Kraftwerk y el libro que descifra cómo diseñaron el futuro: “Permitió a los alemanes superar el trauma del nazismo”
Acaba de llegar a Chile en español Kraftwerk: Música Futurista Alemana, uno de los mejores textos de los últimos años dedicados a la seminal banda alemana y uno de los pocos editados en nuestro idioma. En entrevista con Culto, su autor, Uwe Schütte, expone sus argumentos en torno a un colectivo que, según dice, hasta hoy no tiene sucesor.
No fue un flechazo instantáneo. Como buen adolescente alemán crecido en el despertar de los años 70, el académico y escritor Uwe Schütte estaba fascinado con el rock que venía de Estados Unidos e Inglaterra: Kraftwerk en esos mismos días era un nombre y una música demasiado atípica como para cederle atención.
“Como cualquier niño alemán, debí haber escuchado el disco Autobahn en algún momento de su estreno en 1974, pero no lo recuerdo como algo especial. La música de Kraftwerk simplemente estaba ahí, pero yo era demasiado joven y estaba demasiado concentrado en la música británica y estadounidense como para preocuparme de alguna manera especial. Sólo me enamoré de Kraftwerk cuando tenía unos 40 años y vivía en el Reino Unido, mucho tiempo después”, admite en diálogo con Culto el investigador, quien luego empujaría su devoción hacia el conjunto en el excelente libro Kraftwerk: música futurista alemana, que acaba de llegar a Chile en español bajo editorial Club de Fans.
En el mismo prólogo del texto, Schütte reconoce que, pese a que el enamoramiento no fue inmediato, algo había en los recién aparecidos Kraftwerk que remarcaba una diferencia con el resto de la música popular que trepaba por radios y rankings. En el libro dice: “Otra cosa que quedó conmigo fue el inusual nombre alemán. En español sería ‘estación de poder’, un nombre bastante extraño para una banda de pop”.
De alguna forma, su experiencia personal es el retrato de una hazaña mucho más histórica y global. El grupo alemán Kraftwerk, formado en 1970 por Ralf Hütter y Florian Schneider, significó un cisma único en la cultura popular y un quiebre con el modelo anglosajón que se venía desarrollando hasta la década de los 70.
Su música electrónica no tenía guitarras ni baterías, no tenia deuda con el blues y el rock and roll que había servido de sombra a todos los creadores musicales hasta esa era; tampoco tenía rostro ni estaba subordinado al ego de una estrella principal, con sus integrantes ataviados como robots y armados con computadores; menos tenía la obligación de despachar un single sobre la estructura clásica de coro y verso, o una duración acotada ceñida a los mandatos radiales. En rigor, Kraftwerk era la banda sonora del futuro.
En su libro, Schütte lo resume así: “El conjunto fue la aniquilación teórica total de la mayoría de los precedentes y principios sobre los cuales está basada gran parte de la música rock moderna”. El mismo trabajo sirve como una suerte de largo ensayo para argumentar esa tesis, enfocando al grupo como un fenómeno cultural, quizás el mayor aporte de Alemania al cancionero de nuestro tiempo.
¿Más influyentes que The Beatles?
Eso sí, el académico no apuesta por conclusiones definitivas ni por arrojos largamente tratados por otros especialistas al minuto de abordar a los hombres de Trans-Europe Express. De hecho, aquí se atreve con las paradojas. “Las múltiples contradicciones evocadas por su obra siguen provocando preguntas: ¿humanos o máquinas, alemanes o europeos, futuristas o nostálgicos, o acaso todas estas oposiciones al mismo tiempo? Somos constantemente forzados a enfrentar las incongruencias que la banda plantea”.
Schütte tampoco toma partido por postulados que plantean, por ejemplo, que el lenguaje creado por Kraftwerk es mucho más original e influyente que el propagado por The Beatles. Así lo establece en esta entrevista: “Dios mío, esa es sólo jerga de marketing. Como si fuera posible medir la influencia cultural o comparar su impacto de forma objetiva. Lo de Kraftwerk vs. Beatles resulta útil cuando tienes que escribir una propaganda para un libro sobre Kraftwerk, pero en última instancia estas cosas son puramente subjetivas. Qué tal algo distinto: Kraftwerk es tan influyente como The Beatles, ambas bandas mostraron lo mejor que la década de 1970 tenía para ofrecer como innovación y experimentación. Además, podría decirse que la más influyente de todas las bandas pop fue The Velvet Underground”.
Pese a ello, hay un juicio que subyace gran parte del libro y que funciona como médula editorial de sus páginas: Kraftwerk fue el producto artístico que logró consolidar una identidad germana clara y orgullosa luego de los horrores que significaron el nazismo y la Segunda Guerra Mundial, cuando sus habitantes observaban con vergüenza la historia reciente de la nación.
Aunque en sus primeros años de promoción en EE.UU. la agrupación fue calificada desde el prejuicio como un colectivo con sesgo nazi, rápidamente pudieron sacudirse del estigma y diseñar una nueva era en base a aspectos propios de su tierra, como las autopistas, las centrales nucleares, los computadores, las viejas radios o los robots.
Schütte asegura: “Kraftwerk dio voz a la primera generación de posguerra al crear una música que era expresamente alemana y que permitía identificar a los jóvenes con su país de origen, a pesar de un legado histórico contaminado. Al mirar hacia el futuro que consideraban positivo, Kraftwerk permitió a los alemanes superar el trauma y la culpa asociados con el nazismo”.
Y si Kraftwerk permitió un mejor pasado mirando hacia el futuro, ¿qué nos dice hoy su música en el presente, cuando posiblemente el mañana que profetizaron ya es real e incluso rebalsó su obra? “Sin duda la introducción de las voces sintética es su gran aporte. Sus ‘voces de robot’ estaban muy por delante de lo que se podía escuchar en la música pop; Florian Schneider estuvo a la vanguardia tecnológica en el desarrollo de formas siempre nuevas de hacer cantar a las máquinas. Hoy en día, las voces artificiales y la manipulación digital de la voz humana están en todas partes de la música pop y más allá”, califica el autor.
Sin embargo, el mismo investigador aclara que hoy no existe nada parecido a Kraftwerk. No hay bandas que vayan a contracorriente de los estándares establecidos ni que signifiquen un cuestionamiento a formatos culturales y hasta sociales que se han enquistado de forma progresiva.
“Hablando desde una perspectiva europea, creo que estamos en una situación comparable: el estado de la música pop en particular, y de la cultura en general, es deplorable. Nuestras sociedades están en crisis y el espectro del fascismo asoma su fea cabeza en forma de populistas de derecha. ¿No parece que la amenaza de la agresión rusa y china, junto con el desastre climático global que se está desarrollando ante nuestros ojos, nos vuelve pasivos, asustados y desmotivados? Lo que necesitamos es una nueva cultura, una nueva creencia, una nueva música pop que suene diferente a todo lo anterior, una verdadera música del futuro, que reavive nuestra fe en la posibilidad de un destino mejor para que podamos superar el vacío actual”.
*El libro Kraftwerk: música futurista alemana, de Uwe Schütte, se puede encontrar durante septiembre sólo en la tienda de Club de Fans (Sta. Isabel 0151, local 3, Providencia) o a través de su web aquí.
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