Las películas despreciadas por los Oscar: una polémica que incluye desde escenas sexuales hasta Trump

El pasado jueves 23 de enero se revelaron los nombres de las películas y actores y actrices nominados a los próximos Premios Oscar. La ausencia de largometrajes que destacaron durante sus estrenos sorprendió. Películas como Desafiantes, Babygirl, Queer y The Last Showgirl no lograron entrar a la carrera por el mayor premio del cine global.

Al parecer, la Academia sigue teniendo vetados ciertos temas y para parte de la prensa estadounidense sorprende que películas que tuvieron campañas exitosas hayan quedado fuera de la selecta lista de nominados. Tres de esas películas son, de hecho, Desafiantes, Babygirl y Queer y tienen en común: el sexo, el deseo y las fantasías.

Queer, la película de Luca Guadagnino basada en el libro homónimo, trata el tema de la soledad y la búsqueda de la conexión con un otro. Todo a través de la historia de Lee, un hombre solitario de 50 años que se enamora de Allerton, un expatriado estadounidense décadas más joven que él. La película muestra la historia de un amor no correspondido, donde el protagonista busca incansablemente la conexión con Allerton.

En Desafiantes se exploran las dinámicas del triángulo amoroso entre Tashi, -interpretada por Zendaya-, su esposo Art (Mike Faist), una de las estrellas más grandes del circuito de tenis, y Patrick (Josh O’Connor), exnovio de Tashi y además exmejor amigo de Art. Un lazo difuso e intrincado que además han mantenido durante más de 10 años.

En la película Babygirl vemos a una mujer en sus 50 teniendo una aventura íntima con su pasante. Romy, la protagonista interpretada por Nicole Kidman, no se siente conforme con su matrimonio y a espaldas de su marido decide emprender un viaje por el deseo, donde explora su sexualidad y fantasías.

El punto de encuentro entre estas tres películas es la exploración sexual y las fantasías que experimentan los personajes. Estos deseos no son algo circunstancial, sino que forman parte de la trama, por lo tanto son imprescindibles en la historia e inevitablemente conducen a las escenas con contenido sexual explícito.

Pero parece ser que no es la desnudez ni las escenas explícitas lo que molesta a la Academia. “Hay que preguntarse cuáles son las escenas que podrían molestarle a la Academia, o qué es lo que hay detrás de esas escenas, y creo que tanto Babygirl como Desafiantes y Queer se vinculan con una exploración de deseos sexuales, de fantasías, que quizás van un poco contra lo que se considera normal o apropiado. Creo que ese es el tipo de lectura que uno podría hacer de esta ausencia de nominaciones, esta exploración de deseos que pueden considerarse más oscuros, como dominación, como diferencias de edad grandes, o la idea de un trío” comenta Sol Márquez, periodista de cultura y panelista de Radio 13C.

Sin embargo, esto no es para nada nuevo y ha sido un problema desde siempre, solo que en algunas ocasiones, Hollywood ha hecho ajustes acorde a el avance de la cultura y su entorno.

“Creo que Hollywood no sólo tiene un problema ahora con las películas de mayor contenido sexual o erótico, sino que históricamente ha demostrado que le cuesta aceptar los filmes sobre los deseos más básicos y naturales de la carne. Eso se ve reflejado desde los tiempos del Código Hays, que mantuvo restringido el contenido sexual del cine hollywoodense, con prohibición de desnudos y besos demasiado gráficos, durante 34 años, entre 1934 y 1968. Luego hay una liberalización en los 70 y en los años 80 y 90 se alcanza cierta madurez en el llamado thriller erótico, con películas bastante importantes (no todas buenas) como Bajos instintos (1992), Atracción fatal (1987), Nueve semanas y media (1986) o Una propuesta indecente (1993). Ninguna de ellas fue dirigida por un estadounidense, por cierto”, comenta Rodrigo González, crítico de cine de Culto.

De hecho, en la historia de los Oscar, hubo muchas películas con contenido sexual nominadas a los premios, e incluso algunas han resultado ganadoras. “Al revisar la evidencia, hay que pensar por ejemplo en una de las grandes ganadoras del año pasado, que fue Pobres criaturas (2023), que tiene muchas escenas, muchos desnudos y tiene algunas escenas de sexo. También en la academia en las últimas décadas ha reconocido películas con escenas de sexo explícito como El paciente inglés, Titanic, Shakespeare in Love, Belleza americana”, dice Márquez.

“El Oscar dentro de todo está, o sea tener Emilia Pérez igual es una rareza y El Brutalista también y está muy bien que estén, son muy buenas películas las dos, pero cuando se trata de darle una característica que sea fuera de los estándares conservadores, cuesta que lleguen a las nominaciones. Yo creo que Hollywood está en una etapa, por lo menos desde el punto de vista de la expresión de los valores como la independencia sexual o la libertad sexual, un poco pacata”, comenta Ernesto Garratt, novelista y crítico de cine.

En revistas internacionales como Collider, se comenta también sobre las películas de Guadagnino. “Challengers y Queer son dos de las películas más hermosas y mejor construidas del año. Es una pena que toda la dedicación y el trabajo artesanal que se exhiben en estas películas hayan pasado desapercibidos para la Academia”, dice Daniel Cruse.

