Nietos de Allende se reencuentran en funeral de Hortensia Bussi y destacan su rol político

<P>Los hijos de Isabel, Carmen Paz y Beatriz Allende fueron protagonistas de los actos que se realizaron ayer para despedir a la ex Primera Dama.</P>




Cuando Alejandro Fernández Allende ingresó al salón de honor del ex Congreso Nacional a las 12.40 de ayer, el homenaje a su abuela, Hortensia Bussi, estaba en pleno desarrollo. Recién llegado desde Nueva Zelandia, donde reside desde el 2000, el hijo de la fallecida Beatriz Allende aguardó detrás del escenario a que finalizara uno de los discursos programados antes de reunirse con su familia.

No fue el único que viajó desde el extranjero. Horas antes también había llegado el nieto más joven del ex mandatario: Pablo Sepúlveda, quien además es pareja de la hija de Hugo Chávez y reside en Caracas.

Ambos fueron los rostros visibles de una generación que protagonizó una jornada marcada por las alusiones al rol político que jugó la ex Primera Dama durante el régimen militar.

En el acto del ex Congreso hubo varios que recordaron las llamadas telefónicas que Hortensia Bussi solía hacer a personeros de izquierda para cuestionar juicios políticos que habían vertido por la prensa. "Una vez, cuando era ministra de Defensa, me dijo varias cosas al oído que pensaba que no se estaban haciendo bien", rememoró luego Michelle Bachelet.

Minutos antes de las dos de la tarde, centenares de simpatizantes socialistas acompañaron la carroza fúnebre un par de cuadras hasta la Catedral Metropolitana. Ahí, en una misa celebrada por monseñor Cristián Precht, los nietos tomaron la palabra.

Recuerdos de los nietos

Maya Fernández -hermana de Alejandro y concejal por Ñuñoa- recordó a la abuela cariñosa y tolerante, que se la jugó por sus nietos siempre". Pablo Sepúlveda también hizo hincapié en ese aspecto, aunque subrayó que "es difícil separar a la abuelita de la Tencha".

"En los tiempos más oscuros de la historia de Chile, hizo lo que tenía que hacer, crear y buscar conciencia y solidaridad para que el pueblo de Chile resistiera, como lo hizo en forma heroica", sentenció el médico de 32 años.

Su primo Gonzalo Meza -hijo de Isabel Allende- rememoró luego su "asertividad" a la hora del debate. "En los almuerzos familiares de los sábados dejaba que todos habláramos. Hasta que ella intervenía hablando suave pero certera. Sus comentarios generaban un silencio de asombro", recordó casi al finalizar la ceremonia religiosa.

Cerca de las 15 horas salió el cortejo fúnebre hacia Morandé 80, donde está la puerta por la que Salvador Allende ingresaba a La Moneda. Fue la última parada antes de arribar al Cementerio General, donde se llevó a cabo una ceremonia privada.

Al término de ella, habló por primera vez Alejandro Fernández, quien en enero del 2008 narró a La Tercera su historia de vida, marcada por el suicidio de su madre en 1977 y por la homosexualidad que asumió a fines de los años noventa.

"Hortensia hizo campaña internacionalmente sobre los crímenes de la dictadura y desprestigiando al gobierno militar. Fue la voz del exilio y de la oposición al régimen de Pinochet", dijo, al retirarse del cementerio.

Una vez terminado el funeral, Sepúlveda volvió a destacar el rol político de su abuela, esta vez, remarcando cuando incidió en ese perfil lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973. "A partir del golpe de Estado ella creció mucho y se convirtió en esta gran luchadora de los derechos humanos que fue y por lo que es reconocida", reflexionó, mientras unos pasos más allá Isabel Allende despedía a sus acompañantes agradeciendo que "por fin tenemos a Chicho y a la Tencha juntos".

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