Sonda Voyager 1 llega al límite del sistema solar
<P> A 33 años de iniciar su viaje, la nave alcanzó la frontera entre nuestro sistema y el espacio interestelar, al que ingresará en cuatro años más.</P>
Es el único objeto hecho por el hombre que ha logrado recorrer 17 mil millones de kilómetros y visitar los planetas más lejanos de nuestro sistema solar. Se trata de la sonda espacial de la Nasa, Voyager 1 (Viajero), lanzada al espacio en 1977 y que, según reportó ayer la agencia norteamericana, logró uno de los hitos más importantes de su viaje: llegó a la heliopausa o el límite del sistema solar.
Los datos enviados por la nave indican que la velocidad del viento solar -corriente de partículas expulsadas por el Sol hacia el exterior- es igual a cero. Es decir, la influencia del Sol es mínima en esa zona, lo que significa que el espacio interestelar está "a la vuelta de la esquina".
La Nasa esperaba desde junio esta noticia, fecha en que la velocidad del viento solar era igual a la de la nave, unos (17 km por segundo), lo que permitía anticipar que el Voyager 1 se encontraba "cerca del espacio interestelar", dijo Ed Stone, científico a cargo del proyecto.
El hito marcará una nueva etapa para la sonda que lleva 33 años en el espacio y que ya ha anotado en su bitácora varios hallazgos cruciales para la astronomía: en 1979 llegó hasta Júpiter y tomó más de 19 mil fotografías de ese planeta y sus alrededores. Meses después, alcanzó Saturno y captó las primeras fotografías cercanas de sus anillos, ayudando a comprender su naturaleza. Además, estudió en profundidad a Titán, luna de Saturno y uno de los satélites naturales más parecidos a la Tierra primitiva.
Los científicos de la agencia espacial norteamericana creen que en cuatro años Voyager 1 definitivamente saldrá del sistema solar y entrará al espacio interestelar. Sin embargo, ahí no terminará su viaje. Seguirá funcionando y enviando datos sobre el espacio y los objetos que detecte, pues sus baterías cargadas con energía nuclear se agotarán completamente en 2025, por lo que existe expectación por la información que pueda recabar fuera de las fronteras de nuestro sistema.
En tanto, su nave gemela, la Voyager 2, que fue lanzada también en 1977, pero con una trayectoria y velocidades diferente, podría llegar a esta misma zona en los próximos años, lo que amplía la posibilidad de recibir datos frescos del espacio interestelar y aportar datos sobre cuerpos con evidencia de vida. No por nada Voyager 1 y 2 llevan consigo un disco de oro con 177 fotografías de la Tierra, con retratos de plantas, animales y actividades humanas, además de saludos en 54 idiomas diferentes y una selección de sonidos y canciones.
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