La actriz Nicole Kidman tuvo una impecable actuación en Babygirl, según ha recogido la presa, pero aún así fue ignorada por los Oscar. En el pasado tuvo varias nominaciones y premios, pero ahora no figura en la lista. “Nicole Kidman ganó la Copa Volpi en Venecia, donde la película estrenó. Creo que es interesante preguntarnos por las escenas de sexo explícito en Hollywood, y si uno podría considerar que la Academia decide ignorar las películas que contienen este tipo de escenas”, comenta Márquez al respecto.

Otra gran ausente en las nominaciones de los Oscar es Pamela Anderson. Su actuación en The Last Showgirl fue aplaudida y elogiada. Estuvo en el ojo de la crítica, logró varias nominaciones en otros certámenes como los Globos de Oro, la Asociación de Críticos de Cine de San Luis, Savannah Film Festival, siendo ganadora en este último y para muchos críticos se posicionaba como una carta segura para los Oscar. De hecho, en entrevistas se le preguntaba sobre la posible nominación y en una de ellas respondió: “ya dije en Playboy a los 25 años que mis sueños eran ganar un Oscar y ser buena madre. No sé qué pasará. Es curioso y es divertido”.

De todas maneras, las nominaciones a los Oscar tienen cupos limitados. “Son cinco nominaciones por categoría, salvo en Mejor Película, que hace un par de años ya aumentó a 10 precisamente porque no se estaba dando cuenta de la cantidad de producciones que habían en Hollywood y yo creo que uno puede apostar a que Luca Guadagnino, Zendaya, Daniel Craig y Nicole Kidman van a tener muy buenas actuaciones en el futuro, aunque hay que pensar que Daniel Craig no ha dado pasos en el mundo del Oscar todavía. Eso también creo que es importante considerar porque siempre se va a quedar gente fuera, entonces creo que la lectura tiene que ir por el lado de qué es lo que está tratando de decir con la Academia, con las actuaciones que sí eligió”, puntualiza Márquez.

Antes de iniciar su gobierno por segunda vez, Donald Trump demostró sus deseos de tener más influencia en Hollywood. Dijo que quiere hacerlo “más grande, mejor y más fuerte” y es por eso que eligió a Mel Gibson, Jon Voight y Sylvester Stallone como estrellas de lo que él llama sus embajadores especiales, “en un lugar grandioso pero muy conflictivo: Hollywood, California”.

Trump también pretende que con estos embajadores mejore el nivel financiero. Lucas Shaw, analista de Hollywood, comentó a BBC que duda que esto lo vayan a conseguir Stallone, Voight y Gibson, quienes considera que son personajes sin demasiado peso en la industria, y además dijo que “Él -Trump- los ve como aliados, y puede usarlos para hablar sobre el cambio en Hollywood, pero no me imagino que vayamos a tener a John Voight, Sylvester Stallone y Mel Gibson tratando de descubrir cómo restaurar el cable, o hacer que la transmisión sea más rentable, o descubrir cómo hacer que China importe más películas de Hollywood”.

“No creo que el nombramiento de los “embajadores” tenga mayor efecto en realidad. Mel Gibson sigue siendo un paria en Hollywood, Jon Voight está demasiado mayor y nadie se toma demasiado en serio a Sylvester Stallone, para ser honestos. Yo creo que él sigue siendo el mejor embajador, pues sí ha demostrado algo es que es un gran performer y actor y que puede engañar a todo un país”, cuenta González.

Pero también hay que considerar que la película brasileña Aún estoy aquí fue nominada en la categoría Mejor película internacional, Mejor película y además su protagonista, Fernanda Torres, fue nominada a Mejor actriz.

“Creo que el ambiente político en Estados Unidos nos habla mucho de un momento de tensión donde creo que la expectativa es que estos premios Oscar y todas las ceremonias que vayamos a ver durante la temporada de premios tomen una posición, hagan alguna mención, porque hay que recordar que se hizo bastante crítica respecto a lo apolítico que fueron los Globos de Oro, pensando además que es una asociación que está integrada por periodistas de distintas partes del mundo. Siento que el que esté Aún estoy aquí, que entrara en la carrera de la mejor película, tiene que ver con escuchar otras voces y que quizás no todo lo que nos hable de cine tiene que venir del norte global” comenta Sol Márquez.

Garratt, por su lado, culmina: “Como Silicon Valley, Hollywood parece que pudo haber tenido en su origen alguna base más revolucionaria; ahora, ambas instituciones son bastante conservadoras en todos los sentidos, pero aún así creo que cuando por lo menos los productores ven que una película es un buen negocio, como El brutalista, van por ahí. Entonces, no creo que sea problema, a menos que empiecen a ver, así como inventen un código como el código Hayes, una censura, que no haya diversidad y todo eso. O sea, yo creo que una mala señal lo que hizo ya el Estado de Florida al prohibir libros, pero de ahí a la industria del cine y la libertad de expresión del arte es otra cosa”