Roberto Bolaño más allá de la ficción: libro recoge las voces de los Infrarrealistas reales
El periodista y escritor mexicano Raúl Silva de la Mora publica Roberto Bolaño: Real Infrarrealista, un volumen donde recoge la historia del movimiento, y de Roberto Bolaño, con las voces reales de quienes lo conocieron y aparecen como personajes en Los Detectives Salvajes. Su autor charló con Culto al respecto.
Podría decirse que es un reverso de Los detectives salvajes. Ahí donde la legendaria novela de Roberto Bolaño Ávalos domina la ficción, en el trabajo del periodista y escritor mexicano Raúl Silva de la Mora domina la realidad. Lo que realmente ocurrió narrado por sus protagonistas. Es decir, las personas reales, de carne y hueso, detrás de los personajes que aparecen en la novela, todos parte del Infrarrealismo.
Así, Silva acaba de publicar Roberto Bolaño: Real Infrarrealista, a través de Carbón Libros. Un volumen en el reúne los testimonios reales de quienes fueron parte del Infrarrealismo, el movimiento fundado por el chileno. “Es un libro que se desprende de una labor de investigación para escribir una memoria del Movimiento Infrarrealista, que comencé hace ya muchos años, y que ya ha tenido consecuencias, como el número dedicado al Infrarrealismo en la audio video revista mexicana NoMedites, que en el lejano año de 2007 presentamos en el Bar Rapa Nui de Santiago. Fue entonces cuando conocí al poeta Roberto Contreras, editor de Carbón Libros, quien a mediados de este 2003 me convocó para crear este libro”, comenta el autor a Culto.
Usted habló con una serie de testigos de la época de Infrarrealismo. ¿Qué fue lo más dificultoso del proceso?
Realmente todo ha fluido sin mayores complicaciones. Para esto, sin duda, han contribuido seres como Rebeca López, quien fue compañera del poeta Mario Santiago y madre de sus hijos Mowgli y Nadja, cuya inmensa generosidad y don de gente me acercó a buena parte de la pandilla infrarrealista. Con ella hicimos ese número de NoMedites dedicado al Infrarrealismo y publicamos varios libros de poesía infrarrealista en La Ratona Cartonera. Más bien, lo difícil fue hallar la disciplina y los tiempos precisos para que toda esta investigación se manifestara. Este libro es el arranque para crear la memoria del Infrarrealismo, a través de los testimonios de muchos de sus protagonistas, fotografías, facsimilares, cartas y, por supuesto, poesía.
Como una especie de homenaje, SIlva organiza el libro de forma parecida a la segunda parte de Los detectives salvajes. Es decir, las voces sueltas una tras otra contando un relato de manera fragmentada. “Me pareció algo obvio y natural, aunque al mismo tiempo peligroso y pretencioso -señala Silva-. Obvio, como una contraparte a lo que en Los detectives salvajes es ficción y aquí es realidad. Por eso mismo, también el parafrasear el término “real visceralista”. En este libro no hay ficción, sino el testimonio de los real infrarrealistas”.
Entre otros, pasan Juan Esteban Harrington, Bruno Montané, Victoria Soto, Carlos Chimal, Rubén Medina, Julián Gómez, todos miembros del Infrarrealismo (el “Real Visceralismo”, en la novela). Pero llama la atención uno: el escultor Piel Divina, quien se llama de igual forma tanto en la novela como en la vida real. Es el único caso en que se cruzan ficción y realidad 100%.
“Piel Divina es Piel Divina, en la novela y en la vida real -explica Silva-. Ese nombre, que más bien es una definición, se lo dio la poeta Mara Larrosa luego de acariciarlo. Pero en su vida como escultor, Piel usa su nombre verdadero: Jorge Hernández, originario de Pochutla, Oaxaca, y desde hace mucho habitante de Francia”.
¿Descubrió alguna cosa que le llamara la atención sobre Bolaño en este período?
Todo lo que sé sobre Bolaño lo sé a través de sus novelas, cuentos, poesías, artículos periodísticos. Pero también a través de los testimonios que he recogido a lo largo de 25 años. En ese sentido, lo que mas me gusta es que el coro de voces que reúne este libro son manifestaciones espontáneas y con esa inocencia de quien se refiere a un ser cercano, y no a un escritor famoso. Mucho se ha escrito sobre Bolaño, y pareciera imposible agregar algo mas a ese mar de interpretaciones, análisis y testimonios. Pero las voces de este libro, estoy seguro, se manifiestan por primera vez, desprovistas de una identidad de personajes literarios.
