Santiago Roncagliolo, escritor peruano: “Trato de escribir historias inquietantes y perturbadoras”

Santiago Roncagliolo wsp
Santiago Roncagliolo © Xavier Torres-Bacchetta

El destacado autor acaba de publicar su novela El año en que nació el demonio, en que conjuga la historia de época -del Perú colonial- con lo sobrenatural y el terror. En charla con Culto desmenuza la historia, conecta el siglo XVII con la actualidad, y se refiere a la Inteligencia Artificial.


¿Se pueden mezclar dos universos que parecen -a priori- tan diferentes? Para el escritor peruano Santiago Roncagliolo (48) la respuesta es afirmativa. En su nuevo trabajo unió, por un lado, el universo del siglo XVII, el Perú colonial, con el fuerte peso de la Iglesia Católica en la sociedad. Y por otro, el terror, lo sobrenatural.

“Tenía que hacer una historia contemporánea, y empecé a escribir sobre una mujer de hoy, del siglo XXI, y jugaba con la idea de la bruja -comenta Roncagliolo a Culto vía Zoom-. Entonces empecé a investigar sobre el origen del concepto de bruja en América Latina. Cómo llegó, quiénes fueron las mujeres consideradas brujas. Y lo que empecé a descubrir fue tan fascinante que en un punto ya no tenía ningún sentido quedarme en la historia contemporánea. Tenía que irme directamente al siglo XVII y hablar de ese extraño límite entre las brujas y las santas. De un mundo que era como realismo mágico, donde no existía razón, todo lo hacía Dios o lo hacía el diablo, en tanto el dios y el diablo existían”.

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Santiago Roncagliolo. © Xavier Torres-Bacchetta.

Así Roncagliolo le dio vida a su nuevo libro, la novela El año en que nació el demonio, publicada a través de Seix Barral. Una historia de 1623 que va narrando un alguacil de la Inquisición, Alonso Morales. En un monasterio de Lima, una monja da a luz a una extraña criatura, de dos cuerpos, dos cabezas, cuatro brazos y cuatro piernas. Hoy, sabemos que esos son unos siameses, pero en la mentalidad de la época aquello era obra del mismísimo satanás. Eso, como ha contado el autor, está basado en un hecho real.

“Eso efectivamente ocurrió. Habrá sido un niño con malformaciones, pero la razón no existía, no había un análisis biológico. Si ocurría algo fuera de lo normal era enviado por Dios o el demonio, y a partir de ahí había que tratar de entender qué querían decir con eso. En ese tiempo, la lectura de la realidad era completamente literaria. Entender los hechos se parecía más a interpretar un poema que analizar las causas y efectos de un evento científico. Esto ocurrió y se pensaba que era el anticristo”.

Santiago Roncagliolo wsp
Santiago Roncagliolo © Xavier Torres-Bacchetta

Entre los personajes de la novela, aparecen algunos que efectivamente fueron reales como el estrambótico Virrey y poeta Francisco de Borja y Aragón, Príncipe de Esquilache. También una mujer muy particular, beata, considerada milagrosa, quien vivía casi como ermitaña en una pequeña gruta, apenas con algo de ropa, y de quien la Inquisición tenía la sospecha de que era una bruja. Pero resultó ser la futura Santa Rosa de Lima.

“Rosa fue finalmente canonizada. Aunque si bien, a ella le hicieron santa, a muchas mujeres por hacer las mismas cosas casi las queman. Incluso amigas suyas. Porque era muy difícil distinguir cuándo esa magia que hacían era inspirada por Dios y cuando estaba inspirada por el demonio. Y esto generaba un mundo muy religioso y oscurantista, en que Dios y el diablo están en constante pugna. Ese escenario me interesaba. Me parecía como de película de terror, pero real”.

Santa Rosa de Lima wsp
Santa Rosa de Lima. Retrato por Claudio Coello (ca. 1684), Museo del Prado, Madrid.

La novela está escrita como una Relación, es decir, como el informe que un funcionario colonial entregaba a las autoridades en España -en este caso, de la Inquisición-. Pero Roncagliolo comenta que solo imitó la forma, no el lenguaje de la época. Un castellano mucho más alambicado que el actual.

“Para mí era muy importante que el narrador no fuese un tipo que hablara como alguien del siglo XXI. Era importante llevar al lector a la cabeza de alguien de esa época. Esta novela es una especie de thriller, lo que está investigando Alonso es por qué ha llegado el demonio. Yo leí muchos procesos de brujas de la época, y en una primera versión decidí escribir tal y como era en ese tiempo, pero después de un capítulo me di cuenta de que eso iba a ser completamente incomprensible, era ilegible. Entonces, había que buscar alguna manera de escribir que fuese entretenida, que mantuviera en vilo al lector del siglo XXI pero que le haga transportarse al XVII”.

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Santiago Roncagliolo © Xavier Torres-Bacchetta

¿Crees que hay temas del siglo XVII que tienen rebote hoy?

La Lima en la que está ambientada esta novela es una ciudad amurallada donde vive el poder blanco, pero nadie quiere salir porque afuera ya no es una ciudad. Ese poder, a la vez domina, pero a la vez no conocen ni entienden lo que está afuera. Esa ahora es la realidad de muchos barrios de América Latina. Se establece un dominio de una cultura de un origen por sobre las demás. Un dominio de los hombres sobre las mujeres. En ese sentido, las cosas que cuenta esta novela explican las cosas que pasan ahora. Ahí es cuando empezaron. Por ejemplo, el virrey cuando llegaba, lo hacía con su séquito de 120 personas y las ponía en todos los puestos públicos. Si querías acercarte al poder, tenías que casarte con alguien de ese grupo. Es el origen de la corrupción.

El protagonista Alonso Morales, es alguacil de la Inquisición ¿Qué relación tienes con la Iglesia Católica?

Mi novela anterior (Y líbranos del mal, 2021) habla sobre los abusos en la congregación del Sodalicio, que ocurrieron dentro de una organización religiosa. Yo trato de escribir historias inquietantes y perturbadoras. Si quieres hacer eso, más tarde o más temprano, toparás con la religión, porque lidia con lo desconocido y con la muerte en particular, con lo que está más allá de lo que entendemos. Esta es la religión en la que yo crecí. Me gusta explorar estos espacios que hay un pasito más allá de lo real.

¿Qué piensas de la Inteligencia Artificial y su uso en la literatura?

Estuve probando el chat GPT y le pedí que contara chistes. Y eran una mierda. Hasta el momento me siento seguro, porque a lo mejor ese chat puede hacer una historia, eso no es difícil, pero hay una parte de eso que pone en escena las emociones de las personas, eso es mucho más difícil que poner un hecho sobre otro o poner conexiones causales. De momento, aunque vamos a ver cómo sigue, estoy de acuerdo con que es un narrador profundamente mediocre, pero no lo veo capaz todavía de contar una historia que te emocione. Además, digamos que al Chat GPT le pides una serie de TV y es un fracaso, ¿a quién vas a despedir? Hay un tema que no tiene que ver de que si lo haces o no lo haces, sino de responsabilidad.

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