Ice Swan: El agua de la Patagonia que se exporta a China
<P>El año pasado empezó a operar esta planta que envasa agua de derretimientos del glaciar Queulat. Sus dueños invirtieron US$ 3 millones para competir en un negocio de nicho a nivel mundial.</P>
EN las próximas semanas partirán a China 25 contenedores llenos con agua de la Patagonia chilena. En botellas de 700 centímetros cúbicos, el producto llegará a hoteles, restaurantes y tiendas especializadas como un artículo de lujo, proveniente de un lugar muy lejano.
Se trata de IceSwan, un agua obtenida de derretimientos del glaciar Queulat, cerca de Puyuhuapi, en la Región de Aysén. El agua, que toma su nombre de una leyenda del pueblo kawéskar, que dice que los cisnes son los espíritus alados de los hielos, también está en proceso de certificación en Estados Unidos. Además, tiene clientes interesados en algunos países de Europa y en Rusia, y hay intenciones de compra manifestadas desde Emiratos Arabes y Qatar, cuenta el socio de la firma, Juan Enrique Benítez.
Según el empresario, el producto busca consolidarse como una especie de embajador de la Patagonia, un lugar que califica como único en el mundo. Para ello, la producción saldrá de una planta boutique construida en medio de ese escenario.
Allí, Benítez, junto a sus socios Gladys Romero (trader de harina de pescado), Marilú Viejo (socia de la firma de acero VH) y el mayoritario, Alberto Chang, han invertido US$ 3 millones. Las instalaciones empezaron a funcionar en marzo del año pasado y, según cuenta, tiene derechos de aguas otorgados por la Dirección General de Aguas (DGA) y la autorización de la Conama, hoy Ministerio del Medio Ambiente, para operar. Para este año, la empresa espera ventas por US$ 2 millones.
El modelo consiste en canalizar, por gravedad, parte del recurso generado por los deshielos desde una cascada hacia la planta. El resto escurre hacia el entorno. En el lugar, donde trabajan hasta 10 personas, el agua es recibida con música clásica. Se trata de la sinfonía Ice Swan, compuesta especialmente por Joakín Bello. "Eso permite que el agua mantenga su pureza y armonía, y produzca bienestar a quienes la beben", explica Benítez.
Luego, el líquido es sometido a un tratamiento con luces de neón para eliminar cualquier bacteria que pudiera contener y es envasada en botellas de vidrio diseñadas por Sebastián Errázuriz.
Desde ahí en adelante el foco está fuera de Chile. Los socios decidieron que a nivel nacional sólo quieren marcar presencia en lugares seleccionados muy cuidadosamente. "Hemos rechazado estar en algunos sitios porque no queremos masificar el producto", dice Benítez. En el mercado local una botella de 700 cc -único formato disponible hasta ahora- vale alrededor de $ 3.000 en tiendas especializadas, y en restaurantes, hasta $ 6.000. La firma también la comercializa directamente a través de internet.
De nicho
En el mundo, IceSwan compite en un nicho muy selecto. Son aguas de lujo, como la canadiense Berg, que también proviene de glaciares, y las japonesas Fine, Fiji y Cloud Juice, que se obtienen de gotas de lluvia de los monzones. Y en su corta trayectoria, destaca el empresario, ha empezado a posicionarse con fuerza. Por ejemplo, es una de las 12 firmas que auspicia el calendario Río 2013 del Año Mundial del Agua de la ONU, y fue el agua oficial de la Cumbre Empresarial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños-Unión Europea (Celac-UE), realizada la semana pasada en Santiago. Además, IceSwan fue la marca de agua que tomaron artistas como Roger Waters, Madonna, Lady Gaga y Luis Miguel en sus últimas visitas al país.
El origen
Benítez, quien creó programas de televisión como Los Patiperros y fue el documentalista de la campaña presidencial de Sebastián Piñera, concibió este negocio hace unos cuatro años, cuando en sus numerosos viajes por el mundo detectó la creciente relevancia del agua. "Se me ocurrió que iba a ser un elemento muy importante a futuro y que Chile exportaba muchas cosas, pero el agua era un recurso maravilloso que no valorábamos", relata. Con la idea de que este producto "reemplazará al petróleo", empezó a buscar un lugar donde materializar su idea. A caballo, relata, recorrió zonas desconocidas de la Patagonia, hasta que encontró el lugar que buscaba. La buena conectividad y el agua de baja mineralidad que halló lo hicieron quedarse donde hoy opera la empresa.
La planta que construyeron tiene capacidad para envasar 1.200 botellas por hora, una buena cantidad para responder a los compromisos adquiridos durante esta fase del proyecto.
El empresario dice que en una próxima etapa piensan ampliar las instalaciones y hacer una línea productiva para envasar botellas de 500 y 350 centímetros cúbicos. "Pero por ahora, no queremos transformarnos en una máquina enorme", subraya. Añade que han recibido ofertas para trasladar el agua a granel y envasarla en Santiago para abaratar costos, pero que se han negado, porque el producto adquiere valor al ser envasado en su fuente de origen.
Agrega que el proyecto también ha llamado la atención de inversionistas extranjeros que quieren entrar a la propiedad. Sin embargo, junto a sus socios decidieron dejar eso para más adelante. Por ahora, la prioridad es desarrollar bien el modelo antes de que adquiera un mayor tamaño. La experiencia en los negocios y contactos que ya aportaban sus socias originales, destaca, se reforzó con el ingreso del empresario del sector financiero Alberto Chang, presidente del grupo Arcano. Además, a cargo del área comercial hay ejecutivos que antes trabajaron en viñas y que conocen cómo posicionar productos y relacionarse con distribuidores en los grandes mercados.
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