetón palpitando en su cuerpo, Cister partió tocando un viejo teclado casio que era de su padre e incluso armó una banda con unos vecinos del barrio. Cuenta que no tuvo un mentor, sino que fue haciendo camino con cada beat y con cada rima que pulió en su habitación. “Yo mismo iba descubriendo. Desde niño siempre fui muy aguja [sic], en el sentido de que si me gustaba algo quería investigar, tenía acceso a un computador con internet; si en MTV salía un artista que me gustaba, yo lo buscaba. Bajaba música de Ares, los metía a un disco y los escuchaba”.
-Mencionabas que hay mucho prejuicio hacia la música urbana ¿cómo lo has enfrentado?
-Siento que lo enfrenté de la mejor forma posible, demostrándole a esas personas que no por ser del barrio y venir desde abajo uno va a ser una persona mal educada o sin valores. Todo lo contrario; gracias a dios mis papás me educaron muy bien, en la casa siempre fue primordial el respeto a los demás y fue lo mejor para enfrentar los prejuicios, porque al no conocerte hablan mal de uno, pero cuando te conocen y te escuchaban en las entrevistas, cambia la percepción, es enseñarle a la gente a no ser prejuiciosos.
-¿Qué es lo que más te ha dejado satisfecho del éxito que ha conseguido La terapia?
Lo que más me llena es que puedo ayudar a personas con la música, inspirarlas, eso más en lo emocional. En lo material, puedo ayudar a mi familia, hacer cosas que solo el dinero lo permiten, y ahora sí se puede.
Y tal parece que el éxito es fruto de un proceso que maneja a cabalidad. “Mi plan es seguir sacando música yo solo y seguir conectando con la gente, puliendo mi mensaje para que la gente lo entienda y en cada cosa poder aportar en lo que sea con mi música”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.