Tras un golpe de Estado y la ley marcial: la brutal matanza en Corea del Sur que recuerda libro de la Nobel Han Kang

Tras un golpe de Estado y la ley marcial: la brutal matanza en Corea del Sur que recuerda libro de la Nobel Han Kang
Tras un golpe de Estado y la ley marcial: la brutal matanza en Corea del Sur que recuerda libro de la Nobel Han Kang

El país quedó convulsionado luego de la aplicación y anulación de la ley marcial por parte del presidente durante estas últimas jornadas. La última vez que una medida así se decretó, fue tras un golpe de Estado, que reemplazó una dictadura por otra. En ese entonces, la ciudadanía— en especial estudiantes— se manifestó en contra de la ley marcial en Gwangju, en 1980. Las consecuencias fueron fatales. La autora ganadora del Nobel de Literatura, Han Kang, aborda el levantamiento en Actos Humanos, libro que llegó a librerías chilenas.


El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, declaró ley marcial sin previo aviso en cadena nacional, a las once de la noche del lunes 2 de diciembre. El objetivo, según el mandatario, era “proteger a la libre República de Corea de la amenaza de las fuerzas comunistas norcoreanas, para erradicar las despreciables fuerzas antiestatales pro-norcoreanas que están saqueando la libertad y la felicidad de nuestro pueblo, y para proteger el libre orden constitucional”, señaló en su discurso televisivo, según consignó La Tercera.

De acuerdo a esta ley—y tal como ocurrió tras el anuncio—el ejército puede salir a la calle: vehículos blindados, un helicóptero militar y soldados con cascos y rifles se desplegaron en torno al Parlamento, de mayoría opositora al gobierno. Ciudadanos se congregaron a las afueras del edificio en Seúl, exigiendo la destitución de Yoon. Incluso, se registraron enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.

Por qué el presidente de Corea del Sur decretó la ley marcial y la retiró horas después
Corea del Sur

Si bien la ley marcial fue bloqueada por el Parlamento y Yoon Suk Yeol se vio obligado a anularla, el recuerdo de una masacre se cernía sobre la ciudadanía. Esta ley —algo similar a los estados de excepción en Chile—fue aplicada por última vez en 1980 y desató una de las mayores matanzas registradas en Corea del Sur. Así lo recuerda la última ganadora Premio Nobel de Literatura, Han Kang, en su novela Actos Humanos (2014). La escritora tenía 9 años cuando en su ciudad natal, Gwangju, se produjo un levantamiento ciudadano que fue brutalmente reprimido por el ejército.

La masacre de Gwangju en Actos Humanos

Corría 1979. Hace dieciocho años, el dictador Park Chung-hee estaba en el poder tras un golpe de Estado. Sin embargo, fue asesinado por el director de la Agencia Central de Inteligencia Coreana, Kim Jae-gye. Después de varias tretas de poder al interior del ejército, Doo-hwan se convirtió en el líder del país. Para consolidar su lugar, realizó otro golpe de Estado en 1980 para disolver la Asamblea Nacional y dictó la ley marcial, bajo el pretexto de que fuerzas de Corea del Norte podían atacar el país.

En ese contexto se produjo el levantamiento de Gwangju, el 18 de mayo de 1980. Ciudadanos, en especial estudiantes, protestaron contra la dictadura de Doo-hwan en la ciudad ubicada al sur del país. “Aunque no lo experimenté en primera persona, me influyó en gran medida la violencia a gran escala que se produjo durante mi juventud”, dijo Han Kang en una entrevista en World Literature Today en 2016 y traducida por la Revista Santiago.

Han Kang wsp

La autora galardonada con el Nobel explora este hecho histórico que se erige como una herida abierta en la historia reciente de Corea del Sur y que muchos aún recuerdan. “Murió muchísima gente. La dictadura lo disfrazó diciendo que esos levantamientos no eran genuinos en la ciudadanía, sino que habían sido instigados por Corea del Norte, siempre el enemigo omnipresente. Ahora, en esta época, hay mucha gente mayor y de derecha que piensa de esa manera, es un tema candente en Corea”, comentó a Culto la surcoreana Sumne Yoon, quien es traductora de la obra de Kang al español.

Han Kang exploró nuevamente la violencia. Ya lo había hecho con La Vegetariana (2007), su obra insigne y que la hizo popular, a través del relato de una mujer que deja de comer carne para desmarcarse de la violencia que representaba ese alimento en su vida.

Actos humanos revive aquellos aterradores hechos: la tortura, el miedo, la angustia de no encontrar a los desaparecidos, las pesadillas, las secuelas, los reencuentros… Y el recuerdo de los asesinados”, escribe la revista Qué leer.

Actos humanos

La autora explora y busca respuestas al origen de la violencia en las personas y la sociedad. Así reflexiona: “La violencia es parte del ser humano, y ¿cómo puedo aceptar que soy uno de esos seres humanos? Ese tipo de sufrimiento siempre me persigue. Sí. También creo que mi preocupación se extiende a la violencia que prevalece en la vida diaria. Comer carne, cocinar carne, todas estas actividades diarias encarnan una violencia que se ha normalizado. Ahora me estoy orientando más hacia eso y quiero explorar la dignidad y la fuerza humanas más profundamente, desde que escribí Actos humanos, que trata de la masacre de Gwangju”.

Lo hace a través de la experiencia de cinco personajes. Uno de ellos, Dong-ho, un chico de 15 años, se vuelve clave en el relato. “La novela no se llama Actos humanos en Corea—afirmó Sumne Yoon en diálogo con Culto—. Esto no se conoce. Literalmente, significa El muchacho vuelve, es un título hermético”. La traductora explica un poco más, pero eso ya sería adelantar el final de la novela. En suma, Sumnme Yoon profundiza en la idea de cómo este muchacho representa a tantos otros que participaron en el levantamiento.

Masacre de Gwangju

Los otros personajes se sitúan en otro tiempo. Cinco años después, una editora lucha por lograr que un libro sobre el tema pase la censura. En 1990, se presenta a un prisionero que revive los horrores de la tortura; en 2002, una chica relata la brutalidad que sufrió a manos de los torturadores; y en 2010, la madre del adolescente de 15 años revive la pérdida.

Una voz más se suma al final del relato. Han Kang escribe sobre su propio viaje a través de la novela y su vínculo con el levantamiento.

Si bien la dictadura cifró los muertos en 165, fuentes no oficiales las cifran en cerca de 2000. “Helicópteros sobrevuelan la capital provincial del suroeste del país, en la que más de 450 personas han perdido la vida en diez días de enfrentamientos con el Ejército (…) Todavía ayer se escuchaban tiroteos aislados en algunas zonas de la ciudad”, escribió El País el 27 de mayo de 1980, el día que finalizó el levantamiento con la toma de la ciudad por parte del Ejército.

Masacre de Gwangju

“Mucha gente trata de politizar a Han Kang, por el hecho de haber escrito sobre ese tema, pero no. Este es un hecho que va mucho más allá de la política, habla de por qué el ser humano hace atrocidades contra otro ser humano. No se queda solamente en la denuncia, lo que se pregunta es cuánta gente, sabiendo que puede correr peligro su vida, igual solidarizan con los demás”, dijo Sunme Yoon a Culto.

En 2002, se estableció un cementerio nacional y el 18 de mayo como día de conmemoración en honor a las víctimas de la masacre.

***

Actos humanos está disponible en Penguin Random House en formato ebook. Sin embargo, llegó la semana pasada a librerías chilenas.

Sigue leyendo en Culto

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.