Francisco Ortega: “Hubo gente que se molestó mucho que saliera un libro como Logia en Chile y que vendiera tanto”
Hace 10 años, el escritor nacional publicó Logia, una novela que fue un fenómeno de ventas y que le cambió la vida. Hoy el libro que mezcla la historia y las conspiraciones está de vuelta en una reedición, y en charla con Culto, Ortega comenta su trastienda. “Efectivamente me decían el Dan Brown chileno, había un dejo de sospecha”, asegura.
Una noticia remeció al escritor Francisco Ortega. A mediados de septiembre del 2014, cuando el oriundo de Victoria ya pensaba en los anticuchos, empanadas y cómo pasaría las Fiestas Patrias, recibió una llamada. Apenas habían pasado 15 días desde que su última novela, Logia, había salido a librerías, y lo que escuchó al otro lado de la línea todavía lo sorprende. “Se hizo una edición de cinco mil ejemplares y de repente me llamó la Josefina Alemparte -directora editorial de Planeta- y me dijo nos vamos a imprenta de nuevo, se vendieron los cinco mil. Y a los 15 días se vendieron de nuevo”, recuerda el escritor en charla con Culto. Es que su vida ya no volvería a ser la misma.
De ahí en adelante fue una locura. Logia se convirtió en uno de los libros más vendidos de la historia editorial de Chile. Si una novela exitosa en Chile anda por los 12 mil ejemplares vendidos, Logia apuntó un record total: 55 mil ejemplares a los 6 meses de haber salido a las librerías, y con el tiempo pasó la barrera de los 100 mil. Hoy, Ortega reconoce: “Logia es mi jubilación”.
Desde ahí, se convirtió en un fenómeno que a su autor lo sorprende hasta hoy. Cuenta que le llegan fotos en redes sociales con gente que ha ido a los lugares que menciona en la novela, una especie de peregrinaje o “Ruta de Logia”, pero totalmente improvisado. Pero lo más importante es que marcó un antes y un después. Fue la novela que le permitió a Francisco Ortega dedicarse profesionalmente a la ficción comercial. “Fue el trampolín que me hizo dejar el periodismo, dejar las clases, dejar el trabajo de ‘oficina’ y dedicarme 100% a escribir”.
-¿De todos tus libros, es al que le tienes más cariño?
-No, no es el que le tengo más cariño, porque mis favoritos son Mocha Dick (2016), Bahamut (2023) y Salisbury (2017), pero a Logia le agradezco, le tengo que dar las gracias. Me ha dado viajes y un colchón económico que me permite dedicarme a escribir.
Hoy, Logia vuelve a las estanterías con una edición revisada por su 10º aniversario. Básicamente la novela tiene algunas correcciones además de cambios en la estructura de los capítulos, más cortos que en la original. Pero en lo medular es el mismo libro que sedujo a miles de lectores. Es una amalgama de novela histórica, thriller, y novela conspirativa. Une el universo de los masones, la Logia Lautaro, Bernardo O’Higgins, con la tesis de la cuarta carabela de Colón cuando descubrió América, y los influjos de una organización cristiana evangélica de ultraderecha llamada La Familia. En sus páginas, tres escritores coincidentemente trabajan la misma novela, en diferentes partes del mundo y sin que se hayan puesto de acuerdo. Los dos primeros mueren en circunstancias muy extrañas y el tercero, un chileno llamado Elías Miele, se ve envuelto en una trama donde tendrá que evadir un destino fatal. Para ello, se vale de la gran ayuda de una misteriosa mujer llamada Princess Valiant.
La novela surgió tras haber participado en un proyecto para LUN titulado La historia de Chile en cómic, en el que uno de sus capítulos trataba de la Logia Lautarina. “Ese capítulo nunca salió, se reemplazó por la biografía de Simón Bolívar -recuerda Ortega-. Entonces, existe el capítulo apócrifo, el 20. Yo alguna vez lo subí en un blog y me pidieron bajarlo. Ahí yo dije aquí hay un tema, aquí hay un conflicto que no sé si molesta es la palabra, pero que no es indiferente a las escuelas historiográficas chilenas. Ahí me puse a trabajar full en lo que era Logia”.
Ortega comenzó un proceso investigativo que abarcó entrevistas a masones argentinos (“porque la mayoría de los trabajos sobre la Logia Lautarina lo han hecho argentinos, no chilenos”), vistas a Madrid y Toledo, y hasta una charla con un representante en Chile de La Familia. Así, el escritor fue armando un manuscrito enorme y en febrero del 2014, comenzó el peregrinaje por las casas editoriales para ver por dónde podría salir. Fueron tres las opciones: Ediciones B, Random House Mondadori (hoy el sello Random House) y Planeta. El autor recuerda que en esos días, hubo un tira y afloja por quedarse con el botín.
