Hazlo por ti
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EESTE MES unos 14 millones de chilenos tendrán derecho a votar; y quiero hacerles un llamado: no renuncien a ese derecho. No te engañes.
Cuando no votas, otros votan por ti. Los elegidos son los que son, también gracias a tu abstención. Algunos pronostican que sólo votará algo más de un tercio de los con derecho a hacerlo. Si así ocurriera, quienes votan decidirán por tres: por él y por los dos abstencionistas que le tocan a cada votante. Triplicarían su peso electoral. El del abstencionista se hace igual a cero. Una minoría del país puede monopolizar tu destino, por decisión de ti mismo. Ya hemos tenido elecciones donde sólo ha votado alrededor de un 40% de los chilenos con derecho a hacerlo. Si lo mismo ocurriera en las próximas elecciones presidenciales, quien sea votado por sólo la mitad más uno de ese 40 %, puede llegar a ser elegido. O sea, uno de cada cinco chilenos podría determinar quién es el presidente de todos. Eso es malo para ti y para el futuro elegido. El elegido ganaría con poco más del 20% de los ciudadanos con derecho a voto. En otras palabras, el "ganador" parte con un 80% de los chilenos que no votaron por él.
La democracia se deteriora, se hace menos de todos con la abstención. Si queremos autoridades con legitimidad para gobernar, necesitamos que representen mayorías.
Te equivocas si crees que al abstenerte no eres responsable de quien gobierne. Eres aún más responsable, o irresponsable, porque has cedido a otros tu derecho a elegir quien tendrá poder político.
A aquellos políticos que no les importa lo que pueden hacer por Chile sino solo ser elegidos para favorecerse con los privilegios que el cargo les otorga, la alta abstención les viene de maravillas. Multiplica el peso de sus cercanos, su clientela y sus colaboradores que sí irán a votar. Pueden usar el poder así conseguido, para imponer su interés a la mayoría. No votando te transformas en cómplice de esa imposición y también, culpable de que políticos honestos y serios vean contaminado su prestigio y disminuido su peso electoral.
Además, no es sólo un problema de número de votos. Al sobredimensionarse el voto duro, los discursos se hacen más duros. Pierden importancia el electorado más desencantado de la política y los jóvenes; la abstención es más alta entre ellos. Esos pocos que votan, ven así aumentado también el peso de sus opiniones.
Si quieres entregar el espacio político a los que no aprecias, abstente. Te engañas si crees que participas porque opinas en un blog o Twitter; si crees castigar a los políticos no votando. En realidad los premias. Nada le viene mejor a los que mandan sin merecerlo, que no votes, que te contentes solo con criticarlos o insultarlos. Les regalas el espacio de la política.
No quiero oírte después despotricando contra los políticos.
Eres uno de los que los eligió con su abstención y su indiferencia a la abstención de otros. Vota por quien quieras, pero vota. Haz más.
Ten tu propia campaña electoral: convence a los cercanos tuyos para que voten. Hazlo por ti, no te regales; y hazlo por Chile, no se lo regales a unos pocos.
Óscar Guillermo Garretón
Economista
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