Un trágico accidente y una lucha incansable: la historia de Christopher Reeve que revive nuevo documental

Un trágico accidente y una lucha incansable: la historia de Christopher Reeve que revive nuevo documental
Un trágico accidente y una lucha incansable: la historia de Christopher Reeve que revive nuevo documental

En 1995, mientras participaba en una competencia de equitación, el actor sufrió una caída que casi le cuesta la vida. Aunque nunca abandonó su profesión, a partir de ese momento concentró sus esfuerzos en luchar por las personas con lesiones de la médula espinal. Un filme que llega en octubre a Chile examina la faceta más heroica del hombre que quedó inmortalizado como Superman.


Las imágenes están impregnadas de emoción. Meryl Streep, Tom Hanks, Jim Carrey, Nicolas Cage, todos aplauden y lucen conmovidos con la aparición de Christopher Reeve en la 68° edición de los Oscar.

Es marzo de 1996 y las grandes estrellas de Hollywood perciben el retorno del actor que encarnó a Superman como algo parecido a un milagro: apenas diez meses antes, había sufrido una fuerte caída que le paralizó el cuerpo del cuello para abajo. Aunque está en una silla de ruedas, Reeve luce repuesto anímicamente, incluso con deseo de bromear con sus compañeros.

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Ese episodio es revivido en el trailer de Super/Man: La historia de Christopher Reeve, el documental que repasa su vida, su trabajo en la saga sobre Clark Kent y su rol como activista, una faceta que se fortaleció tras el accidente ocurrido en mayo de 1995. Los directores Ian Bonhôte y Peter Ettedgui entrevistan a sus colegas y a sus tres hijos, Matthew, Alexandra y Will. Estrenado en el Festival de Sundance, el filme llegará a cines de Estados Unidos en septiembre y a Chile el 24 de octubre.

Debutará en salas cuando se conmemoren 20 años desde el fallecimiento del intérprete, el 10 de octubre de 2004, producto de complicaciones asociadas a una infección que le originó una herida y que se extendió por su cuerpo.

Un trágico sábado de mayo

Christopher Reeve practicaba múltiples deportes: el esquí, la vela, el buceo y la equitación. El sábado 27 de mayo de 1995, en Culpeper, Virginia, participaba en una competencia ecuestre de tres días con un purasangre llamado Eastern Express. El actor portaba el vestuario y había tomado las medidas que sugieren los expertos, incluyendo un casco y un chaleco protector.

Se avecinaba el tercer obstáculo de la prueba, un salto de un metro de altura, pero el caballo se resistió a seguir sus instrucciones y retrocedió. Con la fuerza del impulso del movimiento inicial, el cuerpo de Reeve continuó una trayectoria que provocó que cayera sobre el cuello del animal y su cabeza impactara la cerca de la barandilla. Los testigos aseguraron que su cabeza estaba apenas conectada a su columna vertebral cuando se acudió el personal médico.

El intérprete fue encontrado inconsciente y sin poder respirar, pero fue reanimado con respiración boca a boca por los paramédicos que estaban en el lugar, una acción que habría sido determinante en que consiguiera sobrevivir. Posteriormente fue trasladado en ambulancia a un hospital en Culpeper y luego llevado en helicóptero hasta la Universidad de Virginia en Charlottesville.

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El actor en el remake de La ventana indiscreta.

Allí se determinó que había sufrido fracturas de la primera y la segunda vértebras cervicales, con un daño en la médula espinal en la base del cerebro donde se une a precisamente la médula espinal. Expertos describieron ese tipo de lesión como “devastadoramente terrible”, y anticiparon que requeriría un respirador y atención de enfermería a tiempo completo. Un pronóstico que se terminó confirmando.

Libros y fundación

El actor publicó dos libros en los años posteriores al accidente que casi le cuesta la vida. En el primero, Still me (1998), escribió en detalle sobre las experiencias que vivió tras padecer la caída. Allí relató que su estado era tan grave que su madre le rogó a los médicos para que le quitaran el soporte vital, y contó que en un momento en el hospital el tubo de su respirador se salió de la máquina, dejándolo sin aire y sin poder hablar.

Él mismo consideró quitarse la vida, pero una conversación con Dana Morosini, su esposa desde 1992 y madre de su tercer hijo, lo hizo reconsiderar la idea. “Sigues siendo tú. Y te amo”, le dijo.

Las muestras de afecto de sus cercanos fueron fundamentales en medio de la oscuridad de esos días. Detalló que mientras esperaba la operación fue visitado por Robin Williams, de quien se hizo amigo en la época en que ambos estudiaban en Juilliard. Vestido de médico, se presentó como un proctólogo que venía a examinarlo. “Y por primera vez desde el accidente me reí”, señaló.

En la época del lanzamiento de esa autobiografía también reveló que contaba con un equipo de diez enfermeras y cinco asistentes, y que su salud había tenido avances: había recuperado algo de sensibilidad por encima del cuello, en los hombros y en el brazo y la pierna izquierdos, aunque aún no había recuperado el control sobre las funciones corporales.

Reeve ya manifestaba su firme deseo de ayudar a otras personas con lesiones de la médula espinal, pero sin los recursos suficientes para sustentar los millonarios gastos, y su lucha para que las compañías de seguro pagaran por tratamientos como el suyo.

SUPERMAN RICHARD DONNER CHRISTOPHER REEVE 1

En 1998 nació la Christopher Reeve Paralysis Foundation (después rebautizada como Christopher and Dana Reeve Foundation), creada por la combinación de dos organizaciones y con el propósito de recaudar fondos para la investigación de la médula espinal. Fue su consolidación como un portavoz por los derechos de las personas con discapacidad.

Aunque nunca abandonó su profesión (en 1997 debutó como director con una película para HBO y un año después protagonizó un remake de La ventana indiscreta en que interpretó el papel principal), Reeve volcó sus esfuerzos a su trabajo como activista que creía que era posible que las personas con lesiones de la columna vertebral se recuperaran. De hecho, se presentó en varias ocasiones ante el Congreso de Estados Unidos para hablar de ese tema.

La Fundación Lasker le otorgó un premio al servicio público en 2003, oportunidad en que pronunció un discurso en que sintetizó su lucha. “Queremos que los investigadores piensen menos como académicos y más como técnicos de emergencias médicas, cuya función principal es salvar vidas”, indicó en su discurso. Era la faceta más heroica del hombre que quedó inmortalizado como Superman.

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