Atmosférico y oscuro: tres exitosas autoras que renuevan el policial nórdico
Desde la irrupción de Stieg Larsson, el nordic noir vive un auge que se ha enriquecido y diversificado con las tramas urdidas por sus narradoras. Stina Jackson, Helene Flood y Sissel-Jo Gazan, tres exitosas autoras que vienen al festival Puerto Negro, hablan del fenómeno.
Por la noche el sol brillaba sobre el pueblo. El invierno ya se había retirado, llevándose los crujidos del deshielo, y con los días cálidos llegó el sol de medianoche al norte de Suecia. En esas noches blancas, la gente salía y se divertía. Algunos se mareaban con el resplandor y se perdían. Entonces, Lelle tomaba su auto y recorría la solitaria Carretera de Plata, un camino que serpenteaba como un arroyo entre las montañas y la costa. Lelle exploraba el corazón del bosque en busca de Lina. “Allí era donde ella había desaparecido; esa era la carretera que se había tragado a su hija”.
Publicada en 2018, Carretera de plata es la primera novela de Stina Jackson, autora nacida en Suecia y radicada en Estados Unidos. La novela fue un éxito de lectores en su país, se tradujo a 30 idiomas y recibió el Premio de la Academia Sueca de Novela Negra.
Carretera de plata narra la historia de un padre que en esas noches, bajo un sol perturbador, busca a su hija desaparecida. Hábilmente narrada, la novela destaca por su atmósfera oscura, sus resonancias poéticas y la fuerte presencia del paisaje.
Stina Jackson es una de las autoras vinculadas al auge de la novela negra nórdica y es una de las invitadas estelares a Puerto Negro, tercer encuentro de narrativa policial que comienza el martes y se desarrollará en Santiago y Viña del Mar. Con ella vienen también Hele Flood, de Noruega, y Sissel-Jo Gazan, de Dinamarca, junto a invitados de España, Argentina y Chile.
-A partir de los años 70 ha habido un desarrollo del género muy particular en Escandinavia. Son países que han alcanzado altos niveles de desarrollo, pero aún subsisten problemas sociales que esta literatura ha plasmado. Se le llama nordic noir y ellas son destacadas representantes del género, con novelas de éxito y muy buenas escritoras -dice Miguel Vargas, escritor, decano de Economía de la UNAB y uno de los organizadores del encuentro.
Helene Flood, Sissel-Jo Gazan y Stina Jackson protagonizarán una mesa de conversación en torno al género el martes 8, a las 19.00, en La Casona de Las Condes (ver programa en cultura.unab.cl).
Cobijada por la socialdemocracia y el Estado de bienestar, la novela negra nórdica comenzó a perfilarse en los 60. Entonces Suecia vivía un momento de esplendor, pero Maj Sjöwall y Per Wahlöö, dos periodistas de izquierda, olieron que algo andaba mal. De ese modo concibieron la saga del detective Martin Beck (El policía que ríe), que exploró las contradicciones de la sociedad sueca.
Henning Mankell y su melancólico investigador Kurt Wallander y Stieg Larsson y su saga Millenium transformaron el policial nórdico en un fenómeno a mediados de la década del 2000. Si Mankell puso a Wallander tras la pista de fascistas, racistas y mafiosos, Larsson le dio visibilidad a los femicidios y el auge de la derecha radical. A ellos se sumaron Jo Nesbø, Anders de la Motte y, más recientemente, Åsa Larsson y Camilla Läckberg. El fenómeno tiene expresión también en el streaming, donde se han popularizado las series negras nórdicas.
-El nordic noir es una parte tan integral de la sociedad escandinava que creo que la mayoría de los suecos ya lo tienen en su ADN -dice Stina Jackson, quien nació en Skellefteå en 1983, en las proximidades del Círculo Polar Ártico.
-Larsson y yo en realidad venimos de la misma área en el norte de Suecia -agrega-, una zona conocida por producir muchos autores, así que siempre me he sentido profundamente conectada al género. Muchos autores de crimen han situado tradicionalmente sus historias en las ciudades, pero yo me interesé en llevar el norte sueco al género, quise darle un lugar en la literatura de crimen nórdica. Esa fue mi manera de intentar aportar algo nuevo al género.
Volver a casa
Radicada en Denver, Stina Jackson miraba una serie sobre crímenes reales por televisión cuando vio un paisaje que la conmovió: la carretera Highway 16, en Canadá, un lugar donde han desaparecido muchas mujeres en el último medio siglo, le recordó los parajes del norte de Suecia. Ese fue el germen que dio inicio a su primera novela.
