La historia del tesoro perdido de Coltrane
Both Directions at Once: The Lost Album rescata siete temas -dos inéditos- grabados por el saxofonista y su cuarteto en 1963. A 50 años de su muerte, el disco ilumina la trayectoria del músico que abrió nuevas formas en el jazz.
Eran días ocupados para la banda. John Coltrane y sus músicos cumplían una residencia en Birdland, el club de Manhattan que rinde tributo a Charlie Parker, y el 7 de marzo de 1963 debían reunirse a grabar con el cantante Johnny Hartman. Era una situación eventualmente incómoda para el saxofonista: por encargo de su sello, el espíritu libre e innovador de Coltrane debía adecuarse al estilo romántico de Hartman, un intérprete con voz de barítono y vocación de baladista. Pero un día antes de aquella fecha, el cuarteto se encerró en el estudio y registró sus propias composiciones.
Las tomas de aquella sesión en los estudios Van Gelder, en Nueva Jersey, se perdieron, y se conocen recién ahora, 55 años después. Both Directions at Once: The Lost Album es un disco que recoge cinco temas originales, dos de ellos inéditos, y dos covers, así como versiones alternativas de aquellas piezas en el formato de lujo (dos discos). El álbum fue lanzado el viernes pasado con el carácter de acontecimiento, y está disponible en vinilo, CD y en la plataforma Spotify.
Considerado un eslabón perdido en la trayectoria de Coltrane, Both Directions at Once reúne al cuarteto con su formación estelar: McCoy Tyner al piano, Jimmy Garrison en el bajo y Elvin Jones en la batería. "Es como una pequeña cápsula del tiempo", ha dicho Ravi Coltrane, hijo del líder y quien trabajó en la producción del disco. "Es increíble y emocionante poder escuchar material nuevo de Coltrane tanto tiempo después", agregó.
La cinta maestra se perdió con los años, probablemente destruida, pero una copia de ella estaba en manos de la primera esposa del músico, Juanita Naima Coltrane, cuya familia los descubrió recientemente. Para el saxofonista Sony Rollins, el hallazgo es "como encontrar una nueva recámara de la Gran Pirámide".
En 1963 el genio musical de Coltrane, un artista que abrió nuevos caminos de expresión en el jazz, se enfrentaba a una disyuntiva poco alentadora: sus álbumes Coltrane y Live at the Village Vanguard, lanzados el año anterior por el sello Impulse!, muy apreciados hoy, no lograron la recepción esperada. De manera que el productor le encargó tres álbumes de ritmo más plácido destinados a conquistar un público más amplio. Así nacieron Duke Ellington & John Coltrane, grabado en septiembre de 1962; Ballads, en noviembre de ese año, y finalmente John Coltrane & Johnny Hartman.
Si bien todos ellos son de una nobleza auténtica, y el disco con Hartman se convertiría en el mayor éxito comercial de su carrera, no reflejan la rebeldía y la búsqueda artística de Coltrane. Both Directions at Once es un álbum más próximo a su espíritu y retrata el momento de cambio que experimentaba su música: el saxofonista abría el camino que lo conduciría en poco tiempo, desde los ecos del bebop, al free jazz.
Destellos de energía
"En este registro, tienes la sensación de que John tiene un pie en el pasado y un pie en dirección a su futuro", dijo Ravi Coltrane a The New York Times. De aquella idea se desprende el título del disco, así como de un comentario que el músico nacido en Hamlet en 1926 le hizo a su colega Wayne Shorter a fines de los 50: "Empieza una frase (musical) por la mitad, y luego ve al principio y al final al mismo tiempo… ambas direcciones a la vez", según las notas recogidas en el álbum.
Los inéditos Untitled original 11383 y Untitled original 11386 respiran la libertad y exuberancia del estilo de Coltrane, naturalmente aún en búsqueda, y contiene algunos solos de gran fuerza expresiva. De igual manera, One Up, Up Down y Slow Blues son temas sofisticados y con destellos de poderosa energía. El conjunto incluye una versión de Impressions, que sería recogido en vivo ese mismo año, así como la primera toma de Nature boy, a dos años de su edición definitiva.
Impecablemente registrado, el álbum muestra a la banda en plena madurez y a Coltrane -dos años antes de esa obra maestra que es A love supreme y a solo cuatro de su muerte, en 1967- como un músico en sólido ejercicio de sus capacidades superlativas, en tanto líder, intérprete y compositor. Suerte de tesoro de bellos resplandores, Both Directions at Once ilumina la trayectoria del saxofonista que en 10 años, desde que comenzó a alejarse de Miles Davis para iniciar su recorrido propio, le dio al jazz una nueva dimensión.
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