Carolina Valdivia, exsubecretaria de RR.EE.: “El Silala es un caso muy acotado (...), hay confianza”
La abogada y coagente en el caso del río Silala será una de las autoridades chilenas que estarán presentes durante todos los alegatos que se inician en la Corte Internacional de Justicia. Al respecto, señala que Chile cuenta con los argumentos jurídicos y científicos para demostrar ante la corte que el afluente es un río internacional.
Aunque dejó su oficina en la Teatinos 180 el 11 de marzo, la exsubsecretaria de Relaciones Exteriores Carolina Valdivia no se ha desligado completamente de la Cancillería.
Este jueves llegó a los Países Bajos para estar presente en los alegatos que se realizarán desde viernes 1 hasta el 14 de abril en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, por la demanda presentada por Chile en contra de Bolivia respecto del río Silala.
Valdivia, abogada y diplomática, en calidad de coagente, integra el equipo jurídico que encabeza Ximena Fuentes, actual subsecretaria de RR.EE., por lo que será una de las autoridades chilenas que estarán presentes durante la fase oral del caso que ya está en su recta final.
Desde que Perú presentó su demanda en 2008, Chile va a completar 14 años de juicios ininterrumpidos en La Haya. ¿El caso del río Silala debiera ser el último?
No veo riesgos en estos momentos y lo que corresponde ahora es cerrar el caso Silala, que ya lleva un buen tiempo.
¿En el tema de la plataforma continental con Argentina prevé que pueda pasar lo mismo que con Perú o Bolivia?
Tenemos mecanismos de solución diplomática a cualquier tipo de diferencia con Argentina.
Cuando salió el fallo del caso peruano, varios plantearon la idea de salirse del Pacto de Bogotá, que le concede jurisdicción a la Corte de La Haya. Ese debate no está cerrado. ¿Cuál es su postura?
Para un país como Chile siempre es mejor estar dentro de estos mecanismos de solución de controversias por la vía pacífica, como La Haya. Hemos estado desde 1948 y no veo razón hoy para no seguir.
¿Cuándo debiera conocerse el fallo del caso Silala? En el caso de la negociación marítima fueron meses, pero en el caso peruano fueron años.
Eso es muy relativo. Son tiempos que maneja la Corte Internacional de Justicia, donde las partes no tienen injerencia. Efectivamente, el caso de la obligación a negociar (presentado por Bolivia) fue bastante rápido para los estándares y respecto de lo que pasamos en el caso de Perú. En este caso, desconozco los tiempos, pero al ser un caso más sencillo, por decirlo de alguna forma, estoy simplificando, creemos que también puede ser un plazo prudente.
Si bien los escritos presentados ante La Haya son secretos, trascendió que Bolivia había hecho un reconocimiento de que parte de las aguas del Silala fluyen naturalmente a Chile. Pero ello ocurrió en medio de un tránsito de gobierno en Bolivia...
Efectivamente, hay un comunicado en febrero de 2020, donde la Cancillería boliviana de ese momento señala en la parte escrita un reconocimiento de que las aguas fluyen naturalmente a Chile.
¿Y eso ha cambiado con la nueva administración del Presidente Luis Arce?
Es que ya terminó la fase escrita. A la nueva administración boliviana del Presidente Arce no le ha tocado realizar ninguna actuación procesal en la parte escrita. Solo en la preparación de los alegatos.
Por lo tanto, ¿ese reconocimiento puede no ser la postura final de Bolivia?
Es difícil cambiar cuando has manifestado una postura o una argumentación en la parte escrita. Pero eso lo veremos al inicio y según cómo se van desarrollando los alegatos.
Ascanio Cavallo, quien fue asesor de la Cancillería ante la demanda marítima de Bolivia, alguna vez dijo que ese era más complejo y que el caso del Silala era más simple. ¿Hay más confianza en este caso?
Es que el caso de la obligación de negociar (una salida al mar) era un caso de una envergadura enorme. Se cuestionaba toda la relación bilateral desde la Guerra del Pacífico hasta los últimos acercamientos en la época de la Presidenta Bachelet con la agenda de 13 puntos, con una teoría de que había detrás una promesa incumplida de Chile a Bolivia, que era otorgarle una salida soberana al mar. Los argumentos cronológicos, jurídicos, documentales eran muchísimos. Era un caso macizo. En cambio, el caso del río Silala es mucho más acotado. Un caso donde Chile toma la iniciativa, porque en el Día del Mar de 2016, el entonces Presidente Evo Morales señala que Chile le roba las agua del Silala. Todo esto en el contexto de la demanda marítima. Entonces, para poner fin y dar certeza jurídica a un tema, donde Bolivia, hasta el año 1999, había reconocido que el Silala era un río internacional, se toma la decisión en 2016 de demandar para que un tribunal internacional fije y determine con claridad si es o no un río internacional. Es un caso muy acotado, con un componente científico.
¿Hay más confianza en este caso?
Hay más confianza.
Pero en la confianza puede estar el peligro. La corte suele ser creativa a veces en sus fallos...
Entiendo lo de la creatividad, que viene del fallo con el Perú, pero en el caso de Bolivia aplicó el derecho de manera estricta, señalando de múltiples fuentes que Bolivia había argumentado para señalar que existiría una obligación de Chile de negociar un acceso al océano Pacífico, ninguna de ellas constituía una fuente de derecho internacional.
Chile les ha dado a estos temas un tratamiento de Estado, dando continuidad a los equipos. El Presidente Boric los ratificó. ¿Es una ventaja frente a Bolivia?
Estos temas trascienden la posición política de distintos gobiernos. Fue así en el caso de la demanda marítima peruana, pasó lo mismo con la demanda de Bolivia de la obligación a negociar. Y en el caso del Silala, que parte con la Presidenta Bachelet, fueron ratificados el equipo y las líneas argumentales por el Presidente Piñera. Y el Presidente Boric ha optado por mantener los equipos, lo que indica que hay una confianza en lo que se ha hecho.
En el caso boliviano, sí ha habido cambios en los equipos, ¿no?
Hubo cambios, porque quien era el embajador de Bolivia en los Países Bajos, el expresidente Rodríguez Veltzé, termina su mandato con el Presidente Morales. Luego se designa un nuevo agente durante la administración de Jeanine Áñez, el cual termina cuando inicia su mandato el Presidente Arce, quien nombra a un nuevo embajador y un nuevo agente. Entendemos también que hubo cambios en los equipos jurídicos. Por supuesto que eso afecta.
Usted fue parte de un gobierno de un signo completamente distinto a la coalición del Presidente Boric, que promovió incluso una acusación constitucional contra el Presidente Piñera por no haber firmado el Pacto de Escazú. ¿Esa mancomunión que existe en la política chilena por estos temas, no se ve afectada por dos coaliciones que estuvieron en conflicto hace poco?
En temas de relaciones exteriores, que están tan vinculados a los recursos y la soberanía del país, lo que corresponde es tener una política de Estado.
Es sabido que varias fuerzas detrás del Presidente Boric, no necesariamente el Presidente, tienen una apertura a la aspiración marítima boliviana, ¿eso no afecta el diseño de este equipo?
El trabajo y el equipo del río Silala han sido confirmados por el Presidente Boric, es lo que puedo decir hasta ahora.
Tampoco genera ruido que se haya firmado el Pacto de Escazú recién asumido el gobierno.
Tampoco me voy a pronunciar al respecto. Las decisiones de relaciones exteriores le corresponden al Presidente.
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