Ernesto Ottone y el incendio de Notre Dame: "El sentimiento de dolor es muy fuerte, y a eso hay que darle respuesta"
Desde París, el actual subdirector general de Cultura de la Unesco explica cuáles son las labores y el apoyo que está entregando el organismo en el proceso de evaluación de los daños y posterior restauración.
A raíz del trágico incendio que afectó a la Catedral de Notre Dame en París, la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) anunció su apoyo en la evaluación de los daños provocados por el fuego y en la restauración de la iglesia. Ayer, cuando a las 18.50 de la tarde comenzaron las primeras llamas, se realizaba la sesión nocturna del Consejo Ejecutivo del organismo de Naciones Unidas. "Algunos de nosotros, junto con la Oficina de Patrimonio, nos desplazamos para ver qué es lo que estaba pasando realmente. Es tan trágico como las imágenes lo demuestran", cuenta el ex ministro de Cultura Ernesto Ottone (1972), quien hoy ocupa el cargo de subdirector general de Cultura de la Unesco.
Actualmente el organismo está en más de 50 países trabajando en temas de emergencia, con presencia en casos como Irak, el Caribe, o el Museo de Río de Janeiro, afectado por un gran incendio en septiembre del año pasado. "Lo que hace la Unesco es poner al servicio del Estado miembro, es decir del país, toda la experiencia y la red de expertos mundial que tiene. Esto se hace junto a las organizaciones que trabajan con nosotros en la evaluación de los sitios. Lo que hacemos es ponernos al servicio del país solicitante para ir revisando con ellos todos los pasos de las recomendaciones, de los expertos en el terreno, de poder hacer planes de gestión, planes de salvaguardia, entre otras cosas", explica Ottone.
La Unesco trabaja en conjunto con el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y el Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM).
¿Qué labor puede hacer la Unesco en el incendio de la Catedral de Notre Dame?
Actualmente se está haciendo una evaluación a partir de los catastros que había de todos los objetos que fueron retirados de la catedral durante el incendio. Eso lo está haciendo el Consejo de Monumentos de Francia, junto a personal del municipio y expertos, para ver qué objetos fueron dañados o desaparecidos por efecto del incendio. En paralelo, está la inspección de especialistas para asegurar que las partes sólidas que aún están en pie, no signifiquen un peligro para poder entrar a la catedral. Después viene toda la fase de reconstrucción.
¿Qué aspectos consideran en esa fase?
Lo primero es que Francia y en general Europa, tienen una gran ventaja a nivel de archivos. Tienen resguardados planos, fotografías, ilustraciones y todo lo que es información de archivo, cosa que en la gran mayoría de los países donde nosotros intervenimos, no existe o hay muy poco. Esto es una gran ventaja para la reconstrucción del edificio. Sin embargo, hay elementos que tienen que ver con la antigüedad del edificio, que son una desventaja. Hay materiales, como toda la techumbre que estaba hecha de una madera francesa de más de 800 años que ya no existe, por lo tanto es imposible o muy difícil que vuelvas a reconstruirlo con los mismos materiales. También está el tema de los oficios, por lo que se está viendo si efectivamente hay las especialidades para recuperar gran parte de los oficios con los que se construyó esta catedral. Es un trabajo enorme, muy largo.
Es un trabajo en conjunto tanto en los informes previos como en la reconstrucción…
Lo que ha sido impresionante es el nivel de apoyo, por lo que significa. Acá no estamos hablando de una catedral como un lugar que es solamente encuentro de los cristianos, sino de un lugar cuya fuerza simbólica representa una de las postales de París. Si tu hubieses estado en las calles de París ayer, te habrías dado cuenta que era como la pérdida de un ser querido. La Catedral de Notre Dame se salvó de la Revolución Francesa, de la Comuna de París, de la Segunda Guerra Mundial y los bombardeos. O sea, nadie nunca se imaginó que este símbolo pudiera desaparecer, por lo tanto el sentimiento de dolor es muy fuerte, y a eso hay que darle respuesta. En eso es el Estado de Francia el que tiene que dar la respuesta, nosotros acompañamos y hemos ofrecido todo el apoyo
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