Jon Anderson, el hombre de Yes: “La gente piensa en el miedo a morir y yo pienso el amor por la próxima aventura cósmica”
En entrevista con Culto, Jon Anderson -la inmutable voz de Yes- revela el ritmo del amor detrás de la construcción de True, su reciente álbum. Cimentado junto a The Band Geeks, deslumbra por su capacidad de evocar el alma de la institución del progresivo en la que el vocalista militó por más de cuatro décadas.
Aunque la era imperial del rock progresivo británico tenga imagen de oscura y críptica por los esfuerzos de estandartes como King Crimson o Van der Graaf Generator, también tenía pomposidad de la mano de Emerson, Lake & Palmer e instinto pop en Pink Floyd y Genesis.
Sin embargo, Yes, el ensamble en cambio perpetuo y de indiscutible virtuosismo, siempre cabalgó la vereda más luminosa de los senderos del denominado Prog para los amigos. Jon Anderson (80), en una sinuosa y dispar carrera solista que comenzó con su experimental Olias of Sunhillow en 1976 -incluyendo su alianza con el maestro griego Vangelis en los años 80-, no había estado nunca tan cerca del sonido de su banda madre como en True, su más reciente álbum, gestado de la mano del multiinstrumentista Richie Castellano y su proyecto The Band Geeks.
“Alguien me envió un video de ellos interpretando Heart of the sunrise y dije ¡tengo que conocer a estas personas! Ellos viven en New York y New Jersey, en otro lado de Norteamérica, así que hacemos todo por Zoom”, cuenta desde su estudio ubicado en su residencia en Los Angeles.
“Mi estudio es un caos”, ríe desde su monitor en un cuarto que irradia la sensación contraria. “Suelo levantarme, desayuno en cama con mi esposa y luego salgo a caminar dos millas por la montaña. Observo esta hermosa parte del mundo donde vivo y luego escucho música. Tengo la fortuna de siempre estar haciendo música y pensando en música, haciendo historias y soñando con otras”, explica, aplaudiendo feliz -literalmente- su propia sentencia. “Vivo en ese mundo, en un mundo maravilloso, feliz y loco. Hacer música es algo mágico y místico, especialmente con los Band Geeks”.
Viendo gente buena
La felicidad es una emoción clave para el hombre detrás de la melodía de I’ve seen all good people de Yes -donde interpola las líneas de Give peace a chance de Lennon-.
“Lo que me gustó de ellos, aparte de lo perfecto que sonaba todo, es que se veían felices. Me conseguí el número de Richie y le dije que me encantaba su banda, que tocaban Yes a la perfección y que deberíamos salir de gira juntos. No podía creer que yo lo estaba llamando”.
La banda hizo sus propios arreglos para el setlist y Anderson se les unió. “Estuve feliz de cantar con ellos y tras la gira les sugerí que hiciéramos un disco juntos”. En noviembre de 2023 comenzaron Richie y Jon a enviarse ideas y trabajar en línea todos los días martes, completando nueve temas en tres meses, junto al baterista Andy Ascolese, Christopher Clark y Robert Kipp en teclados, y el guitarrista Andy Graziano.
“Todo salió muy rápido. Le envié Counties and countries solamente conmigo en guitarra -una canción que tenía en el baúl por mucho tiempo- y una semana después Richie me envía esa magnífica sinfonía. Me recordó a los setenta, con Chris (Squire), Steve (Howe), Alan (White), Rick Wakeman y Bill Bruford. Me emocionaba dar ideas y escuchar lo que hacíamos, sugerirles probar en otro tono…”, recuerda.
“Yo realmente no toco ningún instrumento sino que sugiero ideas. Es una comunicación en otro nivel. Esperas que a ellos les guste la canción, las letras…” Respecto a True, sus sentimientos son de orgullo. “Lo escucho todos los días, el trabajo de bajo es magnífico…las guitarras están tocadas por un profesor de música que le enseña el instrumento a gente más joven, y siempre está sonriendo”.
-En su trabajo con Yes y en sus colaboraciones con Vangelis hay dos modos de trabajar muy diferentes: lo estructurado y lo espontáneo.
Vangelis era muy espontáneo. Yo soy muy abierto, amo mi vida, disfruto la música y soy bien inquisitivo sobre ella, me pregunto qué hace que algo funcione y otra cosa no; pienso qué hacer a continuación. Todos los músicos en The Band Geeks tienen ganas de intentar cosas nuevas. No tengo miedo de poner a prueba sus ideas ni ellos las mías, como la guitarra acústica en Still a friend que me recuerda a Joaquín Rodrigo.
Tiempo y palabras
En su estudio, Jon tiene además de instrumentos una serie de cartulinas donde suele hacer dibujos y caligrafías, con frases clave y palabras guía.
“Son una lista de palabras que debo recordar, cosas que me pongo a escribir de repente. Acá dice: honestidad, humildad, buen oyente, esperanza, bondad. Para tenerlas presente en todo, incluso cuando voy a comprar… recordar siempre saludar, siempre sonreir”.
En Make it right canta sobre hacer de este mundo un Edén. “Sé que estamos en un momento muy emocional en el planeta ahora”, dice, a días de haber sido reelegido Donald Trump como presidente de Estados Unidos. “Todo parece ir en una dirección en vez de otra. Pero yo canto sobre dejar que este sea el cielo. Cuando yo salgo a caminar la vista es hermosa, los árboles, todo es mágico. Hay un misterio en la naturaleza y lo dejamos de lado por ir a comprar ropa nueva o comida nueva. Canto sobre intentar recordar el Jardín del Edén, le canto a la Madre Naturaleza para que por favor nos ayude a entender la belleza de la vida”. Para Anderson, “es un don hacer música y entregarla todo el tiempo”.
-Hace 50 años, a fines de noviembre de 1974, Yes editó Relayer. Un disco cuyo tema central es Gates of delirium, una batalla épica entre el bien y el mal.
Encontrar el balance es importante. Yo soy un creyente en que el misterio de la vida es saber que todo es un misterio y que eventualmente todo será revelado, que la información se abrirá paso y te alcanzará. La primera película de alienígenas que todos vimos y nos voló la cabeza fue Star Wars, que trataba sobre viajar por el espacio, conocer otros mundos. Y yo en mi mente creo que somos parte de un gran globo gigante donde todos estamos conectados. La gente piensa en el miedo a morir y yo pienso en lo opuesto: pienso en el amor por la próxima aventura cósmica, o aventura onírica, y así se me ocurren cosas como Starship trooper.
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