“Le falta algo esencial”: lo que habría pensado García Márquez sobre adaptación de Cien Años de Soledad (según su amigo)
El escritor y crítico chileno Ariel Dorfman escribió una columna en la cual elucubra las impresiones de su amigo sobre la serie de Netflix. Recordemos que el Nobel siempre se negó a llevar a Macondo a la gran pantalla y así lo recuerda Dorfman, quien considera que esta es una "lujosa, pero limitada versión" de la historia.
En vida, Gabriel García Márquez siempre se negó a una adaptación de su novela Cien años de soledad (1967). “La razón por la cual no quiero que ‘Cien años de soledad’ se haga en cine es porque la novela, a diferencia del cine, deja al lector un margen para la creación que le permite imaginarse a los personajes, a los ambientes y a las situaciones como ellos creen que es (…) en cine eso no se puede. Porque en cine la cara es la cara que tú estés viendo, la imagen es de tal manera impositiva que tú no tienes escapatoria, no te deja la mínima posibilidad de creación”, manifestó en una entrevista concedida a Caracol Radio, según recupera Infobae.
Incluso, el famoso actor Anthony Quinn le ofreció al autor una gran suma de dinero no solo para una adaptación del libro, sino para ser quien interpretara al coronel Aureliano Buendía. Pero para García Márquez, que los lectores se imaginaran a los personajes como sus abuelos, tías y tíos era invaluable.
A una década de la muerte del Nobel, sus herederos, Gonzalo y Rodrigo García Barcha, decidieron dar el visto bueno a una adaptación de Netflix bajo dos condiciones: que se grabara en Colombia y con actores nacionales.
Tras el estreno de los primeros ocho episodios de la serie, el escritor argentino-chileno-estadounidense, Ariel Dorfman, escribió una columna preguntándose: ¿Qué habría pensado García Márquez de la versión de Netflix de ‘Cien años de soledad’? El crítico fue amigo del autor colombiano y recuerda con lucidez cuando este dio con seguridad su negativa ante una cinta.
“—'¡Nunca!’, exclamó—. ‘Sintetizar esa historia de siete generaciones de Buendía, toda la historia de mi país y de América Latina, realmente de la humanidad, ¡imposible! Solo los gringos tienen los recursos para ese tipo de superproducciones. Ya he recibido ofertas: proponen una epopeya, de dos horas, tres horas de duración. ¡Y en inglés! Imagínate a Charlton Heston fingiendo que es un macondiano mítico en una jungla falsa’. Y añadió un definitivo ‘¡Ni muerto!’”, escribe Dorfman en El País.
“Limitada versión”
Según el autor de Para leer al Pato Donald (1971) “a esta teleserie le falta algo esencial, como debería ser evidente para cualquiera que haya leído la novela, como yo lo he hecho, reiteradamente, desde que me cautivó en 1967, cuando tuve la suerte de ser, a los 25 años de edad, uno de sus lectores inaugurales, gracias a mi trabajo como crítico literario en Chile”.
“Si la novela de Gabo fuera solo una enrevesada trama de fascinantes y exóticos incidentes, la transferencia de Netflix podría calificarse de exitosa. Pero Cien años de soledad es, ante todo, una proeza del lenguaje (…) Desde su primera línea icónica contenía y aún contiene una estrategia singular para transmitir la epopeya de nuestra especie, con tanta potencia que iba a cambiar el curso de la literatura del siglo XX. Es esa perspectiva irremplazable la que Netflix no ha podido capturar”.
Para Dorfman, la producción dirigida por Rodrigo García, Alex García López y Laura Mora no rescata las mejores escenas del libro y se decanta por presentar hechos demasiado espectaculares, incluso, usando efectos especiales propios de las películas de terror. Además, añade que las escenas de sexo están “lejos de ese enfoque literario, enigmático e introspectivo” de la pluma de García Márquez, un “entusiasta de lo erótico”.
“Los espectadores de esta adaptación tampoco podrían colegir que la novela original, a pesar del incesto, los asesinatos, las guerras civiles, las masacres, el imperialismo, que acosan al clan Buendía y al gran continente colonizado que alegóricamente representan, es implacablemente cómica”, profundiza.
En su momento, Dorfman defendió la decisión de los hijos de Gabo por publicar En agosto nos vemos (2024), un texto que el mismo García Márquez había decidido dejar en el olvido. “En esta ocasión soy menos indulgente. ¿Encontraría su padre mucho que admirar en esta dramatización? Sin duda. Y de ninguna manera es una aberración. Gabo estaría complacido, creo, de la dignidad otorgada a sus amados y falibles Buendía”, comenta.
Asimismo, añade que esta producción audiovisual abrirá la posibilidad de nuevos lectores para la novela. “Tengo que complacerme, entonces, con la esperanza de que la visión seminal contenida en ese libro no quedará atrapada para siempre en la lujosa; pero limitada versión que ahora impregna las pantallas del globo”.
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