Los hijos de Nicanor Parra: la dura demanda que separó a la familia del antipoeta
Tras seis años de un litigio judicial, los retoños de antipoeta alcanzaron un acuerdo sobre la herencia del escritor. ¿Quiénes son cada uno de ellos? Fruto de tres relaciones de pareja, han tenido direcciones muy disímiles. De algunos se sabe muy poco, unos se dedicaron a empleos y labores comunes, otros tomaron la veta artística, como Colombina. Acá el uno a uno.
Este lunes 27 de mayo, la extensa familia de Nicanor Parra por fin pudo respirar tranquila. Al menos en términos judiciales.
Tras un largo y engorroso litigio judicial, de seis años, por fin los vástagos del antipoeta pudieron llegar a un acuerdo privado para resolver la disputa de la herencia del artista. Los hijos son, separados por las partes involucradas, Alberto y Catalina Parra Troncoso; y, por otra, Francisca Parra Troncoso, Colombina Parra Tuca, Nicanor Parra Muñoz y Juan de Dios Parra Tuca.
Los Parra Troncoso, la mayor parte de ellos, son hijos del primer matrimonio del hombre de Poemas y antipoemas, con Ana Troncoso, que se extendió entre 1940 y 1949. De ella, se sabe muy poco. Lo cierto es que de esa unión nacieron Catalina, Francisca y Alberto Parra Troncoso. Todos han hecho sus vidas con un perfil muy bajo y no es mucho lo que se conoce de sus actividades. La primera, la hija mayor del poeta, se dedicó a las artes visuales, de manera autodidacta, usando la técnica del fotomontaje. Curiosamente se casó con un poeta y artista visual, Ronald Kay, y reside en Nueva York. La segunda, es quizás la más recóndita, porque solo se sabe que vive en la región de la Araucanía, y que en su tiempo se dedicó a cuidar a Nicanor. Y el último de esa primera camada no tuvo nada que ver con lo artístico, y se dedicó a trabajar en la industria petrolera en Noruega, país donde reside.
Luego, Nicanor Parra se casó con la sueca Inga Palmen, con quien estuvo entre 1951 y 1961. En esa década, tuvo otra pareja, Rosita Muñoz, con quien tuvo solo 1 hijo: Ricardo Nicanor Parra Muñoz (“Chamaco”), aunque de este no se conoce mayor información, salvo que es ingeniero forestal. Lo cierto es que tras Rosita Muñoz, Parra tuvo a una última pareja, la artista visual catalana Nury Tuca. De esa unión nacieron sus dos últimos hijos: Colombina y Juan de Dios (”Barraco”).
Ellos son los más conocidos y mediáticos. Colombina Parra Tuca -quien fue nombrada albacea, beneficiada con el 58,33% de la herencia y presidirá la fundación Nicanor Parra- es una música chilena. Recordada cantante en la banda noventera Los Ex, con la cual popularizó hits como La corbata de mi tío. También tiene una importante trayectoria como solista y en 2022 tuvo su debut como escritora, cuando publicó el volumen Otro tipo de música, a través del sello Random House. En sus páginas hizo un ejercicio de memoria, recuerdos, de manera entrañable. Por su lado, Juan de Dios, el “Barraco”, también es músico.
El conflicto que llegó a su fin, se originó en junio de 2018, cuando los hijos mayores, Alberto y Catalina, recurrieron a la justicia para solicitar la nulidad del testamento dejado por Nicanor Parra, fallecido el 23 de enero de ese año, a los 103 años. Ambos, con el respaldo del estudio Grasty Quintana Majlis & Cía, alegaron que el poeta sufría deterioro de sus capacidades cognitivas. Por lo que para ambos, el documento no tenía validez. Ambos se oponían a que la hija menor del antipoeta, Colombina, fuera beneficiada con el máximo legal de la herencia.
De hecho, a inicios de febrero del 2018, solo unas semanas después de la muerte, se hablaba de una “eventual impugnación”. Catalina, la hija mayor, declaró a los medios: “Ojalá que no tuviera que gastarse una fortuna en abogados y que terminemos con esto en un show terrible. Son seis hermanos. (...) Y diferentes ramas de la familia”. Y así terminó ocurriendo. Es más, en 2019, el 24º Juzgado Civil de Santiago revocó el rol de albacea de Colombina Parra y designó a un administrador proindiviso para manejar la herencia, José Alfredo Rojas.
En declaraciones recogidas por este medio en 2018, el abogado Luis Valentín Ferrada, representante de los cuatro herederos demandados, insistía en la validez del testamento: “Mientras el testamento no esté nulo, la ley lo presume enteramente válido. Entonces Colombina seguirá siendo albacea hasta que esto se dilucide”, dijo y agregó que él intentó llegar a un acuerdo previo a la demanda, pero solo hubo conversaciones sin negociación. “Yo fui de la idea de buscar soluciones alternativas más razonables”, afirma, quien sabe que el argumento central de la demanda tiene que ver con la salud mental del autor de Poemas y antipoemas.
Barraco, en declaraciones a este medio de abril del 2018, comentaba cómo era la relación entre la prole. Nada del otro mundo. Como en cualquier familiar, hay más cercanía con unos que con otros. “Se ha hablado mucho de las peleas familiares. Somos seis hermanos pero tenemos mucha diferencia de edad y de vida. Podemos tener el mismo padre pero seguramente no fue igual con cada uno”. De todos modos, ya por fin hay un concordato y el antipoeta, ahora sí, quizás, puede descansar en paz.
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