Reseña de libros: de Mike Wilson a Andrés Jullian
La nueva edición de Leñador, la notable novela del escritor estadounindense-argentino radicado en Chile; una hermosa guía de pájaros chilenos pintados por el reconocido ilustrador nacional, y un viaje para niños en torno a las preguntas de la filosofía, en las lecturas de la semana.
Leñador, de Mike Wilson (La Pollera)
Tal vez el viaje del protagonista sea, de algún modo, la última utopía: alejarse de todo y refugiarse en los bosques fríos del extremo norte. Ex combatiente y ex boxeador, el protagonista huye de su pasado y se convierte en leñador en los bosques de Yukón. Memoria y relato de aprendizaje, en la novela se cruzan las faenas diarias en el campamento de leñadores con un almanaque enciclopédico en torno a la vida en la naturaleza. “En el bosque, en la niebla, en la desolación pálida me sentí solo, estaba solo, verdaderamente solo. Era lo que buscaba, un vacío terrible y precioso, una vacuidad que me vaciara a mí también. Me sentí bien, sereno, duró un instante, menos de un instante”, dice el narrador de este libro, una voz atravesada de incertidumbre, pero que allí, entre el follaje y los rayos de sol que iluminan la superficie del riachuelo, vive momentos excepcionales: “Fue la primera vez en mucho tiempo que sentí certidumbre. Se me había olvidado lo bella que podía ser la certeza”. Henry David Thoreau, William H. Hudson y Melville resuenan en las páginas de Leñador, que comparte también el espíritu lúdico de Perec. Reeditada a 10 años de su primera edición, la novela conserva intacta su fuerza y belleza: un libro portentoso y audaz, sofisticado, en muchos sentidos extraordinario.
Chile Pájaros, de Andrés Jullian (Planeta Sostenible)
Delicado, tímido y movedizo, el siete colores vive entre los juncales de lagunas, pantanos y ríos, entre Antofagasta y Aysén. Mide unos 10 cm. y su plumaje es multicolor: amarillo brillante en la barriga, lomo en tonos verdes, la cabeza negra y triángulos azules en torno a los ojos, que suelen ser celestes, líneas blancas en las alas y destellos rojos en la cola. Este hermoso pájaro es uno entre el centenar de ejemplares ilustrados por Andrés Jullian, probablemente el ilustrador de naturaleza más importante del país. Estudiante de arquitectura por un breve período, Jullian comenzó a ilustrar en los 70, de forma autodidacta, a bordo de expediciones científicas que llegaron hasta la Antártica. Trabajó con la bióloga Adriana Hoffmann, y se especializó en la ilustración de aves. Observador delicado y paciente, artista fino y diestro, Jullian retrata a los pájaros con tal talento que logra incluso reflejar su carácter. Este libro preciosamente editado es un homenaje a su trabajo, un encuentro perfecto entre arte y biología, y un notable recorrido por la prodigiosa diversidad alada -del flamenco al carpintero negro de cabeza roja- que habita en nuestro territorio, de norte a sur y de cordillera a mar, y que hoy se ve amenazada por la crisis climática.
Yo y la Filosofía, de Lorena Herrera (La Bonita Ediciones)
Desde muy niña, a Simone de Beauvoir le molestaba y no entendía por qué le prohibían algunas cosas solo por el hecho de ser niña. Cuando preguntaba el motivo de la prohibición, solían decirle: “Porque eres niña” o “porque eres muy pequeña”. A Sebastián, el niño que narra esta historia, también le ocurre. “¿Los derechos dependen del tamaño de las personas?”, se pregunta. Sebastián tiene 10 años y su mamá es filósofa, como Simone de Beauvoir. La pensadora francesa se sentía incómoda y le daban rabia esas diferencias; de ahí proviene en parte su gran lucha, “por la extrañeza que le causaba el hecho de que las mujeres fueran tratadas de manera distinta por el sólo hecho de ser mujeres”, observa el niño. Sebastián es el anfitrión de esta aventura en torno a las ideas: un viaje a través de la filosofía y sus preguntas y dilemas, desde Sócrates y su paradoja de que “sólo sé que nada sé”, hasta las ideas de justicia, igualdad, libertad y el valor de la vida en comunidad. Con ilustraciones cálidas y coloridas de Jocelin Pérez, y un diseño ágil y entretenido, el libro es una invitación a pensar, conocer y dialogar desde el asombro. “Lo que le importa a la filosofía es que las preguntas nos hagan sentir vivos y vivas”, dice Sebastián.
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