-A menudo digo que escribí para volver a casa. Vivir lejos me dio la oportunidad de ver Suecia con ojos completamente nuevos, y cuando comencé a escribir mis novelas, tenía un fuerte deseo de ambientar la historia en el norte de Suecia, ya que es un lugar único y hermoso. También sentí que el norte de Suecia estaba poco representado en la literatura policial escandinava de la época. Quería capturar los lugares y las personas que mejor conocía -dice.
En su segunda novela, La mujer de Ödesamark, el paisaje y los elementos naturales, así como el aislamiento y la soledad juegan un rol significativo. Liv vive con su hijo y su anciano padre Vidar, un hombre tiránico y avaro. Aunque viven en una casa muy deteriorada, se dice que Vidar guarda una fortuna. El rumor llega a oídos de una pareja de hermanos vinculados con el tráfico de drogas, a quienes se les abre el apetito con la supuesta fortuna del anciano.
Stina Jackson estudió Derecho, pero abandonó la carrera para dedicarse a la literatura. Creció leyendo novelas de crímenes y es probable que su destino haya estado delineado ya por esas lecturas.
-Todos en mi familia leen novelas de crimen, así que se podría decir que recibí el género con la leche materna. Las novelas de crimen siempre fueron parte de mi vida lectora mientras crecía. Siempre me ha fascinado el lado más oscuro de la experiencia humana, y las novelas de crimen ofrecen la oportunidad de explorar temas muy sombríos y aterradores desde la seguridad del hogar. Me encanta sumergirme profundamente en la psique de un personaje cuando leo.
Para ella, la ficción nórdica funciona como “un espejo de nuestro mundo, en cierto sentido, lo cual le da un atractivo universal. Creo que por eso es tan querida y tiene tantos lectores”.
¿Qué rasgos destacaría del nordic noir?
El nordic noir es generalmente muy sombrío y realista, con personajes que son tan profundamente defectuosos como el resto de nosotros. No hay héroes o heroínas perfectos; todos están luchando, todos tienen sus propios demonios. El género no tiene miedo de mostrar las fallas de la sociedad y sacar a la luz problemas sociales. Las historias a menudo son intrincadamente planificadas y complejas, y los escenarios suelen ser bastante lúgubres y atmosféricos.
Puertas adentro
“¿Por qué países pequeños, seguros, escasamente poblados en el norte de Europa son conocidos por sus historias sobre asesinato y maldad?”, se pregunta Helen Flood. Ella tiene una teoría:
-Me pregunto si la oscuridad y el frío del norte son, en parte, la razón. Como seres humanos, dependemos de otras personas para sentirnos seguros y protegidos, y la idea de quedarse solos en vastos paisajes con oscuros y fríos bosques, o en áreas montañosas abandonadas, apela al suspenso. La naturaleza y el clima también hacen un buen telón de fondo para las metáforas; por ejemplo, a menudo reflejan la personalidad del héroe, como en La señorita Smila y su especial percepción de la nieve, de Peter Høeg.
Helen Flood (Oslo, 1982) es sicóloga y se doctoró con una tesis sobre revictimización, violencia y trauma. Dice que siempre se ha sentido intrigada por aquello que lleva a una persona a matar a otra. De algún modo, ese misterio la condujo a la escritura.
-El asesino más interesante, creo, es aquel que es igual a ti y a mí. Alguien que no se vería a sí mismo como un asesino, pero que, de una manera autoengañosa, se dice a sí mismo que está bien quitar una vida. ¿Qué puede ser más aterrador que alguien en quien confías teniendo esa capacidad? ¿Qué podría decirnos sobre la humanidad, y qué podría decirme sobre mí misma?
Con esas preguntas en mente escribió La psicóloga (2019), un exitoso thriller que indaga en los secretos de un matrimonio. Fue el inicio de una trilogía que completan La comunidad y La herencia. Su narrativa pone atención en las grietas y tensiones al interior de la familia y se basa en el suspenso psicológico. En ese sentido, no siente demasiada proximidad con las novelas de Henning Mankell y Stieg Larsson, donde la violencia y la sangre son más explícitas.
-Siempre me ha fascinado la oscuridad que acecha en el matrimonio, en la familia, y cómo las decisiones que tomamos para mantener nuestras relaciones seguras pueden tener consecuencias fatales. Creo que cuando esto se hace bien, no necesitas asesinatos elaborados ni escenas de tortura para crear suspenso. En ese sentido, me veo más conectada a autoras como Gillian Flynn, Daphne du Maurier o la escritora noruega Karin Fossum.