“El primero que quiso el libro fue Gonzalo Eltesch, el editor de Penguin. En su informe de lectura dijo que este libro tiene dos opciones: o le va bien o es un fenómeno. Él y la Melanie (Josch, directora editorial) se juntaron conmigo y me hicieron una muy buena oferta por Logia. Por otro lado, Ediciones B estaba no estaba muy bien en ese tiempo y no pudieron hacer una buena oferta, ni siquiera económica sino de edición. Pero Planeta hizo una oferta muy distinta. Aparte de un adelanto -más o menos lo mismo que ofrecían los demás- me ofrecieron un contrato que permitía que si el libro tenía segunda parte se firmaba el tiro publicación consecutiva en Argentina, México y Colombia, y eso no lo podían ofrecer en Penguin -al menos en ese tiempo-. Además, me ofrecieron la edición inmediata de la versión extendida de mi novela El número Kaifman, que estaba descontinuada. Entonces, a mí lo que me ofreció Planeta fue un contrato largo, con hartas cosas. Era el que más me convenía”.
- ¿Y qué te dijo Eltesch?
- Fue duro porque yo tenía una relación de amistad con él, y fue el primero que quiso el libro. Tanto él como la Josefina Alemparte, en cada editorial, se la jugaron mucho por el libro. Yo nunca me había sentido una niña bonita, suena como machista y retrógrado, pero usando la metáfora antigua era como el favorito del baile.
- Entiendo que fue tal la locura por Logia que hasta se pensó en hacer una serie, ¿qué pasó con eso?
- Se hizo un tráiler de Logia en el cual Alfredo Castro era Elías Miele, Daniela Ramírez era Princess Valiant, y Pedro Campos era Magallanes, yo creo que ellos ni siquiera se acuerdan. Lo grabamos hace ocho años en unas bibliotecas particulares en Ñuñoa, un señor que tenía una biblioteca en un subterráneo alucinante. Luego se hizo una carpeta de arte, se hicieron los guiones de por lo menos el primer capítulo con Sebastian Freud, de la productora Demente. Fuimos varias veces a Argentina a reunirnos con Fox, estaba metida ahí también la Soledad Saieh, pero finalmente Fox fue absorbido por Disney quienes encontraron que era un proyecto demasiado adulto y todo ese trabajo quedó en el aire. A lo mejor algún día se va a volver a retomar, pero fue bien loco, bien vertiginoso todo lo que pasó con Logia.
- ¿Y echando la vista atrás cómo ves ahora todo eso?
- Ahora a 10 años de distancia pienso que fue como jugar a ser Best Seller anglosajón. Evidentemente las ventas son altas, pero son mínimas comparadas con lo que vende un Dan Brown o lo que vende un incluso un Juan Gómez-Jurado en España, pero para la realidad chilena está súper bien.
- En cierta forma, Elías Miele busca el reconocimiento de mundo literario, el que le resulta esquivo. ¿Te sucede algo similar?
- Cuando yo empecé a estructurar al personaje me inspiré mucho en lo que le pasaba a Isabel Allende, porque recordemos que durante mucho tiempo los colegas locales la miraban en menos porque era comercial, ahora últimamente ha sido más reconocida, sobre todo después que le dieron el Premio Nacional de Literatura. También con lo que le pasó a Stephen King, durante mucho tiempo fue tratado como “autor de supermercados” pero hoy día nadie duda de la calidad literaria de Stephen King. Entonces, quería trabajar con esa figura. Ahora si me preguntas a mí, yo te puedo decir que sí, que efectivamente me decían “el Dan Brown chileno”, había un dejo como de sospecha, pero por otro lado mi trabajo en las novelas gráficas sí ha tenido reconocimiento crítico y reconocimiento académico, y con algunos de mis otros libros también. Alguna vez me llegó el rumor de que a alguna gente le había molestado mucho que saliera un libro como Logia en Chile y que vendiera tanto. No voy a decir quién me lo dijo, sí te puedo decir lo que me dijeron, que a esa gente le molestaba porque pensaban que iba a llevar a la literatura chilena a lo comercial, al entretenimiento, que de alguna manera iba a dañar y a torpedear a la ficción más literaria que se hacía en Chile. Causó ruido sobre todo porque estaba siempre arriba de los ranking, porque se filtraron las cifras de ventas. Alguna vez me contaron de un autor que fue una librería y sacó Logia de la estantería para poner su libro, y claro es un gossip literario que yo de alguna manera lo adelanté en el personaje de Elías Miele porque básicamente tiene una suerte de rabia, aunque no sé si la palabra es rabia, pero le gustaría ser reconocido en Chile. Curiosamente, en el caso de Logia el libro tuvo mejores críticas afuera que en Chile. Imagino que porque hay más literatura parecida, sobre todo en México.
- ¿Qué piensas sobre el atractivo que ejercen las teorías conspirativas en la sociedad actual?
Ya no venden tanto como antes, ahora están de moda los romances con dragones. En la literatura comercial todo es un vaivén, pero todo siempre vuelve. En el fondo, lo que hace la narrativa histórica con conspiraciones es tratar de responder a esos pendientes que tiene la historia, a esos hechos insondables que no tienen respuesta. Básicamente las conspiraciones son un folclor contemporáneo, las teorías de conspiración sobre gobiernos, secretos y gente que vigila desde las sombras y manipula son la versión contemporánea de lo que hablaban nuestros antepasados respecto de la gente que hacía pacto con el diablo para tener poder y controlar a las masas. Entonces es un arquetipo, un tropo histórico que se va que se va repitiendo y se va usando. Se usó en religión, se usó en mitos, se usó en literatura, se usó en ficción y también se usa en las redes sociales. Hasta vemos que se usa en la política.
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