Juan Esteban Harrington dice que el personaje de García Madero está inspirado en él, y Bruno Montané dice que no está de acuerdo con que es Felipe Müller. ¿Cree que efectivamente esas son las correspondencias persona real / personaje?
Indagar en las correspondencias es una tentación que, al menos para mi, resulta tremendamente ocioso. Por supuesto que los personajes de Los detectives salvajes tienen su origen en la realidad, pero no son la realidad. Conozco un sinfín de reacciones iracundas por la manera en que Roberto Bolaño construyó sus personajes, acusándolo de falsear la realidad, como si esa no fuera precisamente la práctica natural de los escritores. Trato de entender ese enojo, pero me queda muy claro que la literatura tiene sus propias reglas del juego. Por lo demás, no creo que a una lectora de Los detectives salvajes, en Singapur, en Corea o en Brasil, le importe mucho si el modelo de Jacinto Requena sea José Peguero. Mucho de megalomanía y egocentrismo hay en esto, también. Creo que siempre es mejor ser un personaje de la vida propia.
Un par de testigos señalan que Bolaño era sobre todo un autor mexicano, que la mayor parte de sus recuerdos estaba en México, porque vivió la adolescencia y juventud ahí. ¿Usted lo considera escritor mexicano o es chileno?
Las vivencias de Roberto Bolaño en México, a una edad en la que se crean vínculos sólidos y amistades intensas, son responsables de buena parte de su literatura. México lo marcó de una manera absoluta. Su amistad con Mario Santiago, las caminatas por la ciudad, la literatura mexicana. Pero creo que lo esencial, en este territorio de la pertenencia, la única certeza está en lo que el mismo Bolaño pensaba, como se lo dijo a Cristian Warken: “Yo soy un escritor chileno, un escritor chileno sobre todo a la contra; es decir, si no soy un escritor chileno, ¿tú qué dirías que soy? ¿Soy un escritor español? Los escritores españoles no me consideran español. ¿Un escritor mexicano? Los escritores mexicanos tampoco me consideran mexicano. ¿Un escritor boliviano? Me gustaría ser un escritor boliviano. Yo soy un escritor en lengua española y la literatura, dividirla por países, nos lleva al absurdo”.
Bruno Montané es bastante crítico con el Infrarrealismo, “un animal difuso y tentacular”, le llama. Y que el único infrarrealista fue Mario Santiago. En base a lo que investigó, ¿qué fue el Infrarrealismo para usted?
El sentido crítico de Bruno Montané le viene muy bien a ese “animal difuso y tentacular”. Cada uno de los infrarrealistas tiene su muy particular visión del Infrarrealismo y por lo general son extremas y opuestas sus percepciones. Sería maravilloso que cada uno de los Infrarrealistas, a la manera de los poetas Nadaistas de Colombia, ofrecieran su versión de los hechos. Por otra parte, se ha dicho, sobre todo en México, que el Infrarrealismo es nada sin Los detectives salvajes. Esa sentencia está alimentada por una especie de leyenda negra, plagada de mala leche y mentiras, y no por una pesquisa seria y documentada en la obra de los infrarrealistas. Se les acusa de no tener obra, lo cual está profusamente desmentido por la realidad. Para mi, el Infrarrealismo contiene una obra literaria de alcances aun insospechados. Además, me afilio a esa consigna que acuñó el poeta infra Pedro Damián: La poesía mexicana se divide en dos: la poesía mexicana & el Infrarrealismo.
Los detectives salvajes cumplió 25 años. ¿Por dónde cree usted que pasa su trascendencia?
Su aura es la de Rayuela, la de Adán Buenosayres, la del Ulises, la de esas novelas que encierran misterios que las hacen abrazar la sensibilidad de la época en que fueron publicadas. Son libros que deshacen fronteras y disuelven nacionalidades. Son un pulso de la realidad, invocada desde la juventud. En fin, también hay quienes no le dan el más mínimo valor a Los detectives salvajes y que incluso consideran a Bolaño como un autor sobrevaluado. De todo hay en la viña del señor.
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