Aun así, valora “las tramas intrincadas, casi shakesperianas, de Jo Nesbø, así como su visión de las profundas luchas dentro de la familia. En ese sentido, me siento conectada al nordic noir, o al menos, a partes de él”.
Si bien vive en Oslo, suele trasladar sus historias a paisajes de bosques y montañas. Pero las tensiones y el peligro para sus personajes afloran puertas adentro.
-Nuestro hogar es donde se supone que debemos sentirnos seguros, donde podemos quitarnos la máscara y simplemente ser nosotros mismos. Hay algo intensamente amenazante en la idea de que el peligro pueda estar escondido dentro de las paredes de nuestro hogar.
Desde su perspectiva, las autoras aportan una mirada especial al género, si bien no piensa en ello al momento de escribir.
-Se ha hablado de que las autoras escriben más sobre relaciones cercanas, el llamado domestic noir, y me reconozco en eso. Pero, nuevamente, las relaciones humanas están en la base de gran parte de la literatura, escrita tanto por hombres como por mujeres. Así que, en términos de género, creo que quizás la contribución más clara de las autoras es la representación: personajes femeninos complejos e interesantes en un género que tradicionalmente estaba dominado por detectives masculinos y víctimas femeninas.
Política y nerd
Si algo ha distinguido al policial nórdico, en especial el que cultivaron Mankell y Larsson, fue el modo en que abordaron problemas políticos con los códigos de la novela de crímenes. Y eso es algo que atrajo a a la danesa Sissel-Jo Gazan desde un inicio.
“Al igual que Mankell y Larsson, yo también uso mis novelas como un megáfono político”, dice. Así, en su primera novela, La pluma del dinosaurio, abordó la decisión de los políticos daneses de recortar fondos universitarios para investigación.
-Soy una gran fan de criticar la sociedad, los políticos, los líderes, a través de la literatura, y también me parece genial que se pueda hacer. Puedes salirte con la tuya con cualquier cosa en la ficción, al menos en Escandinavia, y me encanta escribir mi opinión política entre líneas y lanzar algunas críticas sociales, ocultas detrás de mis personajes ficticios. Y, por supuesto, he leído todos los libros de Mankell y Larsson. ¡Crecí con ellos!
Doctora en biología, en sus novelas suele integrar elementos o ambientes científicos y ha sido elogiada precisamente por ello: por abordar el género de un modo no convencional. Según cuenta, no le atraen especialmente los asesinatos, la violencia y la sangre.
-Me gusta la ficción criminal, principalmente, porque proporciona un excelente motor para una novela sobre otra cosa. Esto puede sonar un poco extraño, pero no utilizo el género para escribir sobre crímenes, sino porque siento que el “misterio criminal” es la mejor herramienta para hacer pasar las páginas. Y mientras lo hacemos, tienes una oportunidad extraordinaria de escribir sobre otros temas: la relación entre las personas, la naturaleza humana o algunos rincones nerds de la ciencia, como por ejemplo dinosaurios, hongos, botánica, mariposas y algas, que son algunos de los temas científicos sobre los que he escrito en los últimos 10 años.
Nacida en Århus, Dinamarca, en 1973 y radicada en Berlín, Sissel-Jo Gazan vino a Chile por primera vez en 2015. Ahora ha vuelto con gusto, dice. Visitó las casas de Neruda en Valparaíso e Isla Negra, y fue a hacer snowboard a Valle Nevado. Ella mira con cierto escepticismo el fenómeno del nordic noir, pero concuerda en que las autoras están aportando otra mirada. En su caso, dice, algunos lectores se alegraron de que las víctimas sean más hombres que mujeres.
- La primera vez que alguien me dijo: “Genial, solo matas a hombres” (por ejemplo, en La pluma del dinosaurio), tengo que admitir que ni siquiera lo había pensado. Simplemente no me interesa mucho la víctima femenina como tal. Claro que tengo víctimas femeninas, cuando se ajusta a la historia de la novela, pero abusar y violar a mujeres no es algo que me resulte entretenido, y siempre solo mato a personajes ficticios que necesitan ser eliminados para impulsar mi historia. Es genial que haya tantas escritoras de novela criminal con tanto éxito, así como también es genial que las mujeres estén ganando terreno en todas las profesiones. Estoy segura de que el mundo necesita esta sensibilidad.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.