“Dame la mano y danzaremos”: la historia tras el poema de Mistral citado en el encuentro Boric y Xi Jinping
Publicado en el libro Ternura, el segundo de la Premio Nobel de Literatura, es una ronda infantil que sin embargo tiene un sentido de trascendencia mayor. "Es un mensaje de acercamiento, de fraternidad, de humanidad", comenta a Culto un mistraliano. Junto a él, revisamos la historia del poema y del libro, que recién se conoció en Chile 44 años después de su edición definitiva.
A Gabriela Mistral se le había olvidado por completo. Seguramente estaba perdido entre el montón de papeles y anotaciones que tenía. Sin embargo, fue el escritor brasileño Tasso de Silveira quien le recordó a Lucila Godoy que al poema que estaba trabajando le faltaba una estrofa. Como una revelación, Mistral lo buscó y lo encontró. Es por eso que al leer Dame la mano, nos encontramos con la dedicatoria al carioca.
“Mi compañero el poeta Tasso de Silveira, me salvó una estrofa perdida de esta Ronda, la única que tal vez importaba cuidar, y que había sido suprimida por editor o tipógrafo...”.
“Dame la mano y danzaremos / dame la mano y me amarás”; son los primeros versos de quizás el poema más conocido de la Premio Nobel de Literatura 1945, y que fue citado este martes por el mandatario chino Xi Jinping en el marco de la reunión bilateral que sostuvo con el Presidente de Chile, Gabriel Boric, como sabemos, un entusiasta de la poesía nacional.
En rigor, Xi Jinping citó el verso: “El mismo verso cantaremos, al mismo paso avanzaremos”. Para el reputado investigador mistraliano Jaime Quezada, el primer mandatario del país asiático hizo una lectura correcta del poema. “No solo es una ronda para niños, es una ronda de humanidad -comenta al teléfono con Culto-. Es para todo hombre, es una esperanza de paz. ‘Dame la mano, dame la mano y danzaremos, dame la mano y me amarás’. Es una cosa preciosa”.
“Lo cierto es la letra que tiene ese poema es un mensaje de acercamiento, de fraternidad, de humanidad. Es el sentido que yo siempre le he dado al poema, y por eso me alegra que allá en China se entienda este concepto de fraternidad universal y de humanidad”, agrega Quezada. “Entonces, hay que considerar que Ternura no solamente es un libro para niños, también lo es para todo lector”.
Dame la mano se incluyó en el segundo poemario de Mistral, Ternura. Canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas, otras canciones de cuna. Su primera edición fue en España, en 1923, en la editorial de Saturnino Calleja, sin embargo, tuvo su edición definitiva en 1945.
¿Por qué se publicó en España primero? En rigor, fue un encargo, así lo cuenta Jaime Quezada: “El editor, Saturnino Calleja, tenía una editorial en la que publicaba libros para niños y jóvenes. Entonces le solicitó a Gabriela Mistral un libro para niños y niñas, y ella le preparó este libro. Le entregó todo el volumen con el título específico de Ternura. Son también canciones escolares. Es una edición con grabados de la época, muy hermosa la edición. Por cierto, inencontrable”.
En esa primera edición, lo que hizo Mistral fue acopiar material que ya había publicado en su primer libro, Desolación (1922). “Cuando el editor Calleja le solicitó un libro para niños, echó mano a los poemas que ya estaban publicados en Desolación, en la sección de poesía infantil”.
En su estudio Gabriela Mistral: algunas referencias a Ternura, Quezada explica el sentido de lo que se propuso la oriunda de Vicuña con esos poemas: “Se escribió originalmente como una reacción a la poesía escolar en boga en aquella época (década de los años veinte) y que en nada satisfacía a nuestra autora”.
Incluso, la misma Gabriela dio cuenta de ese sentido en una carta que le envió a Eugenio Labarca, publicada en los Anales de la Universidad de Chile, tras la muerte de la autora, en 1957. “He querido hacer una poesía escolar nueva, porque la que hay en boga no me satisface; una poesía escolar que no por ser escolar deje de ser poesía, que lo sea, y más delicada que cualquiera otra, más honda, más impregnada de cosas de corazón: más estremecida de soplo de alma”.
De hecho, cuando era consultada por cuál de sus poemas era su favorito, Mistral solía citar uno de este volumen, lo cual aquilata la tremenda importancia que tenía la escritura infantil para ella. Así lo comentó ella misma en charla con El Mercurio, en 1945: “Les parecerá extraño, pero entre todos mis trabajos, el que prefiero es una pequeña canción de cuna que escribí con el título de La pajita. Debe ser porque yo siento un profundo afecto por esta clase de poesía”.
Aunque parezca increíble, Dame la mano no se conoció en Chile sino hasta 1989, es decir, 44 años después de la edición definitiva del volumen, y 32 de la muerte de la autora. En el rescate del libro tuvo que ver Jaime Quezada, así lo recuerda a Culto: “Cuando se cumplieron los 100 años del natalicio de Gabriela Mistral, le dije a Eduardo Castro, entonces editor de la Editorial Universitaria, que si bien se iban a realizar distintos homenajes y celebraciones, ninguna editorial chilena había publicado Ternura, hagamos una edición. Y así se hizo. Hasta hoy, es la única edición chilena”.
Como una curiosidad, esa edición de 1989 contó con ilustraciones nada menos que de Roser Bru, la artista nacional nacida en Barcelona, España, en 1923 -mismo año de la primera edición de Ternura- y que llegó al país siendo adolescente a bordo del Winnipeg. El círculo estaba completo.
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